Hitachi aprueba un plan social con 43 prejubilaciones en la factoría de Buelna hasta 2026

Empresa y comité acaban de rubricar la hoja de ruta laboral que regulará las relaciones en San Felices hasta el año 2026. Respecto al plan social, afectará a 43 empleados que cumplen 59 años en Hitachi durante el periodo que dure el actual convenio. Como condiciones de despedida, se les ofrece dos años de salario bruto y complemento neto del salario actual durante el tiempo de percepción de la prestación por desempleo.

Esta cantidad se abonará en un 80% a la hora del despido y el resto en un año. En cuanto al impacto de la medida, se prevé que este año salgan despedidos 20 trabajadores con este plan.

No es el único punto de fricción en el nuevo convenio colectivo. Como ejemplo, en el documento queda recogida una doble escala salarial. La subida para el ejercicio 22 es del 5%, que en cambio es mucho menor para los especialistas -los trabajadores de nueva incorporación y con menos antigüedad- que verán incrementadas sus retribuciones un 2%.

Hitachi se encuentra en la actualidad en un momento álgido de actividad, lo que le ha llevado incluso a recurrir al centro logístico que Margutsa ha habilitado en la superficie de la quebrada Fundinorte para dar respaldo a las industrias del entorno.

La fábrica cántabra, especializada en la producción de frenos para vehículos, se ha visto envuelta en los últimos años en varias operaciones corporativas. Como muestra, en octubre de 2019 todos los centros de la organización, incluido el de San Felices, fueron adquiridos por la multinacional Hitachi Automotive Systems, grupo industrial mundial propiedad de Hitachi y con sede en Tokio. Su actividad se centra en el desarrollo, manufacturas, ventas y servicios de componentes de automóviles, así como en el transporte, máquinas industriales y sistemas. La división de automoción, en la que se integró Chassis, ofrece una amplia gama de sistemas para el automóvil, incluidos motores, sistemas eléctricos y controles integrados del vehículo. Por ello, la fábrica cántabra volvió a modificar su propiedad tras un acuerdo de fusión entre la citada Hitachi y otro gigante japonés, Honda.

La sociedad resultante fue bautizada semanas después como Hitachi Astemo, continuando con el proceso de concentración que se está viviendo en la industria del automóvil ante los retos que en la actualidad ofrece este mercado. Después de recibir la aprobación de Bruselas en verano de aquel año, los colosos nipones alumbraron una compañía aún mayor en la fabricación de piezas y componentes de automóviles. Como expectativa, que el nuevo grupo resultante ingresase al menos 17.000 millones de dólares por ejercicio.

Sector complejo

Hitachi tiene que responder, al igual que otras empresas del sector, a los retos provenientes de la transformación vinculada a la industria del automóvil y, sobre todo, a las nuevas formas de movilidad, con la electrificación del transporte como eje futuro.

Un desafío en el que se halla inmersa buena parte de la cadena de componentes instalada en la Comunidad, con un peso próximo al 30% del Producto Interior Bruto industrial en la región.

Los problemas de suministros y materias primas, así como el incremento de costes energéticos, son otros obstáculos con los que ha tenido que lidiar el sector en los últimos tiempos.