«Cantabria necesita ideas y no el discurso populista de anchoas y sobaos de Revilla»

Ideas, especialización en el mercado y captar fondos «de donde sea». Estas es, según el economista Gonzalo Bernardos, la receta para salir reforzado de la crisis motivada por la pandemia, algo que, en su opinión, puede lograr Torrelavega y su comarca convirtiéndose en «uno de los grandes ganadores del siglo XXI». Aunque, advierte: «No es fácil, se necesitan ideas».

El profesor de economía de la Universidad de Barcelona, que este martes participó en un nuevo encuentro del Foro Besaya, moderado por la periodista Pilar González, y que organizan de forma conjunta El Diario Montañés, el Ayuntamiento de Torrelavega y la Cámara de Comercio, augura un futuro esperanzador para Cantabria y la comarca del Besaya, a las que recomienda la especialización en el medio ambiente y lo que se conoce como economía verde. Asimismo, igual que al resto de Gobiernos autonómicos aconseja a los gobernantes de esta comunidad autónoma que no permitan el cierre «de ninguna empresa», mediante la concesión de préstamos y la exención de impuestos, así como la búsqueda de fórmulas para que los ERTE se puedan ampliar más allá de seis meses después de que se descubra una vacuna contra el covid.

El objetivo, según el economista, que participó en el debate en torno a la cuestión '¿Está España en quiebra?', es salvaguardar la supervivencia de las empresas, ya que «nos hemos convertido toda Europa en una economía latinoamericana, ya no valen aquellas políticas a tres meses, a medio o largo plazo, ahora sólo vale pensar en el mañana, porque estamos ante una crisis mundial sanitaria que se ha cobrado muchas muertes, estamos ante un cambio mundial brutal y lo importante no es que volvamos a la nueva normalidad, no estoy de acuerdo con esa expresión, lo importante es que volvamos a vivir sin restricciones».

Bernardos considera que cuando se habla de Torrelavega es importante tener en cuenta cuál es su visión de futuro y dejar al margen la tradición y su pasado industrial. «Estoy harto de esos economistas y políticos melancólicos, la industria es un apartado del pasado que en su día fue motor de la economía. ¿Por qué Madrid ha superado a Cataluña teniendo menos habitantes?, porque se ha especializado en servicios de alto valor añadido y Cataluña se ha quedado con el modelo industrial, un modelo de producción industrial viejo y caduco», apunta.

Para el analista y consultor económico e inmobiliario, Torrelavega tiene que saber qué quiere hacer con el territorio y buscar fórmulas y estrategias que resulten atractivas para que vengan empresas a instalarse en su municipio. «Aquí sobra el dinero, lo que faltan son las ideas», señala. Bernardos destaca que en la capital del Besaya «llevamos años que lo que se ve es un declive muy lento», aunque no le sorprende porque insiste que lo que hace falta «son ideas». Buenas ideas y proyectos es lo que propone frente a populismos.

«Se me ponen los pelos de punta cuando oigo a Revilla hablar de anchoas y sobaos. Cantabria tiene muchísimas posibilidades, y este discurso tiene cierto calado porque Revilla es simpático, cae bien a la gente y tiene alguna 'ideita', que no idea, pero el populismo no tira, necesitamos alguien en Cantabria y en Torrelavega que tenga las ideas muy claras», subraya. En este sentido, Bernardos cree que Torrelavega y la cuenca del Besaya necesitan un plan estratégico para los próximos 20 o 30 años y «tener muy claro que la industria es el pasado, pensando en un modelo económico distinto, que opte por el medio ambiente, las nuevas tecnologías, el I+D+i, la industria agroalimentaria y no pensar en un futuro industrial que está agotado».

El que fuera vicerrector de Economía entre enero de 2010 y octubre de 2012, reconoce que la actual crisis es diferente de cualquiera de las precedentes. Así, destaca que su origen no está en el ámbito económico, sino en el de la salud. Por eso, el paso inicial para solucionarla destaca que no está en la realización de una u otra política macroeconómica, sino en la erradicación del covid por una vacuna o en su conversión en banal.

No obstante, Bernardos afirma que hasta que una de las dos anteriores opciones se convierta en realidad, el ritmo de la mejora de la economía de cada país dependerá del de remisión de la enfermedad. Un rebrote, especialmente si obliga a ralentizar o paralizar la actividad en algunas de sus áreas metropolitanas más importantes, puede hacer que el PIB vuelva a disminuir.

En este sentido, recuerda que en los últimos dos meses, los rebrotes han afectado a numerosas naciones europeas. No obstante, en España han tenido una mayor intensidad y repercusión económica. Una situación que a su juicio descarta una recuperación en forma de V y, en el mejor de los casos, retrasa un año (desde 2022 a 2023) la obtención del PIB de 2019. «Por tanto, aunque en España su caída en el segundo trimestre haya sido superior a la de cualquiera otra de la Unión Europea, la expectativa es un avance inferior al de la mayoría de ellas. Una perspectiva que lleva a un gran número de economistas a prever una salida más lenta de la crisis en España», agrega.

Una conclusión de la que el profesor de la Universidad de Barcelona discrepa porque «si una vacuna muestra una gran eficacia en el próximo semestre, tanto en 2021 como en los siguientes años, considero factible que crezcamos por encima de la media de la UE. Evidentemente, siempre que en 2022 o 2023 no estemos obligados a reducir de manera drástica nuestro déficit público y llevarlo por debajo del 3%». El discurso optimista de Bernardos se sustenta en «la elevada capacidad de recuperación de la economía española». «Una facultad demostrada en anteriores ocasiones y basada en gran parte en las especiales características de nuestro mercado laboral y en el carácter cíclico de algunos de sus principales sectores económicos», matiza.

Sin embargo, según su planteamiento, en esta ocasión también tendrá una gran importancia la vuelta a la completa actividad de lo que denomina como «actividades de contacto» (restauración, comercio, transporte de pasajeros y ocio) y la disponibilidad de fondos europeos por valor de 140.000 millones de euros. «Una suma que permitirá ayudar a los sectores más afectados, modernizar y digitalizar nuestras empresas y transformar en más verde y sostenible a nuestra economía», asegura.

El economista hace hincapié en que en las dos últimas crisis, una vez el gobierno pudo dejar de realizar políticas restrictivas, el PIB español creció por encima del de la UE. Y recuerda que entre 1994 y 2000 lo hizo a una media del 3,7%, un punto más que los países del área mientras que en la etapa 2014-2019 la diferencia fue seis décimas (2,6% versus 2%). Bernardos concluye que la primera medida necesaria es inyectar liquidez a las empresas para que no tengan que hacer frente a grandes pagos.

Gonzalo Bernardos considera que en España no hay una crisis institucional, y de hecho defiende el papel de éstas, que a su juicio han demostrado «estar a la altura» en cuestiones claves para la estabilidad del país como es el independentismo en Cataluña. Sin embargo, el economista sostiene que el problema radica en que «tenemos los peores políticos de los últimos años». «A Rajoy los independentistas catalanes le tomaron el pelo más de tres veces y fueron las instituciones las que controlaron la situación. Los políticos no tienen vocación, ven un buen puesto de trabajo»

El profesor de Economía de la Universidad de Barcelona no comparte la idea generalizada de que en España haya una crisis institucional, «más bien una crisis política, porque el nivel de nuestros políticos es muy bajo». En este sentido se muestra crítico con el poder «excesivo» que se ha otorgado a las autonomías porque en su opinión «hay ciertas cosas que no son delegables a las autonomías». «Como puede ser que todos los españoles financiemos a dos de las comunidades autónomas más ricas del país como son el País Vasco y Navarra, es un escándalo».

«¿Cómo puede ser que los gobernantes españoles digan que se van a centrar sólo en la mitad de los 140.000 millones de euros previstos que van a llegar en ayudas a España?. Me parece rocambolesco, por no decir alarmante. El motor del sector privado en este país ha gripado y ha llegado de meter todas las revoluciones en el motor del sector público y para ello es necesario que el Gobierno aumente todo lo posible el gasto público. Otro dato preocupante es que no saben cómo gastarlo, vamos a disponer de fondos europeos y tenemos que tener claro cómo invertirlos».

Gonzalo Bernardos aboga por fomentar y reforzar los estudios de Formación Profesional para disponer en el país de empresas cada vez más competitivas. «Tenemos empresarios en España muy mal formados que no invierten en la formación de sus trabajadores; somos muy buenos produciendo, pero muy malos vendiendo el producto, la marca. Tampoco tenemos ninguna multinacional ensambladora, ni trabajamos en un proyecto singular, somos un país de componentes y ese es un modelo que debemos cambiar y apostar por ejemplo por la industria agroalimentaria».

«Para mí el teletrabajo es una herramienta maravillosa siempre y cuando se pueda elegir cuánto tiempo hay que pasar en casa y en el centro de trabajo, porque no todos los trabajos requieren de las misma necesidad presencial, depende de la actividad. Pero en general, la vida va a ser mejor con el teletrabajo siempre y cuando el rendimiento del trabajador sea igual o mejor en casa que en el trabajo, y porque, por otro lado, la conciliación familiar y laboral puede ser posible. No tiene sentido esos empleados que pasan horas en el trabajo. La clave es la productividad».

Un consejo para las familias en estos tiempos de crisis motivada por el covid. GonzaloBernardos asegura que la mejor recomendación que puede hacer es que «ahorren y reduzcan los gastos, que no hagan ninguna inversión que no sea necesaria». «Si un trabajador puede ahorrar 2.000 euros al mes puede hacer alguna inversión, si es realmente necesario, otra cosa distinta es aquel que puede ahorrar 300 euros, mi consejo: que no haga nada, que los guarde y sobre todo que sobreviva e intente dormir tranquilo sin pensar más allá de mañana»