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El Gobierno de Cantabria ha propuesto adjudicar a la Unión Temporal de Empresas (UTE) conformada por Copsesa y Metalizard el último tramo para conectar las autovías S-10 y S-30 a la altura del Polígono de Morero. El importe para la realización de los ... trabajos asciende a 16,34 millones y contará con un plazo de ejecución de 30 meses.
La resolución de la Mesa de Contratación del Ejecutivo deja a la UTE Copsesa-Metalizard por encima de la articulada por Acciona Construcción-Tedcon Integra; la UTE Siecsa, Construcción y Servicios, y Construcciones del Norte; y la armada por la compañía de Florentino Pérez Dragados junto a Talleres Metálicos Dinametal.
No sólo eso, sino que el Gobierno consigue así desbloquear un proyecto que se había visto golpeado por el inusitado incremento de los costes de construcción vivido a raíz de la pandemia y la guerra en Ucrania. Una combinación que parecía abocar a la actuación a incluirse en el grupo de aquellas destinadas a no terminar de materializarse nunca porque ya en octubre de 2022 se tuvo que disolver la primera adjudicación de la obra debido a que la concesionaria, Unión Temporal de Empresas (UTE) Ascán-Dragados, decidió no seguir adelante justificando el encarecimiento de los materiales.
Se puso en marcha entonces de nuevo todo el proceso administrativo para sacarlo otra vez a licitación por 14,1 millones de euros a principios de 2023, todavía con el regionalista José Luis Gochicoa al frente de Obras Públicas, pero este quedó desierto. Entonces, el bipartito no dio explicaciones sobre por qué la actuación no había suscitado el interés de las empresas y se limitó a señalar que desde ese mismo momento se ponían manos a la obra para replantear la documentación técnica y económica. La nueva licitación, ahora por fin completada, partía de un presupuesto base de 17,35 millones, IVA incluido, ya con el popular Roberto Media al mando de la Consejería. Este nuevo importe suponía un incremento adicional del 22%. El procedimiento anterior arrancaba con un encarecimiento del 45%.
El nuevo tramo tiene una longitud de 650 metros y completa la construcción del nuevo eje de conexión entre las autovías S-10 y S-30, tras dos fases anteriores. El proyecto prevé la ejecución de todas las intervenciones necesarias para la construcción del nuevo vial (terraplenes, drenajes, aceras, estructuras, señalización, reposición de servicios y restauración ambiental) e incluye la construcción de un viaducto sobre la ría de Solía. Este último es el punto más relevante del proyecto, ya que dicho segmento contará con una longitud total de 427 metros -dos tercios de todo el trazado-, correspondientes al nuevo paso sobre el puerto más su extensión sobre el llano formado por los antiguos depósitos de desechos mineros.
El plan está llamado a culminar un ambicioso proyecto global que comenzó a ejecutarse en 2008 y en el que se ha invertido ya un montante de casi 13 millones de euros con las dos fases ya ejecutadas −la primera fue entre La Cerrada y el Crucero de Boo, inaugurada en 2013, y el segunda la unión entre Boo con el final del Polígono de Morero, finalizada en 2019−.
El vial ahora por fin adjudicado implica la conexión de los polígonos industriales de Guarnizo y de Morero con las principales vías de comunicación de la región, con una salida directa a la red de autovías en la S-30 y, a su vez, facilitará el tránsito entre los diferentes núcleos de la Bahía de Santander con un camino más corto y directo y mejorando los accesos a los municipios.
En cuanto a plazos, según la hoja de ruta fijada en esta última licitación, lo más previsible es que, salvo percance durante el transcurso de los trabajos, el proyecto pueda culminarse a comienzos de 2027.
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