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Cantabria es uno de los territorios paradigmáticos en los que un conflicto aparentemente lejano como es la guerra entre Rusia y Ucrania tiene efectos bien tangibles en el entorno próximo, con la gran industria autonómica en peligro por unos costes energéticos desbocados. Con esa premisa, ... la Federación Estatal de Industria de USO (FI-USO) celebra hoy y mañana en Santander su III Congreso, en un momento que la organización define como «especialmente complejo tanto económico como social y es precisamente la industria uno de los sectores con más incertidumbre y amenazado. Cantabria es una de las regiones españolas donde su PIB se encuentra más expuesto por su dependencia a las empresas electrointensivas y al automóvil, dos sectores cuyo futuro son hoy día una incógnita».
Antes de arrancar el Congreso en sí, el secretario general de la Federación, Pedro Ayllón; y su homólogo en Cantabria, Fernando Rey, explicaron en el Palacio de La Magdalena el momento en que se encuentra el ámbito secundario, que en el caso de la Comunidad tiene plantas como Ferroatlántica cerradas sine die; otras como GSW o Forgings & Castings operando con interrupciones por el precio de la luz y el gas; y otras en semanas clave para su futuro como Solvay, pendiente de que el Estado le conceda financiación para acometer sus inversiones en Barreda y abandonar el carbón. Por ello, Ayllón abundó en la necesidad de «un Pacto de Estado» que permita salvar al sector.
La cita, que congrega a 100 sindicalistas de todo el país, arranca esta tarde con la presencia de la alcaldesa de Santander, Gema Igual. Está previsto que mañana la clausura corra a cargo del presidente regional, Miguel Ángel Revilla. En el centro, las medidas que deben habilitarse para auxiliar al sector, que según la Federación estatal «sufre la falta de criterio en políticas estratégicas y que, entre otros males, ha asfixiado a la industria electrointensiva con un Estatuto que no consigue el objetivo fundamental de recortar la factura eléctrica. En ese sentido, hoy cobra máxima actualidad la cántabra Ferroatlántica que se ve afectada por un inquietante y duro ERTE», recordaron.
USO sostiene que «hay que tensionar a todas las empresas y sectores para reclamar un modelo productivo con una base sólida para que la industria sea el motor económico de nuestro país. Es imprescindible revertir la tendencia de los últimos años donde en 2008 la industria era el 18,7% del PIB y ahora se encuentra por debajo del 15%. El deterioro de Cantabria es singular al pasar del 27,8% en su punto más óptimo al 18,9% que presenta actualmente. Articular medidas para llegar al 20% marcado por la UE debe estar en todas las agendas políticas y debe tener carácter de Pacto de Estado, donde los agentes sociales sean partícipes en la confección de propuestas».
Del Congreso saldrá una nueva Ejecutiva. Los portavoces recuerdan que «se abre un tercer mandato en un periodo que con toda seguridad va a ser crítico para la industria española en general y la cántabra en particular. Queremos trasladar el apoyo y la preocupación por el futuro de empresas como GSW, Forgings & Castings, Sidenor, Gamesa, Solvay, Ferroatlántica, entre otras, cuyos trabajadores se encuentran rehenes de decisiones políticas que tienen que ser imperiosamente acertadas e inmediatas, así al menos este III Congreso lo demandará».
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