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La historia de Luis Martínez Ruiz –y, por extensión, de su familia– bien daría para un largometraje de esos que tanto gustan al cine norteamericano. Una pareja humilde abandona su hogar y se instala en un pequeñito pueblo de Burgos donde se hacen cargo de ... una rudimentaria panadería para sacar adelante a sus siete hijos. Con esfuerzo y sacrificio, consiguen impulsar el negocio. Luego regresan a sus orígenes (Cantabria) y abren más panaderías hasta montar un emporio que se puede decir sin margen de error que fue el germen y el impulsor de la bollería industrial en España. Después, una gigante multinacional compra la empresa y los hace ricos. Así se forjó Repostería Martínez, famosa por sus sobaos y magdalenas, de la que Luis Martínez Ruiz fue su último presidente, incluso después de ser comprada por la norteamericana Bimbo en 1999. Luis falleció el pasado sábado en Pamplona a los 74 años de edad.
El ejemplo de Repostería Martínez se estudia en las escuelas de negocios. La empresa, sin saberlo, fue fundada en 1952 por dos pasiegos. Epifanio Martínez y su mujer Digna. Ambos abandonaron Cantabria y se instalaron en una pequeña localidad de Burgos, Venta de Orbaneja del Castillo. Un pueblo junto a la carretera que une Santander y Burgos a través del puerto de Páramo de Masa. Allí tomaron las riendas de una panadería de las de antes, con un horno de fuego. Así que el pan fue el origen de lo que luego sería Repostería Martínez. El negocio de la venta puerta a puerta era duro, más si cabe en aquella época donde las fuertes nevadas, con la consecuente incomunicación de los accesos a los pueblos, eran constantes. Allí se foguearon Epifanio, Digna y sus hijos.
El negocio les fue bien y decidieron regresar a Cantabria. Concretamente, a San Roque de Riomiera, donde compraron una panadería. El ojo de Epifanio le decía que la comarca ganadera le proporcionaría buenos beneficios. Corrían los años 60 del siglo pasado y Epifanio no se equivocó.
Pioneros La familia Martínez apostó por los dulces en 1969. Así nacieron sus famosos sobaos y magdalenas
El negocio Un año antes de su venta a Bimbo, Martínez fabricó 31.000 toneladas para 70.000 clientes del país
Cambio de rumbo Luis Martínez siguió como presidente pero lo dejó para montar residencias geriátricas de lujo
La pandería funcionó y fue cuando le comenzó a rondar la idea de expandirse, así que cuatro años después de su regreso a la 'tierruca', caminó más hacia el norte y se hizo con otro obrador en Santander. Un año después, compró otra panadería también en la capital, que fue de la que su hijo Luis se hizo cargo.
No se le daba nada mal a la familia lo del pan, así que en 1969 decidieron comenzar a fabricar dulces. Repostería Martínez era una realidad. Sus sobaos –sobaos pasiegos con mantequilla, se denominaban– y sus magdalenas enseguida se convirtieron en sus grandes reclamos. El grupo Martínez construyó tres grandes fábricas en España. La primera en Santander, la segunda en Briviesca (Burgos) y la tercera en El Espinar (Segovia).
Las desavenencias acerca del rumbo de la empresa llevó a los siete hermanos a venderla en 1999 a la poderosa Earthgrains Company, que era la casa matriz de la multinacional norteamericana Bimbo. Aunque la cifra nunca trascendió, siempre se habló de un precio de venta de unos 14.500 millones de pesetas –unos 87 millones de euros de hace 24 años–.
Orígenes Sus padres, Epifanio y Digna, se hacen cargo de una panadería en Venta de Orbaneja (Burgos) en 1952.
El regreso Compran varias panaderías en Cantabria y fundan Repostería Martínez, con tres fábricas en España.
La venta La multinacional norteamericana Bimbo compra en 1999 Repostería Martínez por 14.500 millones de pesetas.
Luis Martínez continuó un tiempo más al frente de la Presidencia –fue uno de los acuerdos de venta–. En aquella época, Repostería Martínez fabricaba en torno a 31.000 toneladas de bollería anual para más de 70.000 clientes de toda España. Disponía de una flota de 70 camiones. Además, tenía presencia en media Europa, Rusia e iniciaba su penetración en China. El ciclista Miguel Indurain, ganador de cinco Tours de Francia, fue su imagen publicitaria.
Lo que buscaba Bimbo –con una cuota muy importante en los supermercados– era hacerse con el sector de la hostelería y la restauración que copaba Repostería Martínez. El año anterior a la venta, la cifra de negocios de Martínez alcanzaba los 12.000 millones de las antiguas pesetas.
Luis Martínez, que por entonces tenía 50 años, dejó Bimbo al poco tiempo. Se decidió cambiar de aires. Sin embargo, una parte de la familia regresó a sus orígenes, el pan, para impulsar la panificadora Panusa, además de crear las potentes Panstar y Panamar Bakery Group.
Luis, por su parte, apostó por el negocio de los centros geriátricos de lujo en la Costa del Sol de Málaga. Allí creó la firma Sol Andalusí. Así nació Sesenta Plus, ubicado en el pueblo de Alhaurín de la Torre. Allí se mudó junto a su familia para tomar las riendas del negocio y disfrutar de las bonanzas del tiempo.
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