Forgings & Castings dispara un 200% su factura eléctrica en un año pese a su plan de contención

Como referencia, la compañía que Sidenor vendió a la corporación NFL en 2018 ha visto cómo su factura eléctrica se triplicaba en el último año a pesar de todas las medidas de ahorro y flexibilidad introducidas en su funcionamiento para acompasar la producción a las fluctuaciones del mercado eléctrico. Forgings & Castings ya explicó en otoño, cuando tuvo que aplicar diversas iniciativas para ajustar su actividad, que la factura en un mes ordinario a comienzos de 2021 alcanzaba los 600.000 euros al mes... Con un precio del megavatio de 60 euros. Ahora las proyecciones arrojan un coste anual superior a los 20 millones, con el coste del gas empezando a equipararse al de la electricidad fruto de las tensiones geopolíticas. Eso en el caso del recibo, porque la tarifa se ha multiplicado por cuatro, esto es, un 300% más, que la forja cántabra equilibra produciendo en los momentos en que el coste es más reducido.

Con estos precedentes llegará la parada de este martes anunciada ya al comité de empresa. La corporación igualmente se reunirá con los sindicatos para negociar diversas medidas de ahorro y control de costes. Por el momento la empresa está haciendo acopio de documentación para igualmente negociar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que presumiblemente incluirá un periodo amplio de tiempo para poder protegerse en caso de que la coyuntura energética continúe en estos máximos históricos.

No sólo eso, sino que presumiblemente la detención de la factoría no se limitará a la semana anunciada inicialmente, aunque dependerá de cómo vayan evolucionando los precios energéticos. La compañía había visto en febrero una mejor 'fotografía' que la esperada en otoño, por lo que se animó a elevar producciones, en especial de aquellos productos en los que podía repercutir parte del incremento de costes.

El problema nuclear pasa por la incertidumbre. Esto es, Forgings & Castings teme lanzarse a fabricar y que los costes sigan elevándose, por lo que aunque pudiera trasladar parte al precio final de venta, ya iría tarde y el deterioro de las cuentas seguiría acumulándose. Ahora mismo, los números no dan con estos valores energéticos y los contratos firmados tiempo atrás, un problema que se ceba especialmente con la industria española, pues otros mercados como Francia o Alemania, por sus propias condiciones regulatorias y energética, no sufren tanto cuando los precios están elevados.

La organización ya ha tenido una primera reunión de seguimiento con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) derivada del apoyo financiero concedido en diciembre por 27 millones. La ayuda, canalizada a través de un préstamo participativo de 13,77 millones de euros y un préstamo ordinario por importe de otros 13,23, iba a destinarse a gasto corriente para sobrellevar la excepcional situación derivada de la pandemia, a la que ahora se añade el conflicto entre Rusia y Ucrania.

De hecho, según fuentes conocedoras de las conversaciones, la SEPI ha entendido el momento que está pasando la fábrica, que ya con precios eléctricos por encima de los 200 euros el megavatio veía complicado trabajar con normalidad.

En definitiva, diversas interrogantes que dificultan la estrategia de la compañía y colocan la situación de tesorería en un momento delicado.