Secciones
Servicios
Destacamos
No es infrecuente que a algunos comercios se les acabe conociendo según el topónimo de su fundador o fundadora. Hubo hace tiempo una confitería, 'La Gaditana', que expendía granos, bebidas y pasteles. Y aún 'La Valenciana', de la viuda de Torregrosa, que era un comercio ... que vendía de todo, loza, vasijas, felpudos y hasta figuritas de belén... No hace falta inventarse un nombre rimbombante, basta destacar de dónde es uno. Es el caso, por supuesto, de una frutería centenaria que se asoma a esta página, la de 'El Valenciano', conocida así desde siempre gracias al origen de sus fundadores, Agustín Revert y Teresa Albelda, que eran naturales de Carcagente, provincia de Valencia. Llegaron a Santander relativamente jóvenes, a principios del siglo XX, pongamos en el año 1904 (no hemos podido averiguar el año exacto), cuando empezó el mercado de La Esperanza, aunque su primer emplazamiento no estuvo aquí, sino en un pequeño local de la vieja calle Rualasal y en el antiguo mercado de las Atarazanas, que desapareció como tal hacia 1940, meses antes del incendio de febrero de 1941 que obviamente también les afectó, como a tantos otros negocios. Nuestros amables informantes son los hermanos Carmen y Antonio (hijos de Antonio Revert), que regentan el conocido puesto en el mercado de La Esperanza, y Tino Revert (hijo de Bernardo Revert) y Manolita Arce, que tienen su prestigiado establecimiento de fruta en el número 80 del paseo de Canalejas. Agustín Revert y Teresa Albelda llegaron a Santander, pues, a principios de siglo ya con dos hijos 'valencianos', que llevaban sus nombres; en Santander nacieron otros cinco, Pepe (que tendría un almacén al por mayor en la travesía del Cubo), Herminia y Antonio (que estuvieron en el mercado de la Esperanza), Isidoro (que abriría comercio en Quinta Porrúa) y Bernardo (que fundaría el de Canalejas).
En las Atarazanas los Revert comenzaron a dedicarse a la venta de melones 'a cala y a cata': se permitía al cliente probar el producto antes de decidirse a comprarlo. Tras la desaparición de aquel mercado frente a la catedral y el terrible suceso del incendio de Santander, Teresa Albelda y sus hijos regresaron un tiempo a Carcagente. Durante unos años el negocio estuvo alojado en uno de los barracones provisionales instalados de urgencia en la calle Amós de Escalante, junto al Ayuntamiento, y más tarde ya se quedaron con su puesto en la planta superior del mercado de La Esperanza. Prácticamente toda la familia (no solo los Revert, sino también sus parejas) se ha dedicado al negocio de la fruta, bien desde el transporte, el almacenaje, la contabilidad, los despachos o la venta al público; 'El Valenciano' participó en la constitución de Mercasantander en 1968, cuyos principales socios son el Ayuntamiento de Santander y la empresa Mercasa. Como es bien conocido, Mercasantander es un punto de distribución de productos alimentarios, tanto perecederos como no perecederos, que se ha convertido en un importante centro logístico donde sus servicios ayudan a mejorar la gestión comercial de las empresas. En la actualidad algunos Revert, en la lógica extensión familiar, también se dedican al negocio de la hostelería y la restauración.
Los fundadores, Agustín Revert y Teresa Albelda, fallecieron a una buena edad, en 1958 y 1975, respectivamente. Siguieron el negocio en el mercado de la Esperanza su hijo Antonio Revert y la mujer de este, Carmen Abariturioz, que a sus actuales 97 años, es decir, ya casi centenarios ellos mismos, contemplan la evolución del negocio. Antonio y Carmen tuvieron cuatro hijos, Pilar (fallecida, por cierto, este mismo año), Carmen, Antonio y Teresa; los tres primeros son los que se han dedicado expresamente al negocio, que no solo vende fruta de muy variado origen y calidad más que contrastada, sino verduras, frutos secos y algunas variedades de legumbres, como el garbanzo, la alubia tolosana, la de cocido y la planchada.
Hay que apuntar que la frutería también ha trabajado el servicio a domicilio y que mantuvo una importante actividad (como prácticamente todos los negocios del mercado) durante la pandemia de 2020, esto creo que es importante reconocerlo y destacarlo. Preguntados sobre la calidad de la fruta, me destacan una cuestión muy curiosa, y es que ha mejorado sustancialmente (por ejemplo, en cuanto a la producción de fruta sin pepitas) y que perfectamente dura todo el año; con la excepción de los perojos, que aguantan unos quince días, en general la fruta aguanta todo el año, de ahí el lema que sostiene esta página, 'de todo, todo el año'. La fresa, por ejemplo, dura de diciembre a mayo, cuando antes solo la teníamos en primavera. Antes las manzanas o naranjas llegaban a granel, sin selección previa, y en la actualidad no sólo llegan ya seleccionadas y etiquetadas, sino calibradas en su peso y su calidad.
En 1960 abrieron la tienda de Canalejas el santanderino Bernardo Revert y su mujer, Rosario Fuentes, de Maliaño. Me cuentan su hijo Tino y nuera Manolita que el cartel de madera que anuncia aún hoy el comercio es, restaurado, el que habían tenido los Revert en los pabellones de Amós de Escalante después del incendio; o sea, una pequeña pero firme muestra de nuestro patrimonio local. 'El Valenciano' sigue, pues, en plena vigencia, manteniendo, además de la contrastada calidad de sus productos, la dicha de haber pervivido como un negocio familiar que aprecia su propia historia y la capacidad de emprendimiento de sus integrantes, que no han perdido el vínculo con su Valencia originaria.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.