Comité y Dirección de Aspla acaban sin acuerdo en el Orecla

El pulso entre las partes fue oscilando a lo largo de la jornada. Como nuevo tablero de juego, el planteamiento de la Dirección: un 75% del IPC garantizado, así como un pago retroactivo del 65% de los atrasos generados por la evolución de la inflación.

Un movimiento por parte de Aspla que había variado notablemente la situación. La reunión vespertina del jueves en el Orecla ya había dejado cierta sensación diferente en el ambiente. Menos ánimo belicoso y más rostros pensativos en relación a la última oferta de la empresa, así como a los próximos movimientos. La huelga exhibe ya un desgaste evidente entre las partes.

Esos indicios de que algo estaba cambiando se ratificaron a lo largo de la mañana del viernes. De entrada, cerca de un centenar de trabajadores de oficinas entró a las instalaciones en la capital del Besaya. De nuevo escoltados por una fuerte presencia policial y a pesar de los abucheos e insultos del piquete conformado por cerca de 200 personas. En las líneas de producción el seguimiento seguía siendo masivo y no se encendía ni una sola máquina.

La confirmación plena llegó a primera hora de la tarde. El comité de huelga se reunió a mediodía y pasadas las 14 horas El Diario ya avanzaba que la representación social solicitaba al Orecla una nueva reunión. Encima de la mesa «la oferta definitiva» difundida por la Dirección y que Aspla avisaba de que era la última e, insistía, «con fecha de caducidad».

Otro cambio notable, pues por primera vez las partes se citaban para una mediación en días consecutivos, algo que ni por asomo se había repetido en todo el recorrido previo del conflicto. Por abundar en ese giro de guion, la reunión llegaba a petición de parte, en este caso los portavoces de los trabajadores.

La empresa ya decidió el jueves romper la escasa armonía de la huelga al suprimir de forma unilateral los servicios mínimos, por lo que recaía sobre ella toda la responsabilidad en caso de algún incidente en el área de seguridad o mantenimiento. En el fondo, el pulso, dada la tensión matutina del jueves y el transcurso de los días con un bloqueo firme, se hallaba en su punto álgido.

Un contexto que quedó corroborado por la actitud del comité en el Orecla, tal y como ratificó en un comunicado posterior, en busca de un consenso. «Se ha llegado a poner encima de la mesa una propuesta a ¡cinco años! Eliminando la reducción de jornada, la propuesta de permisos retribuidos, rebajando el incremento salarial...».

La empresa se ha hecho fuerte en su postura, a pesar de que los sindicatos han precisado que esta oferta caduca este sábado a mediodía.

Una deriva que también tiene efectos colaterales. Por ejemplo, la unidad sindical de Comisiones Obreras se ha roto, con uno de los delegados optando por ser independiente y otro dimitiendo de sus funciones. Tan sólo queda otro representante que enarbole las siglas de CC OO, con personal ligado a administración.

Aspla se mantiene firme. «Ante la situación a la que la empresa se está enfrentando, desde la Dirección hacemos un llamamiento a todo el conjunto de trabajadores y trabajadoras de Aspla para que acepten la oferta planteada ayer –por el jueves–, sobresaliente en el contexto actual que, en la vigencia planteada ofrece claras ventajas para todos los integrantes de la compañía. De esta forma, tal y como ya está haciendo un numeroso grupo de compañeros y compañeras, podremos retornar a nuestros puestos de trabajo y reanudar la actividad, asegurando la continuidad y estabilidad del negocio y de Aspla en el futuro».

Así las cosas, todo apunta a que el conflicto encarará su cuarta semana de huelga sin un desenlace claro, a pesar de que la unidad de los trabajadores se va debilitando. En especial con una diferencia clara entre el personal de oficinas y los trabajadores vinculados al área de producción. La empresa, de mientras, sigue sin arrancar.