Secciones
Servicios
Destacamos
MARIO CRESPO
Martes, 7 de febrero 2023, 01:00
En la página web del balneario leemos que fue fundado en el año 1826 y seguro que habrá motivos de sobra para acogerse a ese año como origen de uno de los balnearios más antiguos de España, en el municipio de Los Corrales de Buelna, ... próximo al santuario de Nuestra Señora de Las Caldas. Mantengamos, pues, 1826 para encabezar esta página, pero lo cierto es que hay otras efemérides anteriores para acercarnos a la historia del establecimiento, que está vinculado a una circunstancia no poco notable: su ubicación en el camino de Madrid a la Montaña (carretera N-611 Santander-Palencia).
El lector interesado en este asunto tiene a su disposición dos fuentes destacadas que he consultado: un artículo de Inocencio Cadiñanos en la revista 'Altamira' (1988), que se centra en los planos del arquitecto Alday, y la monografía de Mª Rosario del Caz 'El agua en el seno de las aguas' (2001), que estoy leyendo para los artículos relacionados con los balnearios históricos de Cantabria.
Acaso las aguas termales del Besaya que dieron lugar a este balneario de Las Caldas sean las más antiguas de la región en cuanto a la continuidad de noticias más o menos certeras sobre su uso y disfrute desde hace siglos. No es descabellado pensar en su aprovechamiento ya en tiempos de los romanos, a la vista de algunos hallazgos de época en la zona y del topónimo «caldas». La existencia de una ermita románica, origen del convento de los dominicos levantado en el siglo XVII, también incide en las bondades termales y salutíferas del paraje. En 1700 el P. Alonso del Pozo, en su libro 'Historia de la milagrosa imagen de Las Caldas y su convento', dio ya noticia concreta de un manantial de «agua de baños para los enfermos», describiendo una primitiva casa de baños que estaba «cercada de cuatro paredes altas en cuadro, con portada de sillería y escalera de piedra, para bajar a la fuente de los enfermos». La apertura del camino a/de Reinosa a mediados del siglo XVIII urgió a las autoridades locales y diputados del valle de Buelna a establecer una casa de baños adecuada a la creciente demanda de visitantes, especialmente ya a comienzos del siglo XIX, cuando se vio claramente que su llegada para tomar esos baños con fama de «curar reumas» podía generar pingües beneficios tanto a la localidad como a los dominicos. Intervino el Real Consulado de Santander y en 1806 fechó el arquitecto municipal José de Alday, aprovechando un estrecho terreno entre el río y la carretera, su proyecto para casa de baños, siguiendo el modelo de Solán de Cabras, con seis baños, habitaciones y casa-mesón; por su fecha temprana, se trata de unos planos muy valiosos para el estudio de los balnearios cantábricos. El presupuesto previsto de construcción era muy elevado para la época, 350.000 reales, y en todo caso se interrumpió por la Guerra de la Independencia que tanto daño causó, por cierto, al santuario. En 1813 lo visitó el lugar el oficial británico E.W. Buckham, que probó el «manantial caliente de piritas y sulfuro» y atestiguó que el convento se hallaba entonces «casi deshabitado».
Sin embargo, podemos tomar 1826 como el año en que se levantaron las construcciones según la planificación de Alday, que en buena parte hoy en día se ha mantenido. En el 'Diccionario' de Pascual Madoz, recopilado a mediados del siglo XIX, leemos la siguiente descripción: «Baños termales en la provincia de Santander, partido judicial de Torrelavega, término de Barros. Los buenos efectos que producen han motivado se construyese un magnífico edificio que sirve de habitación para los enfermos; y a su lado está la casa de baños edificada con bastante gusto y elegancia, en la que hay algunos cuartos o alcobas con sus camas destinadas para sudar los que se bañan. Una galería, cuyas vistas caen al río Besaya, que pasa lamiendo el edificio, sirve de recreo a los dolientes que no pueden por sí disfrutar de las delicias del campo». En 1848 Antolín Esperón informaba de que algunas instalaciones estaban recién acabadas, con una casa de huéspedes «espaciosa, capaz y bien distribuida interiormente, con habitaciones claras y ventiladas». En 1865 se terminó el Gran Hotel, que tenía tres plantas y nada menos que un centenar de habitaciones, y que se comunicaba con la casa de baños a través de una galería acristalada. Entre los ilustres visitantes de la época figura la reina Isabel II. En 1876 se levantó otro hotel que sería bombardeado décadas más tarde, durante la guerra civil.
Hacia 1887 se distinguían tres grandes grupos de edificios en el complejo: la hospedería del río, para población menos acomodada; la casa lonja y la fonda del casino; y la fonda de la Montaña o de la Virgen y Gran Hotel.
El complejo termal, en un impresionante paraje arbóreo de quince hectáreas, se sitúa a ambos lados de la carretera comarcal, comunicados sus edificios por pasarelas. El denominado «casino», junto al parque, fue restaurado tras la guerra civil y tiene once habitaciones y amplias terrazas. El hotel cuenta con una capacidad para 156 personas, en 75 habitaciones dobles y seis sencillas. El balneario destaca por su altura y amplitud; está levantado sobre una casa de baños más antigua que estaba junto a la proyectada por Alday, de manera que en la actualidad están juntos dos edificios destinados a los baños, el que proyectó Alday y el que desarrolló el arquitecto Javier González de Riancho en 1909, ambos con modificaciones sobre su configuración original. Las instalaciones cuentan asimismo con servicios completos de comedor, cafetería, fonda, lavandería y parking vigilado. La capilla guarda la advocación de Santo Domingo.
De los siete manantiales de Las Caldas brotan aguas mineromedicinales, cloruradas, bicarbonatadas, sódicas, azoadas y moderadamente radioactivas, con temperaturas de 36,5 grados. Están indicadas para procesos reumáticos y afecciones respiratorias, circulatorias, digestivas, dermatológicas y traumatológicas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.