Grupo Robledo cierra sus talleres de Santander y Barros después de más de 50 años de actividad

Ahora, la compañía se despide y lleva semanas ejecutando una clausura «ordenada» después de indemnizar a sus trabajadores y pagar las deudas pendientes. También cobrar liquidaciones que restaban por ingresar en las cuentas de la organización. Sus responsables, toda una vida dedicada al negocio de la chapa y la reparación de vehículos, se jubilarán al no contar con relevo para seguir al frente del negocio.

En paralelo, la propia tendencia del sector, con unos umbrales de rentabilidad cada vez más estrechos. No se incurre en pérdidas todavía pero los beneficios menguan. Por todo ello, la decisión de una retirada sobre la marcha y que ha empezado a ejecutarse desde los primeros días del nuevo año.

El gerente del Grupo, Fernando Robledo, amplía a El Diario las razones del cierre. «La falta de mano de obra ha sido un factor importante. Es imposible encontrar chapistas y pintores. La interinidad de los operarios es increíble. Como segunda clave, la falta de relevo generacional: no tenemos hijos que se quieran quedar con el negocio».

A partir de ahí, otros motivos ya apuntados. «La falta de rentabilidad ha ido en aumento en los últimos años. Antes de entrar en pérdidas preferimos dejarlo. Tenemos una edad suficiente para ello», agrega. En relación con lo anterior, la ausencia de componentes y recambios, que ha impactado fuertemente en los márgenes.

Como consecuencia general, «el hartazgo. Con las aseguradoras, con la crispación que hay... Esos son los motivos principales de nuestro cierre», añade.

En esa hoja de ruta ordenada ya se han acometido varios pasos. El primero de ellos, el de cumplir con los trabajadores, una plantilla que en los últimos tiempos ya había descendido a 12 empleados después de que otros se jubilaran, se prejubilaran, marcharan a otras empresas que pagaban más o, incluso, optaran por la vía de la función pública a través de las oposiciones. «Hemos pactado el ERE de despido colectivo con los empleados y los sindicatos. Está firmado de común acuerdo por una amplísima mayoría de los operarios. Hemos pagado las indemnizaciones y estamos terminando los últimos trabajos que nos quedaban».

Porque, eso es evidente, no es un problema de trabajo. Sólo en enero han tenido que rechazar cerca de 200 reparaciones ante la perspectiva próxima de echar la persiana. En 2022 se llevaron a cabo unas 2.000 actuaciones, por lo que el fondo de comercio es importante.

Los empresarios, en todo caso, no descartan una posible venta en caso de que algún interesado quiera contactar. aunque admiten que con todo el proceso ni siquiera han tenido tiempo de buscar una potencial operación. «Esto se ha desencadenado prácticamente en los últimos dos meses. Casi no hemos tenido tiempo de publicitarlo. Ha sido una decisión muy rápida por todo lo que ha venido. Cerramos las puertas y dejamos toda la maquinaria tal y como está por si hubiera algún comprador que quisiera coger un taller de mecánica totalmente montado», afirma Robledo.

El Grupo cuenta con 3.500 m2, de los cuales 2.500 son naves. Un referente del sector de la reparación de vehículos que pone fin a su trayectoria después de varias décadas de actividad.

Un cierre, además, fuera de lo habitual por la forma de llevarlo a cabo y, sobre todo, por la voluntad propia de los propietarios, que ahora pasarán a una merecida jubilación.