Grupo GOF reactiva la obra de la terminal de fertilizantes tras casi un año parada

En plazos, la terminal según el contrato inicial debía estar preparada para el pasado mes de marzo, aunque bien es cierto que la tramitación administrativa de la concesión también se fue demorando en el tiempo. Sin embargo, un vistazo a la zona, muy concurrida en los últimos días con motivo del desembarco de las grúas portacontenedores de la compañía Boluda, hacía evidente que el calendario no se había cumplido.

Ni mucho menos, pues donde debía erigirse la instalación, justo al lado de la Terminal Agroalimentaria también gestionada por GOF, se mantenía una explanada y los cimientos del edificio.

Ahora, la compañía familiar ha conseguido reactivar los trabajos, detenidos en los últimos meses por un percance en absoluto excepcional: los problemas con el suministro de materiales y, en el fondo de la cuestión, los sobrecostes que han golpeado a todo el sector de la construcción.

Fernández-Rosillo, la encargada de acometer los trabajos de obra civil -Calero Indaisa se ocupa de la parte mecánica-, ha estado en los últimos días haciendo limpiezas de las zonas donde se había paralizado la actividad, tras firmar el replanteo el pasado lunes. Con este contexto, el Grupo GOF estima que la nueva terminal, concebida como una de las instalaciones más avanzadas del mundo en su sector, comenzará a operar antes del verano de 2023. La compañía, una vez salvadas las mencionadas dificultades, coge impulso para dotar al espacio portuario de una nueva infraestructura clave en su estrategia de desarrollo y decidida apuesta por la sostenibilidad.

La propuesta diseñada por Cobasa, filial del Grupo, destaca por las prestaciones medioambientales y de higiene sanitaria, concebidas para reducir al máximo las emisiones de gases de efecto invernadero. En este sentido, aspira a recortar la huella ecológica asociada al tráfico de este tipo de graneles, con el fin de alcanzar una huella negativa. La instalación está siendo posible gracias a la inversión privada del Grupo, que asciende a seis millones de euros.

La nueva edificación, con una superficie de 5.700 metros cuadrados distribuidos en dos naves, se dedicará al almacenamiento de fertilizantes sólidos a granel, maximizando el volumen de almacenamiento y optimizando los procesos de llenado, carga y movimientos de vehículos. La capacidad de almacenamiento asciende a 25.000 toneladas, con un potencial de descarga de 7.000 toneladas al día y de levante diario a camión de 10.000 toneladas. El grupo prevé una capacidad de gestión de 60.000 toneladas por ejercicio.

Las obras para completar su construcción se retomarán la próxima semana, según explica el director general de GOF, Andrés Gómez Bueno. «Los problemas en la cadena de suministro y el alza de las materias primas constituyen un reto de primer orden para todo el sector de la construcción, que hemos logrado salvar satisfactoriamente con la cooperación de nuestros proveedores», explica. En este sentido, destaca el «compromiso» de las empresas asociadas a la construcción de la instalación para «consolidar la posición del Puerto de Santander como un enclave de referencia en el tráfico sostenible y de máxima calidad de manejo de fertilizantes».

La zona de almacenamiento está formada por seis parvas de 4.500 metros cúbicos de capacidad cada una, diseñadas para albergar la carga completa de un buque tipo de transporte de este tipo de materiales. La zona de carga y maniobra es una franja adyacente a las parvas de almacenamiento en la que se realizarán las maniobras de las palas cargadoras, así como las de los camiones de transporte.

Con la puesta en marcha de nuevo del proyecto, el Puerto de Santander seguirá avanzando hacia su nueva estrategia y diversificación de servicio, apostando por la especialización sustentada en una terminalización evidente que permita encontrar un nicho específico de mercado frente a los gigantes con los que compiten a apenas unos cientos de kilómetros de distancia.