Histórico y romántico balneario

De 1864, cinco años antes de la declaración de utilidad pública, data la construcción del núcleo inicial de las instalaciones termales, compuesto por una pequeña casa de baños, con el depósito del manantial, y una fonda. Se emplazaba el establecimiento «en medio de una hermosa y llana mies de prado y viña», no lejos del río Miera y del caserío del pueblo, en el que se inserta a través de las dos puertas de ingreso, que culminan sendas carreteras principales.

A finales del XIX empieza la época de mayor esplendor del balneario, coincidiendo con el de otros establecimientos similares por el Cantábrico y por otras zonas de Europa. En 1890 se descubre en Liérganes un nuevo manantial, la llamada 'Fuente Nueva'. Hacia 1899 se produce una ampliación de las instalaciones, con un nuevo hotel y la creación de una galería acristalada. Se funda además una nueva casa de baños, según la describe el médico director Cipriano Alonso Díaz, que es «un bonito edificio rectangular, al que da acceso un elegante peristilo».

Una década más tarde, siendo la propietaria Joaquina García Álvaro, se amplía la antigua fonda. Se han ido yuxtaponiendo, en definitiva, edificios en distintas épocas, el antiguo alojamiento, el Gran Hotel, la casa de baños y la capilla, con una hermosa galería de comunicación y estancia que tiene suelo entarimado, paño acristalado y zócalo de azulejos.

Se considera, y así lo leemos en la página web del balneario, que, al igual que en otros establecimientos similares, una de sus etapas de mayor esplendor fue durante el reinado de Alfonso XIII a principios del siglo XX. Se comenta que a lo largo de siete años la familia real visitó el balneario con el fin de «tomar las aguas»; durante sus visitas se reservaba una zona del balneario junto al manantial de la Fuente Santa, en el que disfrutaba de los baños en una piscina para su uso exclusivo. Esta piscina se utilizaba en realidad como un aljibe y es la que actualmente se conoce como 'Piscina del Rey'.

En la actualidad el balneario de Liérganes pertenece a la cadena Relais Termal, junto con los de Cestona, Acuña, Termas Pallarés, Grávalos, La Albotea, Cervantes, Graena y Lanjarón. Los programas de salud que se desarrollan tienen en cuenta las más recientes técnicas médicas aplicadas a la acción terapéutica del agua, combinándolo con programaciones culturales de diversa índole. La cadena tiene su propia compañía de productos de termalismo y balneoterapia, Terma & Louise, compañía pionera en España dedicada al diseño y a la venta de productos de calidad relacionados con el termalismo y la balneoterapia. Destaca en esta marca la línea cosmética InaQua y las prendas para uso termal. Cuenta con un Gran Hotel de casi un centenar de habitaciones y el Hotel Termas de Liérganes, con 42 estancias, y el restaurante 'La Posada del Sauce'.

Ya desde finales del siglo XIX el balneario se fue especializando en el tratamiento de distintas dolencias, especialmente las relacionadas con las enfermedades respiratorias. Y es que las aguas de Liérganes resultan apropiadas para el tratamiento de diversas patologías, además de para la relajación y el bienestar. Ofrecen propiedades antiflogísticas, relajantes antisépticas y broncodilatadoras, indicadas para patologías crónicas y persistentes de las vías respiratorias, como rinitis, faringitis, laringitis, bronquitis y asma; por su acción antiséptica y broncodilatadora, fluidifica las secreciones y mejora la vascularización de las mucosas. Además las aguas activan la recuperación en los procesos reumatólogicos y, por su acción queratolítica, son idóneas para el tratamiento de psoriasis, liquen plano y eczemas de la piel.