«Falta consenso en las reformas laborales, nos jugamos nuestro futuro»

-Como mujer al frente de una multinacional, y del sector de la automoción además, ¿le costó que le dieran su lugar?

-Pues te diría que no. Y con eso no quiero decir que sea fácil para las mujeres, pero en mi caso el ser la única en un mundo de hombres hacía que no se olvidaran de mí y me diera visibilidad. Yo siempre intenté aprovechar eso más como una fortaleza que como una debilidad. Sí que sufrí mucho por ser la hija del jefe, pero lógicamente estar dentro de una empresa con tu apellido y donde tu padre es el dueño tiene también ciertas ventajas, por eso tampoco creo que yo en ese sentido sea una referencia para generlizar.

-¿Es compatible mantener el carácter familiar de una empresa y ser una multinacional?

-Sí, yo creo que sí. Nosotros hemos pasado de ser una empresa familiar donde los dueños estaban muy involucrados en el día a día, porque eran los fundadores, que eran mi padre y mi tío; a pasar a luego cuando hemos entrado la segunda generación a profesionalizarlo más y quedarnos nosotros en los órganos de gestión y ser la imagen un poco de la compañía, pero sin estar tanto en el día a día de la empresa. Pero yo creo que es totalmente compatible porque una de las fortalezas de la empresa familiar es precisamente esa visión a largo plazo y esa forma de actuar que no tiene una multinacional al uso.

-¿Deberían las empresas españolas apostar por explorar más el mercado exterior?

-La empresa española uno de los problemas que tiene es que hay mucha pyme y no suele estar internacionalizada. Por ello las instituciones y los gobiernos deben ayudar mucho a esas pequeñas y medianas empresas, que son súper potentes, pero que no han dado ese salto fuera y que en momentos complicados es lo que te puede salvar, el tener un equilibrio en varios mercados.

-¿Las pymes se sienten apeladas en el reto de descarbonización?

-Yo creo que toda la industria de forma general siente que lo tiene que hacer, cada uno va a unas velocidades diferentes, eso es cierto. Pero en mi opinión hay una conciencia generalpor parte de las pymes porque es algo que tenemos que hacer nos guste o no; pero también es otro de los frentes en los que hay que ayudar a nuestras empresas porque esa transformación cuesta dinero y es una cuestión en la que desde CEOE estamos empujando mucho.

-¿Los objetivos que está poniendo Europa en materia de movilidad sostenible son viables?

-Europa ha fijado 2035 para no fabricar más vehículos a combustión pero eso hay que ver si es factible, aunque creo que las fábricas se están transformando para ello de una forma brutal. Lo que sí que es cierto es que en este momento en Europa hay una sobrecapacidad y los países van a tener que reducir la producción de vehículos porque hay menos demanda dado que los jóvenes no usan los vehículos de la misma forma y ya no hay dos o tres coches por familia. Y en ese escenario España tiene que conseguir ser competitiva y mantener el sistema de proveedores tan brutal que tiene para no quedarse atrás frente a otros países europeos y las marcas nos elijan.

-¿Por qué existe falta de consenso entre Gobierno, sindicatos y patronal en reformas laborales como la subida del salario mínimo o la reducción de la jornada?

-Creo es que tiene que haber mucha más comunicación entre el Gobierno y la CEOE. En mi opinión, tienen que ser reformas más pactadas y el Ejecutivo tiene que entender que nos estamos jugando el futuro de la industria, por lo menos del automóvil en España; porque si perdemos competitividad y empezamos a ser menos rentables las marcas se irán a hacer los coches a Alemania y a Francia, que es lo lógico.