«Cantabria debe dejar atrás esta crisis con más innovación y tecnología»

«Tu estado de ánimo es tu destino». Con una cita griega cerró este martes José Carlos Díez su participación en el Foro Económico de El Diario, la primera en formato digital ante las circunstancias sanitarias que delimitan y constriñen la mayor parte de la actividad. El ponente, que se autodefine como el «economista observador», se mostró «optimista» ante el futuro porque se abrirán «grandes oportunidades». Eso sí, España y Cantabria deben dejar atrás la tierra quemada productiva que ocasione el Covid-19 con una profunda inmersión en «innovación y tecnología».

La novedosa experiencia, que tendrá continuidad en próximas semanas, tuvo como hilo conductor las preguntas de la periodista Pilar González, a las que el economista respondió con precisión. En su domicilio de Madrid, «acostumbrado al teletrabajo», su primera reflexión llegó tras conocer los datos de afectados por los más de 7.000 expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) de Cantabria, que alcanzan a cerca de 45.000 trabajadores. «Es una barbaridad. Ni los economistas conocemos este tipo de crisis en que se deja a la economía en coma inducido por los riesgos sanitarios. No hay precedentes ni modelos previos que sirvan en este caso. Es la más intensa desde la Gran Depresión», arrancó.

Por ello, la pregunta evidente a nivel ciudadano gira en torno a cuándo volverá la normalidad. ¿Qué normalidad? Díez puso una frontera clara, el punto en que se retorne al nivel de empleo de febrero. «Va a ir para largo y nos llevará algunos trimestres», adelantó. Porque, en su experta opinión, «la estadística del PIB (Producto Interior Bruto) es muy compleja. El mejor indicador es el empleo. Esos datos de afiliación están registrados. La dificultad está en las personas afectadas por ERTE. Seguramente en un mes tengamos suficiente información para ofrecer una estimación más acertada», anotó.

En un mundo global y una crisis planetaria, la estrategia futura obliga a mirar hacia afuera. «Hay que adaptar la política económica. Lo que pase en Europa va a condicionar mucho a Cantabria, muy dependiente de los vecinos continentales en exportaciones o actividad turística».

Una Unión Europa que, en su opinión, «siempre llega tarde y con poca contundencia, como nos pasó en 2008. Ahora tenemos al Banco Central Europeo actuando desde el primer momento y estamos protegidos. De hecho, España emite deuda a diez años a un 1,2%. Esto es gracias a estar dentro del euro. Debe quedar claro que, si no, no habría dinero para pagar las pensiones», aseveró.

El analista opinó que en cuanto a la hoja de ruta de Bruselas para abordar la salida de esta sima coyuntural, «lo que se ha aprobado ya es mejor que lo que se hizo en 2008. Ángela Merkel (canciller alemana) es lenta, pero luego actúa. No va a dejar romper el euro. Creo que al final tendremos el 'pack' completo, eurobonos incluidos», aseveró.

Pero, hasta entonces, el país no tiene tiempo que perder. «No podemos esperar a Europa. España, y Cantabria, tienen más paro que la media del continente, por lo que hay que adoptar medidas».

A este respecto, el invitado al Foro valoró una de las primeras actuaciones que se aplicaron en plena tormenta. «La flexibilización de los ERTE ha sido una iniciativa acertada porque, además de proteger a los empleados, exime a empresas y autónomos de los pagos a la Seguridad Social. Han sido una ayuda para frenar el golpe, pero ahora se necesita otra estrategia para poder curar las heridas producidas durante estas semanas»,

¿Qué herramientas utilizaría el experto? En primer término, está a la espera de que «Hacienda levante la regla de gasto. Esto es algo importante, también para Cantabria, en el sentido de que la Comunidad y los ayuntamientos puedan emplear su superávit en esta etapa de reconstrucción».

¿Con qué destino? Aquí el experto fue rotundo y dibujó el mapa por el que debe pasar el futuro de territorios como el cántabro. «Hay que avanzar en sostenibilidad y digitalización. Cantabria ha tenido una gran trayectoria en la industria mecánica. Ahora debe entrar en las dinámicas de la industria digital».

Entre otros asuntos, José Carlos Díez igualmente abordó la profusión de decretos-ley en estas semanas de estado de alarma. «Francia y Alemania sólo han acordado cinco medidas económicos. Aquí el problema fue que erramos en el diagnóstico inicial, cuando se dijo un día antes de decretar la situación excepcional que el virus tendría una afección mínima. Me cuesta entender por qué el Gobierno aún no ha enviado a Bruselas sus previsiones económicas revisadas». En todo caso, ahora toca «priorizar el gasto en partidas como sanidad y pensiones. Para el año próximo hay que elaborar un presupuesto responsable para mandar un mensaje de tranquilidad a los inversores internacionales».

Éstos, dijo, de momento no han presentado síntomas de nerviosismo. Al contrario, como evidencia la mencionada compra de deuda soberana española a diez años.

A la hora de no repetir errores, el economista igualmente llamó a reflexionar sobre lo que ha fallado en estas semanas de estado de alarma. Como ejemplo, la falta de planificación entre Estado y autonomías, que derivó en falta de equipos de protección individual para el personal sanitario, todo ello a pesar de que la Organización Mundial de la Salud pidió medios «el 30 de enero».

«Algo hemos hecho mal», incidió, más cuando «somos el país que más está retrasando sus planes de desescalada en comparación con los países del entorno».

Díez también posó su bisturí en el desempeño político. En concreto, se mostró partidario de un gran pacto entre el PSOE y el PP, al que definió como «la oposición más débil de España».

En este punto, en el de la clase política, lanzó varios dardos envenenados. «Falta altura política. El Parlamento de Madrid, por ejemplo, no funciona desde hace cinco años porque está conformado por gente que la situación más complicada que han gestionado en su vida es pedir una hipoteca. Es un drama, cero experiencia en la gestión».

Cuestionado sobre si el Gobierno actual formado por PSOE y Podemos está preparado para pilotar la crisis, el conferenciante reprobó que «no puede ser que haya gente que en mes y medio no haya cobrado una ayuda. Con una administración pública digitalizada y eficiente hubiera habido la mitad de muertes. Vamos a copiar el modelo coreano», animó en su discurso.