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Transformación digital frente a actividades tradicionales. Nueva economía contra modelos clásicos. Startup en contraposición con empresas asentadas. Una dicotomía entre lo ya conocido y lo que está viniendo. Pasado ante un espejo futuro que ya es presente. El Hotel Bahía, en Santander, se convirtió ayer ... en una brújula para entender los nuevos modelos de inversión, los nichos más disruptivos y, en último plano, comprender que no siempre se va a acertar. Que el fracaso siempre es pedagógico. Con esa tesis se presentó Josep María Casas, presidente de la Asociación Española de Business Angels (Aeban), en el Foro Económico de El Diario Montañés. «Hay que huir del inversor mágico que acierta en todo y no fracasa, porque no existe», manifestó.
El acto, presentado y moderado por la periodista de El Diario Pilar González, sirvió para profundizar en la mentalidad de esas redes de inversores que apoyan proyectos recién surgidos en sus etapas iniciales, cuando la iniciativa es demasiado incipiente como para atraer la atención de grandes fondos. Casas habló de los primeros 25, 50 o cien mil euros, en ocasiones «los más difíciles de conseguir».
Como punto de partida, una actitud ante lo que él definió como «un oficio más que una aventura. Si estamos preparados pierde mucho de aventura». Por ello, ante todo, «humildad. Habrá momentos de éxito y otros momentos de fracaso».
El empresario dejó claro el panorama actual. «Hay una nueva economía que, además, funciona de manera diferente. Van acentuarse esas diferencias y desigualdades».
¿Cómo encaja Cantabria en un mundo en el que el máximo anhelo pasa por convertirse en un polo de atracción para startup y empresas tecnológicas? «Santander tiene las bases puestas. Sólo falta ir sumando granitos de arena», dijo.
Casas enarboló un notable optimismo sobre esta nueva tendencia llamada a complementarse, más que a reemplazar en su totalidad, a las actividades tradicionales. En otras palabras, un equilibrio en el que las compañías disruptivas vendrán a sumar y aportar su dinamismo. Eso sí: «No cabe duda de que empleos tradicionales se van destruir», afirmó, aunque para el presidente de Aeban eso no será un problema puesto que se crearán otros muchos. Ahí, de hecho, puso el foco en la formación e incluso en el reciclaje para poder aterrizar en esta nueva realidad dominada por lo digital.
¿Por qué se invierte en startup? Según Casas, sus características les hacen especialmente atractivas si se buscan retornos económicos en el medio plazo. «Tienen crecimientos altos, aunque requieren enormes cantidades de capital y se basan en alta tecnología».
En ese ciclo de evolución corporativa, el denominado 'valle de la muerte', esas etapas donde los riesgos son mayores y que, precisamente, generalmente llegan antes de que entre grandes inversores y sí business angels con sus propios ahorros. «Para que una empresa funcione hay que perder dinero», anotó Casas, deteniéndose en esta paradoja, para explicar que, eso sí, «lo importante a la hora del fracaso en inversiones es fracasar rápido y fracasar barato». Dicho de otro modo, identificar en los primeros momentos si el proyecto está bien testado y armado antes de lanzarse a la creación propiamente empresarial.
Porque dinero hay. «En el mundo existe capital que ha encontrado en la tecnología un lugar donde invertir», especialmente por el contexto de «tipos de interés bajos» registrado en los últimos años. Un sector que tiene un comportamiento claramente diferenciado. «Cuando creas una empresa has de funcionar de una manera diferente a las que ya están desarrolladas», agregó.
De nuevo, vuelta a las claves del «oficio». «He aprendido más por las inversiones que no han funcionado», reiteró.
Casas explicó el proceso para captar buenas propuestas. Primero, atraer proyectos, luego filtrar y evaluar. En último momento, hacer un seguimiento y, fundamental, «preparar la salida». Sí, siempre una vía de obtener el retorno y buscar nuevos horizontes. «En el largo plazo tener una posición del dos o tres por ciento en una empresa nos deja en una situación de debilidad», concretó.
Más claves. «Los buenos inversores se ponen a disposición de las startup. Lo que hacemos es poner el dinero en riesgo más que dar consejos».
En paralelo, las claves del éxito de esta nuevas organizaciones. «Una obsesión por la simplicidad para prescindir de todo aquello que sea prescindible». Como método de evaluar proyectos, en especial si son 'invertibles', la importancia de la escalabilidad y de nuevo las opciones de salida.
Como premisas básicas, que sean viables por mercado o ventaja competitiva, así como rentables, tanto por el momento en que se procede a invertir como por el equipo que sustenta la nueva sociedad.
Fundamental, la validación de las ideas de negocio. Antes de lanzarlas al mercado hay que revisar y testar el modelo hasta pulirlo. Es ahí, entonces, cuando se sale en búsqueda de financiación. No antes. «Así se reducen notablemente las posibilidades de fracaso», ilustró, todo ello enfocado a la simplicidad y a la «gestión de la ambigüedad», remató.
El Foro Económico de El Diario Montañés cuenta con el patrocinio de Unicaja Banco y la Consejería de Economía y Hacienda de Cantabria. Colaboran Gullón y EDP, mientras que la sede oficial recae en el Hotel Bahía, en Santander.
Josep María Casas, presidente de la Asociación Española de Business Angels (Aeban), también fue especialmente claro respecto al «impacto» que las startup y este tipo de negocios disruptivos tienen en los territorios en los que se asientan. «Madrid y Barcelona ya están notando está influencia. Aquí en Cantabria aún no habido ese cambio, pero es cierto que llegará», anotó, para añadir que «cada territorio tiene sus tiempos».
Casas igualmente se detuvo en las diferencias respecto a otro tipo de compañías. «Tienen diferentes modos de contratación y retribución, en ocasiones con salarios que incluyen acciones como complemento».
Igualmente, la manera de gestionar las finanzas. «Saben que cuentan con capacidad de financiación. La cuestión es gastar el dinero para saber si la idea y el proyecto funcionan y son rentables. Si lo ahorramos, seguramente venga otro que sí lo ha gastado y nos adelante». Nuevos patrones para una nueva realidad.
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