
Miriam González Durántez
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Miriam González Durántez
Miriam González Durántez (Valladolid, 1968) es mucho más que la mujer del exviceprimer ministro británico Nick Clegg. Se ha ganado su propio espacio por méritos ... propios, entre ellos destacan que es abogada especializada en comercio internacional, forma parte del consejo asesor internacional del Círculo de Empresarios en España, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores y ha sido profesora de política comercial internacional en la Universidad de Stanford, California.
También ha lanzado varias iniciativas como Inspiring Girls International y su proyecto principal actual, España Mejor, una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es dinamizar la sociedad civil para que participe en la elaboración de políticas públicas. En ello estará focalizado el Foro Económico de El Diario Montañés que protagonizará este miércoles a las 09.30 horas en el Hotel Bahía bajo el título 'Sociedad civil, democracia y Europa'. Una ponencia con la que quiere dejar claro que «hay momentos en la historia en que puedes ir al ritmo normal y hay otros en los que tienes que ir con muchísima agilidad y este es uno de esos momentos, España no se puede quedar atrás y menos por un sistema político en el que todo va lento porque se ha enredado en la hiedra del clientelismo».
–A las pocas semanas de lanzar la plataforma España Mejor sumaron 30 propuestas, ¿por cuantas van?
–Más de 200 propuestas recibidas y vamos sacando según están hechas de una manera muy orgánica. Somos una organización con voluntarios que prestan su tiempo y lo que nos caracteriza es que nadie de los que participamos estamos de acuerdo en todo. Yo creo que esa es una manera de trabajar muy sana y que debería verse en política, aceptando que nunca vas a tener la razón al 100%.
–¿Qué tipo de propuestas son las que más os llegan?
–De todo. Por ejemplo detectamos mucha preocupación en vivienda, que luego hemos afrontado con una propuesta conjunta. Ahora también tenemos a gente trabajando en agua e incluso explorando cómo podemos aplicar la inteligencia artificial en distintos usos como en el Sepes o en el estado de bienestar porque claramente vamos a tener un problema de recursos dentro de nada. En la parte económica fue donde empezamos con una propuesta de reforma de financiación y ahora nos ha llegado una reflexión mucho más estratégica de por dónde tiene que estar el posicionamiento económico del país. Yo estoy muy centrada en la parte del estado de derecho y la ética, así que vamos conjugando dependiendo de dónde esté la gente.
–¿La vivienda es el gran problema actual del país?
–Es uno de los gravísimos problemas y no se entiende que los dos partidos mayoritarios no consigan despolarizar y ponerse de acuerdo con una serie de principios básicos para desatascar este problema. Nosotros ciframos la necesidad de alquiler asequible en 700 mil viviendas, aunque es una cantidad conservadora porque para estar en la media europea necesitaríamos 1,5 millones. Reclamamos una batería de medidas empujadas a la vez de manera coordinada, pero hay un problema de actitud. Lo que vemos son situaciones paradójicas en las que el PSOE y el PP se acusan el uno al otro de que se están copiando medidas en materia de vivienda cuando lo que ahí hay es una base para el consenso y no para la división.
–¿Qué otros grandes retos identifica para España?
–Creo que hay que ver cómo se dinamiza la economía pero a largo plazo. No solamente este crecimiento basado en el turismo y el aumento de la inmigración. Además, tenemos que quitar toda la burocratización. No podemos desarrollar el potencial del país si seguimos teniendo una estructura económica orientada a subvencionar ese enorme clientelismo que tenemos casi desde el principio de la democracia y que no hemos logrado solucionar. Además, las reformas educativas deberían ser prioridad número uno. También hay una enorme preocupación por la inmigración y no se puede dejar estos temas a los extremos. Por último, destacaría que hay que prestar atención a la vulnerabilidad enorme en seguridad que tiene la Unión Europea, no se puede abordar cono una cosa que no tiene que ver con nosotros.
–¿En occidente seguimos dando por hecho que la democracia es el sistema correcto?
–Hay mucha gente que no asume eso, un 38% de los jóvenes cuestionan si no sería mejor vivir en un sistema menos democrático y más eficiente. En Estados Unidos hay muchísima gente ahora mismo que no comparte realmente sus valores. Posiblemente la respuesta hubiera sido diferente hace seis meses, pero todo se está moviendo a muchísima velocidad y esos valores que parecían que siempre iban a estar ahí ya no están.
–¿Hay que mejorar la democracia u optar por otro sistema?
–Soy absolutamente demócrata. Lo único que quiero dejar a mis hijos es una educación y un sistema democrático que siga funcionando. Pero no podemos dar por hecho que lo vayamos a tener. En Estados Unidos hay un deterioro enorme en cuestión de nada con una popularidad creciente hacia un presidente que está cuestionando principios básicos. Yo creo que uno de los grandes problemas que tenemos es que en aquellos países que decimos que somos democráticos hemos dejado que se produzcan erosiones en el estado de derecho.
–¿Cómo cuidaría mejor de ese estado de derecho?
–En España, para empezar, nos falta todo un capítulo en la Constitución para los controles y garantías sobre el poder. Ahora mismo se le achaca al presidente Sánchez una colonización de las instituciones y un enorme deterioro de las reglas del estado de derecho que es verdad que se está dando, pero lleva ocurriendo mucho tiempo. Lo que pasa es que ahora se hace abiertamente y sin pudor. Y aquí todos los partidos políticos han estado participando en las artimañas para repartirse el poder y también la ciudadanía tenemos que reconocer nuestra responsabilidad porque se lo hemos consentido, falta exigencia social.
–La economía española crece más que la media europea, ¿es para estar orgullosos?
–Parte de lo que nos ocurre es que los países que dependen de la manufactura en el norte sufren más que los que dependemos más de los servicios en el sur. Yo siempre he estado orgullosa de lo que hace la gente de nuestro país, hay que recordar que se salió de la crisis gracias a que aumentaron las exportaciones y ahora que hay problemas con manufacturas la gente apuesta por los servicios, pero también de valor añadido, no solamente del turismo. Así que siempre ves ahí la capacidad de reacción y de reinventarse de la población española, lo que pasa que nos falla el acompañamiento político. Este país se saldría si con ese talento, esa capacidad de innovación y esas ganas de hacer cosas que tiene el sistema remara a favor y no en contra.
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