Hacienda devolverá a los mutualistas en 2025 y en un único pago el IRPF pendiente

El cambio de criterio del departamento que dirige María Jesús Montero se produce a menos de una semana del inicio de la campaña el próximo miércoles y permitirá liquidar las compensaciones pendientes en un único pago, corrigiendo el criterio que el propio Ejecutivo introdujo a finales de 2024 y que retrasaba el cobro de esas compensaciones hasta 2028 porque los aliados tenían que solicitar esa devolución en la declaración de la renta de cada ejercicio.

La fórmula que aprobó el Gobierno dentro de la reforma fiscal preveía que los mutualistas que no hubieran recibido la devolución íntegra que le correspondía el año pasado tendrían que solicitarla de manera sucesiva, de forma que en 2025 solo se podría reclamar la correspondiente a 2019; en 2026 la correspondiente a 2020, en 2027 la de 2021, y en 2028, la de 2022.

Tras varias negociaciones infructuosas con los colectivos afectados y los sindicatos -la última, la semana pasada-, la vicepresidenta primera y titular de esta cartera comunicó este jueves este cambio normativo. «El objetivo es que los contribuyentes con derecho a este reintegro reciban de una vez y en un solo pago a lo largo de este año 2025», anunció Montero, avanzando que los mutualistas tendrán que volver a solicitar esa compensación, por lo que no será válido el trámite realizado el año pasado y que la Agencia Tributaria trabaja en habilitarlo. Esta devolución parte de una sentencia del Tribunal Supremo con el objetivo de evitar la doble tributación por las aportaciones a las mutualidades que no pudieron deducirse en su momento y cuya cuantía roza los 6.000 millones de euros.

El abono a los mutualistas es solo una parte, destacó Montero, del conjunto de sentencias por «mala praxis» procedentes de reveses judiciales que achaca a los Gobiernos anteriores del PP y que eleva la factura a 11.000 millones. De esta cantidad, unos 8.000 millones son 'one-off' - el término técnico para decir que son un gasto puntual que no se repetirá en el futuro y está contabilizado «en términos de gasto», en el déficit del 2,8% de 2024.

España cerró el pasado ejercicio con un desequilibrio entre lo que ingresa su sector público y lo que gasta de 44.597 millones de euros. O lo que es lo mismo, ese déficit público del 2,8% sobre el PIB. Una cifra que supone una reducción de siete décimas respecto al 3,5% de 2023 y que, por quinto año consecutivo, permite cumplir con su objetivo y mejorar el compromiso con Bruselas, que era cerrar en el 3%. Ese desajuste presupuestario no incluye el impacto de las medidas impulsadas para mitigar los daños causados por la dana de Valencia que hubieran situado el déficit en el 3,15%, «lo que también supone una importante reducción respecto al 3,5% de 2023», destacó Montero.

De esta forma, el déficit vuelve a ser inferior al que tenía España antes de la pandemia de coronavirus: 2019 cerró con un saldo negativo del 3,1%. Por otra parte, la recaudación tributaria aumentó un 8,4%, hasta los 295.000 millones de euros, lo que supone un nuevo máximo histórico. En detalle, la recaución del IRPF aumentó en 9.128 millones de euros, un 7,6% más, hasta los 129.408 millones; el IVA recaudó 6.632 millones más, un 7,9% más y 4.000 millones más del impuesto sobre sociedades, con un aumento del 11,5%.