Expertos en prevención aseguran que las «dos muertes de maquinistas son inasumibles»

Desde la Fundación Laboral de Construcción de Cantabria, a preguntas de este periódico sobre si ven factible que se alcance el riesgo cero en siniestralidad laboral en el sector lo tienen claro. «Creemos en ello y trabajamos para esa utopía, pero sabemos que es muy difícil». Con esa filosofía imparten cursos de formación y hacen una labor de divulgación en la que ponen al alcance de las empresas herramientas e incluso han desarrollado junto al Icasst una aplicación gratuita de control operacional en obra para marcar los pasos a seguir al revisar la maquinaria. Eso junto a visitadores cualificados que acuden a obras para concienciar, asegurar y facilitar información in situ sobre prácticas que se pueden estar haciendo mal.

Con ello, dicen que la situación ha cambiado mucho. Que cada vez se hacen «controles más exhaustivos» a todos los niveles. No sólo porque el uso de este tipo de maquinaria, ya sean grúas, retroexcavadoras, camiones pluma o demás requieren de formaciones específicas además de las marcadas tanto por el convenio de construcción como el de metal. También se vigila que se cumpla con ello. «Es muy difícil que alguien no cualificado ocupe estos puestos porque se controla, incluso hoy en día existen unas plataformas documentales a las que se tiene que subir toda la documentación y la persona autorizada para manejar la máquina tiene que tener reconocimientos médicos y confirmar que cuentan con equipos de protección», explican desde la Fundación.

Entonces, ¿cómo es posible que hoy en día ser maquinista siga desentrañando tanto riesgo? Dar con la respuesta se hace complicado. «El estrobado de la carga, el estado de las eslingas, errores humanos... hay mil factores que pueden afectar en un accidente», dicen los expertos. Es más, recalcan la importancia que juega cada uno de los factores que entran en la ecuación. «Si alguien va andando por la obra y chuta un casquete y cae por un orificio y le da a un obrero que pasa por debajo sin casco no podemos decir que el problema sea exclusivamente el casquillo, el orificio o la falta de casco porque si hubieras eliminado sólo uno de los factores el accidente no hubiera ocurrido».

Por ello, desde la Fundación se hace mucho hincapié en la necesidad de la prevención. Algo en lo que, eso sí, inciden en que se ha avanzado notablemente. «La evolución ha sido espectacular a principios de siglo ibas a una obra y no veías un solo casco». Pero sigue sin ser suficiente aunque la siniestralidad ha caído. «Un brazo roto ya sería demasiado, dos muertes en menos de un año es algo que no tendríamos que asumir y no es un tópico, es una creencia», afirma el responsable de prevención de la Fundación, Luis Salgado.

También se da otra circunstancia coincidente entre las dos muertes de maquinistas que han tenido lugar este año. Además de que las dos víctimas tenían una edad similar, de en torno a 45 años, ambos trabajaban debido a una subcontratación. ¿El entrar en juego varias empresas puede ir en detrimento de la seguridad? Desde la Fundación creen que no. Dicen que en ocasiones este tipo de relaciones contractuales son necesarias porque, por ejemplo, los proyectos requieren de una maquinaria de la que no se dispone. No obstante, recalcan que en 2006 se aprobó una ley para que estos niveles de subcontratación estuviesen controlados. «Antes podías encontrarte hasta ocho niveles de subcontratación, y ahora son tres». Además, dejan claro que «la contrata principal tiene control directo sobre la última subcontrata y en eso la normativa es muy tajante».