Ferroatlántica estirará todo abril la actividad en la planta de Boo pendiente del precio de la luz

Así se ha trasladado ya a la plantilla, al igual que se ha procedido a modificar el calendario de trabajo. Eso sí, la compañía estará pendiente de la evolución de los costes energéticos. Si se dispararan de forma drástica, la corporación modificaría de nuevo el planteamiento.

A partir de aquí, todo dependerá de la obtención de un contrato de suministro estable, algo sobre lo que Ferroatlántica, al igual que otras grandes industrias electrointensivas, lleva tiempo trabajando. Este mecanismo será clave, según trasladó públicamente el comité días atrás, para que la factoría pueda seguir produciendo.

Ferroatlántica hizo saltar todas las alarmas a finales de agosto, cuando comunicó que ya no podía sostener su actividad nacional con los precios de la electricidad avivados a raíz de la guerra en Ucrania. El problema, en todo caso, no era nuevo, puesto que la firma participada en su mayoría por el Grupo Villar Mir llevaba desde 2019 advirtiendo de la escalada de los costes fijos vinculados a la luz, más en una compañía electrointensiva como es el fabricante global de ferroaleaciones.

Con todo, la compañía aprovechó el comienzo de 2023 para arrancar un horno y, precisamente, beneficiarse de la bajada del precio de la energía eléctrica en España, según confirmaron en su momento fuentes de la empresa. «Se trata de aprovechar el momento. Dado que las tarifas han bajado en España, se ha dejado de producir en Noruega, por ejemplo, o en Francia y esa producción determinada se ha encargado en Cantabria».

Un planteamiento para fabricar 2.000 toneladas que en principio iban a ocupar a los trabajadores cerca de mes y medio. Finalmente han sido más de tres meses, pero el silencio retornará de nuevo a Boo. La plantilla, unas 155 personas, tendrá que acogerse una vez más al Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) rubricado en noviembre. La compañía había planteado inicialmente que el expediente llegara hasta diciembre de 2024, pero lo cerrará justo un año antes, en diciembre de 2023. Además, estaba previsto que afectara al 90% de la jornada anual de toda la plantilla y finalmente se limita al 75%.

Todo ello a pesar del respaldo de la Administración. El grupo industrial captó más de 2,7 millones en ayudas a la cogeneración y, además, se benefició del rescate a las empresas estratégicas más afectadas por la pandemia. Ferroglobe recibió de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) 34,5 millones.

En el momento en que se apague el horno cántabro, la multinacional centrará su actividad en otros territorios como Francia o Noruega.