«Las propuestas del Pacto de Toledo no van a dar estabilidad a las pensiones»

Herce estima que el aumento de la longevidad es el principal reto y apuesta por un sistema mixto público privado similar a otros países europeos como Holanda o Suecia. Además, no cree que las propuestas del Pacto de Toledo sirvan para dar estabilidad al sistema de las pensiones.

-¿Cómo nos enfrentamos al futuro de las pensiones con el aumento de la esperanza de vida?

-Cada 24 horas la esperanza de vida aumenta 4 y esto supone que cada año se incrementa 2 meses. En un siglo, la longevidad ha avanzado en mas de 20 años. De los 83 vamos a pasar a más de 100 años en una década. En torno al 50% de los niños que están naciendo van a vivir más de 100 años. Esta longevidad nos lleva a cambiar el sistema de pensiones porque cada vez se va a trabajar menos tiempo y a vivir más jubilados. Por otro lado, la revolución digital está desplazando los trabajos. Van cambiar los sistemas de producción y la redistribución de la renta. Aparecen los robot y debemos cambiar los trabajos. No se trata de poner impuestos, sino en utilizarlos y dedicar a las personas a otras tareas. El sistema de pensiones necesita reformas radicales y las propuestas del Pacto de Toledo no las aportan.

-¿Ha introducido la pandemia elementos distorsionadores de cara a las medidas para preservar las pensiones futuras?

-Ha hecho más complicado saldar el déficit público. El PIB cayó un 12% en 2020 y el déficit se acerca a un 4% y este año los efectos se van a seguir notando en el empleo y en la recaudación de cotizaciones a la Seguridad Social. Además, el hecho de que los gastos impropios vayan a los Presupuestos es un elemento distorsionador en cuanto a los flujos de caja. La pandemia se ha llevado por delante a personas que en muchos casos les correspondía morir por el calendario y ha provocado trabas para otras que llegaban a la edad de jubilación y han tenido problemas de tramitación. En 2020 se han ahorrado cientos de millones en pensiones, pero la contrapartida son los gastos que han aumentado por la pandemia. Además, hay menos trabajadores cotizando y con reducciones salariales que van a repercutir en sus bases de cotización

- ¿Qué medidas comparte y cuáles no con el Pacto de Toledo?

-Son un total de 21 medidas y la mayoría implican más gasto y pocos ingresos adicionales. El hecho de que los gastos impropios vayan a los Presupuestos es un alivio para el sistema de pensiones, pero en realidad es un bollo caliente que pasa de la Seguridad Social a los Presupuestos. Hay que tener en cuenta que el Banco Central Europeo (BCE) va a mantener la política expansiva hasta 2023 pero la deuda hay que devolverla. El balance es que no estabiliza el sistema. Se insiste en la solidaridad y en la suficiencia y luego ya se verá cómo se paga, y no se habla de contributividad y sostenibilidad. Además, no se han tenido en cuenta a la mayoría de los más de 40 expertos, entre los que estuve, que aportamos nuestras reflexiones.

- ¿Deben convivir sistemas públicos y privados de pensiones?

-Los países más avanzados tienen un sistema mixto en plan de igualdad. Público y privado son las dos patas para asegurar las pensiones y no se debe considerar a lo privado peor que lo público e insistir en el blindaje constitucional. En Holanda, los jubilados cobran el 100% de su último salario y la Seguridad Social aporta el 30% y el resto se canaliza a través de sistemas de empleo obligatorio. Aquí la Seguridad Social aporta el 80%.

- ¿Hay algún modelo europeo que le parezca el más adecuado?

-No solo hay que mirar en nuestro entorno. Hay sistemas interesantes en Estados Unidos y Australia y en América Latina o Portugal. Además de Holanda, tenemos a Suecia en dónde la Seguridad Social calcula lo que ha aportado cada trabajador y se capitaliza teniendo en cuenta el PIB y la esperanza media de vida. El importe de su pensión vendrá determinado por las aportaciones acumuladas durante su vida laboral más la revalorización establecida, y todo ello dividido por los años de esperanza de vida que tenga el trabajador en el momento de jubilarse. Es una fórmula sencilla frente a la complicada de España. También es interesante el sistema británico en donde está la pensión estatal, una segunda en función de la renta y un plan de afiliación automática a planes de empresa.

-¿Qué aconsejaría a los jóvenes con empleo precario y bajos sueldos para asegurarse una pensión?

-Que olviden lo que han aprendido y se formen de nuevo. Que trabajen y ahorren y tengan claro que se sus padres y abuelos se han sacrificado. Tienen que dejar de llorar y de considerar que los viejos les quitan el empleo. Los viejos saben hacer cosas que los jóvenes no y éstos deberán aportar otras nuevas. Los jóvenes de 25 años parece que tuvieran los 17 años de antes, su edad mental es menor que la real. No podemos seguir considerando a los millennials, algunos cerca de los 40 años, como eternamente jóvenes. Tienen que madurar y si no les gusta el trabajo o el jefe que se monten su negocio.

-¿Qué opina del tema controvertido de la edad de jubilación y los años de cotización?

-Volvemos al tema fundamental del aumento de la longevidad. Vamos a trabajar como mucho 35 años y vivir como jubilados 20 como mínimo y eso el sistema actual de pensiones no lo aguanta. Si hallamos diferentes índices sobre esa base vemos que no se sostiene la edad de jubilación a los 65 años, debería adaptarse a la esperanza de vida y debería estar a los 69 años. Tenemos que seguir trabajando más años y seguir formándonos. La jubilación es un derecho y no una obligación.