El 'Evrima' alargará su estancia en Astander en un proyecto dominado por la «incertidumbre»

Cuatro meses después lo que sí parece evidente es que el crucero prolongará su estancia en Astander, en un proyecto dominado por «la incertidumbre» y en el que se trabaja con un horizonte «mes a mes» ante las dificultades del armador, el Grupo Ritz-Carlton.

La nebulosa se ha agigantado en los últimos días toda vez que Ritz, cliente final del navío de lujo, ha abandonado las atarazanas gallegas por la puerta de atrás. Según explicó la semana pasada Diario Atlántico, la cúpula directiva ha sido cesada de manera fulminante y la consultora Kroll nombrada nueva gestora provisional de Barreras con las máximas competencias para su administración. Así lo resolvió el fondo Oatkree -el brazo inversor de Ritz cuando entró en el accionariado de Barreras-, que decidió despedir al presidente ejecutivo de la compañía naval viguesa, Douglas Prothero. Ritz apenas ha estado un año en este astillero tras tomar el relevo de la cementera mexicana Pemex.

El contexto es importante, puesto que esta agonía viguesa impacta directamente en Astander. Barreras tiene diversas opciones abiertas, pero ahora mismo la actividad es nula, por lo que la organización se encamina a la liquidación. Queda por ver si Astander tendrá la opción de completar todos los trabajos que restan en el 'Evrima' hasta su botadura.

Desde el comité de empresa destacan el «desconocimiento» reinante en torno al progreso de los trabajos. Cuando el barco arribó en marzo estuvo unas semanas sin actividad, pero en los últimos tiempos las labores se han acelerado, en especial a través de subcontratas enviadas por el propio armador. En la actualidad unas 200 personas trabajan en el interior del crucero, con preponderancia de empleados extranjeros, en especial polacos y portugueses. Este aterrizaje masivo de personal foráneo igualmente se ha dejado notar en la hostelería local, que incluso ha tenido que derivar clientes a otros hoteles y pensiones enclavadas en municipios limítrofes.

Según el comité, los trabajos se centran en la actualidad en la calderería, cubierta y electricidad, pero no está clara la hoja de ruta. «Se han dado varias versiones. La última noticia que tenemos es que previsiblemente se quede hasta final de año, pero no se descarta que pueda salir a otra empresa para ser acabado o que todo se subcontrate a una compañía», apuntan. No obstante, las comunicaciones llegan «poco a poco» ante todos los interrogantes que rodean el contrato.

El crucero fue adjudicado por 250 millones, lo que le otorgaba asimismo la etiqueta de barco civil más caro construido en España, pero ese presupuesto rápidamente quedó en papel mojado. En la actualidad se aproxima a los 330 millones, tras un sobrecoste de 80. La fecha que se manejaba cuando llegó a Astander para el estreno del 'Evrima' era el 24 de julio, con partida desde Venecia en un crucero de siete días. A día de hoy es una incógnita.