Ferroatlántica confía en acabar 2023 sin nuevas paradas en la fábrica de Boo

La hoja de ruta, según trasladan desde Ferroglobe a preguntas de El Diario Montañés, pasa por proseguir con una caldera operativa de las cuatro que tiene la instalación situada a caballo entre los municipios de Camargo y El Astillero.

De este modo se confirman las intenciones avanzadas por este periódico en agosto, cuando reabrió el complejo tras tres meses sin actividad, y a su vez se mejoran las expectativas trasladadas desde el propio comité de empresa, al que en un primer momento se informó que ese encendido de un horno en verano se prolongaría durante un trimestre.

La propia representación de los trabajadores ya cuenta con que para 2024 la perspectiva será similar a la del ejercicio actual, de modo que entra dentro de lo posible que la factoría vuelva a parar en algún momento. Dicho de otro modo, la prórroga del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), que finaliza en 2023, durante otros 12 meses es el escenario más lógico.

De cumplirse las previsiones de Ferroglobe la factoría de Boo habrá estado sin actividad tres meses en todo el año. Eso sí, lejos del umbral de máxima capacidad al operar siempre al 25% de su rendimiento total. Las expectativas iniciales del ERTE que se negoció en 2022, así como los parámetros finalmente rubricados en el documento, apuntaban a un menor uso de la instalación cántabra. La factoría de Boo emplea a 155 personas.

En todo caso, el fabricante de ferroaleaciones aguarda a que los costes energéticos puedan bajar para elevar su nivel de producción en España. Ferroglobe, participado en su mayor parte por el Grupo Villar Mir, es una de las firmas más penalizadas por los precios de la electricidad, puesto que como firma electrointensiva dicha partida se come más del 60% del coste de producción. El encarecimiento sostenido de la luz en los últimos años -la empresa venía alertando de las subidas de precios bastante antes de la pandemia- ha dejado la estructura española en una situación comprometida dentro de la estrategia global de la multinacional.

Por otro lado, la Unión de Empresas Siderúrgicas (Unesid) patronal de este sector y que representa a corporaciones como la propia Ferroatlántica, Global Steel Wire, Reinosa Forgings & Castings o Santander Coated Solutions, ha mostrado su preocupación ante la falta de alineamiento de las ayudas del Perte de Descarbonización con las necesidades de la industria, tras la publicación 'in extremis' del proyecto de orden que establece las bases reguladoras, y se prepara para poder presentar sus alegatos en el breve plazo que impone la consulta pública, abierta hasta el próximo 10 de noviembre.

Asimismo, Unesid recalca la tremenda carga burocrática que supone esta convocatoria para la que todavía no se dispone de fechas fijas, y sostiene que los plazos, tanto de la consulta pública como de la ejecución de los proyectos, son excesivamente cortos, por lo que insta al Gobierno de España a trabajar para poder ampliarlos, de modo que las industrias puedan acometer sus inversiones.

Tras una primera lectura, el director general del colectivo, Andrés Barceló, subrayó «la enorme dificultad que van a tener las empresas industriales para abordar las inversiones en el plazo establecido».

Por ello, urgió al Ministerio de Industria a «negociar con celeridad con la Comisión Europea para que se permita una ejecución acorde con la realidad industrial y regulatoria».