Ferroatlántica reduce el ERTE: acabará en diciembre de 2023 y afectará al 75% de la jornada

En las últimas horas, la dirección y el comité intercentros de Ferroglobe se afanaron en pulir todos los detalles del ERTE que el grupo había puesto sobre la mesa, que tenía en las garantías de empleo uno de los principales caballos de batalla por parte de la representación social. El acuerdo al que se ha llegado introduce medidas complementarias para los trabajadores, como el compromiso de un plan de mantenimiento de los complejos industriales de Cantabria, Galicia y Aragón. También se favorecerán las excedencias voluntarias de los empleados y la compañía se compromete a buscar un PPA (un contrato de suministro de energía estable a precio fijo) toda vez que el coste de la luz está siendo el gran agujero para las fábricas.

Al pacto se ha llegado después de un parón de una semana en las negociaciones con objeto de obtener diversas garantías laborales que la empresa no podía firmar en la última reunión, el pasado día 7, inicialmente establecida como el fin del periodo de consultas.

Previamente, tal y como avanzó El Diario Montañés, la organización ya había puesto sobre la mesa lo que era toda una bomba para su política industrial en España. En concreto, en el arranque del proceso planteó que la fábrica cántabra permaneciera cerrada lo que resta de 2022 y todo 2023, con una afectación del 90% para toda la plantilla. Peor aún, puesto que el personal agotaría prácticamente su prestación por desempleo, para 2024 tampoco se contemplaba un gran dinamismo, puesto que sólo se proponía poner en funcionamiento un único horno de los cuatro que tiene el complejo, con una regulación de jornada anual para el personal del 67%.

Ferroglobe, en el momento de la presentación de un ERTE que ya se esperaba desde el verano, aunque desde entonces se han ido deteriorando las proyecciones del fabricante de ferroaleaciones que tiene al Grupo Villar Mir como socio mayoritario, adujo «causas técnicas y organizativas», aunque sin entrar en lo relacionado con complementos ni medidas de acompañamiento.

La empresa confirmó días atrás a los sindicatos que la regulación se aplicará también a las fábricas de Galicia y Monzón (Huesca). Con esta medida, según la organización, se pretende reducir los efectos de los precios energéticos y las razones que la justifican son de carácter «productivo y organizativo».

Así, explicó que «la grave situación del mercado energético, con altos precios de energía impactando especialmente a la industria electrointensiva en España, ha venido afectando a las producciones de las tres fábricas desde el pasado mes de agosto».

Estas circunstancias ya han obligado a reducir su actividad «al mínimo» en los últimos meses a la espera de una mejora en los precios de energía que devolviera la competitividad a sus instalaciones. De hecho, la cúpula de la compañía, según desveló el consejero de Industria de Cantabria, Javier López Marcano, estuvo cuestionando al Ministerio de Industria sobre su intención de prorrogar la denominada 'excepción ibérica' y topar el precio del gas que encarece la generación eléctrica. El Gabinete que preside Pedro Sánchez no pudo dar una respuesta afirmativa a este respecto, puesto que la decisión dependerá de Bruselas, por lo que Ferroglobe optó por presentar su ERTE con el duro escenario inicial.

En todo caso, sí se observa una recomposición de la política de producción global de la compañía, así como indicios de deslocalización de sus fábricas en Europa. Como ejemplo, la corporación reactivó una planta de producción de silicio en Sudáfrica hace escasas semanas, «una base de activos eficiente y una ubicación estratégica que puede atender a clientes en Europa, Estados Unidos, Medio Oriente y Asia», informó al regulador de Estados Unidos.

Precisamente, este mismo año igualmente ha relanzado otra factoría en Alabama (EE UU) que cuenta con dos hornos capaces de acumular 22.000 toneladas de silicio metálico.