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El silencio seguirá dominando el complejo industrial que Ferroatlántica tiene en Boo de Guarnizo, en el municipio de El Astillero. El Grupo Ferroglobe, que detuvo la actividad en mayo tras un primer cuatrimestre operando con uno de los cuatro hornos de los que dispone ... el recinto, plantea alargar esta parálisis al menos hasta agosto.
La corporación precisó en un primer momento, al adelantar El Diario el primer parón de 2023, que esta situación se extendería durante los meses de mayo y junio. Ahora, a punto de cumplirse dicho periodo, Ferroglobe actualiza su hoja de ruta y señala que «por ahora las previsiones que tenemos para julio es que la planta siga parada temporalmente», avanzan.
¿El motivo? El histórico de los costes energéticos durante el próximo mes. «Julio es históricamente el mes más caro del precio de energía por las tarifas de acceso a la red», manifiestan desde Ferrogloble.
Pero hay más. Otro factor que preocupa al fabricante de ferroaleaciones es el hecho de que el Gobierno no haya extendido la ayuda por el peaje de acceso.
Con este contexto, y a pesar de que el precio de la electricidad está muy por debajo de los máximos del ejercicio anterior, la compañía no se atreve a dar una estimación más allá del inicio de agosto. Dependerá, señala Ferroglobe, tanto de la evolución de la luz como del propio comportamiento del mercado.
Esta ampliación de la inactividad no cogerá por sorpresa a los cerca de 145 trabajadores de Ferroatlántica en Boo. No en vano, cuando se procedió a apagar la caldera en funcionamiento no se trasladó ningún plazo al comité sobre una potencial reactivación de la producción.
La organización se apoyó en los precios contenidos de la electricidad, un factor clave para la viabilidad de Ferroatlántica, así como en varios pedidos a los que tenía que hacer frente, para trabajar durante los primeros cuatro meses una vez activada la caldera en enero. Previamente, la inactividad dominaba la instalación después de que desde finales de agosto se optara por no producir a tenor de la evolución de los costes energéticos.
Una vez completado este primer tercio de 2023, desde Ferroglobe apuntaron que el contexto había variado ligeramente. En concreto, por un lado, esa factura energética arrojaba una proyección al alza para las próximas semanas. En paralelo, los precios de venta de las ferroaleaciones apuntaban una tendencia descendente.
Como consecuencia, horno detenido y la fábrica cerrada durante dos meses. Durante este periodo los cerca de 145 empleados que tiene en nómina la planta de Boo se han acogido al Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) negociado entre Dirección y sindicatos. Ahora, la situación se extiende al menos hasta agosto y la organización ya no acota tan rotundamente los plazos.
La compañía había planteado inicialmente que el expediente llegara hasta diciembre de 2024, pero lo cerrará justo un año antes, en diciembre de 2023. Además, estaba previsto que afectara al 90% de la jornada anual de toda la plantilla y el documento definitivo lo limitaba al 75% de la jornada. Eso sí, la regulación puede prorrogarse, aunque de entrada ofrece un escenario menos adverso que el trazado al arranque de las negociaciones, en especial por el hecho de que llegado 2024, en caso de aplicar la suspensión temporal de contratos en toda su magnitud, un amplio porcentaje de la plantilla ya se habría quedado sin prestación por desempleo.
Por ello, estos primeros meses de trabajo en la factoría cántabra han servido igualmente para dar algo de oxígeno a los trabajadores de Boo.
La compañía, además, sigue buscando un contrato estable de suministro para controlar su factura eléctrica.
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