Felipe VI destaca el valor de la empresa familiar en el desarrollo económico

El Rey ha tenido un pequeño lapsus al iniciar su discurso, cuando en el saludo a las autoridades se ha equivocado de nombre al referirse al presidente autonómico extremeño, Guillermo Fernández Vara, al que se ha dirigido como «presidente Monago», el anterior mandatario de la Junta de Extremadura, ya retirado de la política.

Felipe VI ha destacado en su discurso antes mas de 500 primeros ejecutivos de empresas familiares que este tipo de empresas «tienen la ventaja de conocer mejor que nadie los problemas y necesidades del territorio. Vuestro liderazgo -ha dicho- implica llevar adelante un proyecto empresarial y conseguir que beneficie a empleados, a proveedores, a los clientes y en definitiva al entorno más cercano».

El monarca se ha referido también a la «forma de entender los negocios desde valores que se transmiten en el tiempo» por parte de las empresas familiares, colectivo al que ha definido como «un activo intangible de enorme importancia», al rededor de personas y proyectos «que tienen la ambición de hacer cada vez mejor las cosas».

El presidente del Instituto de Empresa Familiar, Andrés Sendagorta, ha eludido en su discurso inaugural cualquier referencia crítica a la política del Gobierno, aunque se espera que haga referencia sobre todo a la actualidad fiscal en la clausura de la reunión, que tendrá lugar mañana. Sendagorta ha destacado el valor que tienen en España las empresas familiares para asegurar que «cuando a Estas les va bien, a la economía española le va bien».

Sendagorta ha recordado el peso de este sector en el conjunto del PIB español -por encima del 25%-, con un papel relevante en la generación de empleo. El empresario vasco ha defendido también la importancia de que «haya grandes compañías familiares», por la capacidad de tracción que tienen sobre le resto del tejido económico, «porque no sólo las empresas pequeñas son buenas», ha dicho.

El presidente del IEF ha destacado también el importante esfuerzo que hacen las empresas que pertenecen a esta organización -se refería al centenar de grandes compañías del Instituto-, que aportan cada año 3.000 millones de euros a las arcas públicas por el Impuesto de Sociedades y 5.200 millones adicionales como contribuciones a la Seguridad Social.