Ferroatlántica prepara el encendido del tercer horno y acelera producción

Así lo confirman fuentes de Ferroglobe a El Diario, ratificadas igualmente por el comité de empresa. Su presidente, Francisco González (USO), detalla que previsiblemente será el viernes cuando comiencen las labores para poner en funcionamiento la caldera. Este proceso no es automático, sino que implica varios días hasta que el equipamiento se encuentre a pleno rendimiento, con un coste aproximado de 60.000 euros.

La fábrica cántabra lleva unos meses operando con dos hornos. Incluso bajó a uno de forma transitoria por cuestiones de mantenimiento y reparación. Sin embargo, y a pesar de las tribulaciones permanentes por el precio de la electricidad, la tendencia y las perspectivas han ido mejorando.

Ya en 2024 Ferroatlántica regresó a un funcionamiento con tres calderas durante un tramo del ejercicio. Un hecho relevante más si cabe teniendo en cuenta que el cuarto horno del recinto, el que lleva más tiempo inactivo, requeriría de unas inversiones mucho mayores para volver a funcionar, un desembolso que el mercado y la capacidad actual de Ferroglobe no sitúan en un nivel de necesidad.

En todo caso, según el comité, el horizonte no es malo, con una perspectiva de trabajar con tres hornos al menos seis meses durante todo 2025.

De hecho, el encendido se está demorando ante la ausencia de mineral. Un barco con la materia prima procedente de África llegará a Santander de forma inminente, algo que llevan ya días esperando en la factoría de Boo de Guarnizo.

Siempre con la precaución de la «incertidumbre cada trimestre», González admite que «la situación es mucho mejor que el año pasado. Al menos estamos más tranquilos».

En la actualidad la plantilla se sitúa en el entorno de los 140 trabajadores. Bien es cierto que cada actualización de los hornos, con unas inversiones aproximadas de dos millones de euros, implica igualmente una progresiva automatización que requerirá a futuro una menor mano de obra.

Con todo, el acuerdo con el personal, según el presidente del comité, pasa por que en el momento de realizar ajustes, estos se hagan de forma no traumática y sin despidos.

El Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), que Ferroatlántica empleó los años anteriores, quedó en el pasado y los trabajadores se encuentran en la actualidad en una situación de normalidad.

Como siempre en el caso de Ferroatlántica, el precio de la luz será el factor fundamental. Como empresa electrointensiva, dicho elemento implica más del 60% del coste de producción. El propio Alberto Fuentes, vicepresidente de Operaciones de Ferroglobe Europa y anterior director de la planta de Boo, explicaba en El Diario en enero que «enfrentamos tres desafíos clave en 2025. Primero, el impacto de la política arancelaria de Trump. Segundo, la aplicación de medidas proteccionistas en Europa, como las propuestas del informe Draghi, que requieren un análisis cuidadoso para evitar distorsiones. Por último, la volatilidad de los precios energéticos en Europa sigue siendo un factor crítico, subrayando la importancia de buscar soluciones sostenibles y acuerdos energéticos».

Como explica la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE), el diferencial eléctrico con Alemania y Francia se mantiene. La industria nacional paga el megavatio a 72,67 euros; por los 60,87 de las fábricas germanas; y los 31,52 de las factorías galas.