-¿Cuáles son los principales retos de las empresas españolas?
-El principal reto, en ausencia de medidas económicas, sería afrontar la desaceleración económica ganando competitividad, para poder seguir generando actividad y empleo de cada vez mayor calidad. Para ello, desde CEOE ya trasladamos al Gobierno un decálogo de prioridades, entre ellas la necesaria apuesta por la innovación y la digitalización, unida a un impulso de la formación dual sensible a las necesidades de las empresas, y por la internacionalización. Además, somos conscientes de que la sostenibilidad es un factor de competitividad también y tenemos por delante un importante reto para liderar la adaptación de las empresas españolas a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.
-¿Cómo han acogido el aterrizaje del Gobierno PSOE-Podemos?
-Con expectación e incertidumbre. Siempre hemos ofrecido nuestra leal colaboración a cualquier Gobierno que surja de las urnas. En este sentido, ahora nos toca trabajar con espíritu constructivo. Lo que percibimos es, a la vista de sus primeras medidas y propuestas, el riesgo de que las políticas económicas reviertan en el corto plazo en una mayor rigidez en el seno de las empresas, ahora que se confirma la desaceleración y necesitan más que nunca tener cintura y capacidad de adaptación al nuevo ciclo económico para no perder competitividad, para no sufrir un mayor deterioro de su actividad y de empleo.
-¿Qué les ha parecido la derogación del despido objetivo por bajas por enfermedad?
-Se ha generado la alarma después de la sentencia del Tribunal Constitucional que, por cierto ,avalaba el artículo del Estatuto de los Trabajadores en cuestión, y que esta alarma no se basa en los datos. Es difícil cuantificar el número de despidos que se han acogido a este artículo 52.d, pero lo que sabemos es que han sido residuales y, de hecho, es una posibilidad que existe desde hace casi 40 años y que ni sindicatos ni Gobiernos han estimado necesario derogar, hasta ahora. Una vez dado el paso, lamentamos que no hayamos tenido posibilidad de dialogar para buscar alternativas antes del decreto aprobado. Eso y que no se haya ampliado a otras cuestiones como el fraude en el absentismo.
«Los efectos se notan en el campo y en las empresas contratistas de la Administración»
SUBIDA DEL SALARIO MÍNIMO
-¿Temen la derogación total de la reforma laboral?
-Es imposible derogar la reforma laboral de 2012 de un plumazo y no parece que tenga mucho sentido si lo que se pretende después es negociar el Estatuto de los Trabajadores del siglo XXI, como lo llama el Ministerio de Trabajo. Por otro lado, ha habido más de 30 reformas del Estatuto desde su creación, así que no es algo nuevo. Ahora bien, si hay algo que preocupa es que se reforme el articulado que regula la subcontratación y externalización, que, por cierto, no se tocó en la anterior reforma laboral aunque ahora se incluya en el mismo paquete, para limitarla. Hay que explicar que lo que en principio se presenta como una medida de carácter laboral, es en realidad una iniciativa que iría contra el modelo económico europeo de toda la cadena de valor de las empresas porque la economía española, como la europea, tienen consolidado un marco de descentralización de las empresas que se ha desarrollado con los años en busca de mayor eficiencia y especialización. Además, ha permitido la consolidación de muchas pequeñas y medianas empresas.
-¿Qué propuestas tiene CEOE para la sostenibilidad del sistema de pensiones?
-La cuestión de las pensiones es un tema actuarial que debería tratarse en el Pacto de Toledo. El problema de las pensiones es una cuestión de Estado y cualquier solución debe adoptarse desde un análisis riguroso, la escucha activa de todos los implicados y, sobre todo, desde la prudencia, y no desde el márketing político.
- ¿Efectos de la subida del SMI?
-Uno de ellos es que muchos españoles que pagan un salario a una persona que presta un servicio doméstico se han dado cuenta de pronto de que son empresarios y que esta subida impacta directamente en su economía y organización familiar. Más allá de esta cuestión, los efectos de las últimas dos subidas del SMI, se concentran como hemos reiterado en dos focos: el del sector agrario, dónde se añade a otros problemas de costes que arrastra el campo, y en el ámbito de las empresas contratistas de la Administración. En este último caso, hay que explicar que cuando una empresa firma un contrato para suministrar bienes y servicios a una Administración lo hace calculando unos costes y que, cuando es el propio Gobierno el que los eleva vía subida del SMI, es lógico que esto se repercuta elevando el precio del contrato. Sin embargo, esto no se ha hecho así y muchas de estas empresas, que suelen tener escasos márgenes de beneficio y en las que los salarios son el grueso de sus costes, se encuentran ahora incluso en pérdidas y son rehenes de estos contratos. Esperamos que el Gobierno derogue la desindexación de los contratos públicos al SMI.
«Apoyamos a este sector porque aporta valor a la economía y empleo de calidad»
- ¿ Cómo ve la situación que atraviesa la industria cántabra?
-Cantabria fue el año pasado la segunda comunidad con un descenso más acusado de la facturación de la industria. La CEOE siempre ha apoyado a la industria como un elemento clave porque aporta valor añadido a la economía y genera empleo de calidad. De hecho, su impulso se encuentra entre las prioridades que los empresarios remitimos al Gobierno antes de que arrancara la legislatura.
- ¿ Caerán más compañías tras el precedente de Sniace?
-Confiamos en que no sea así y trabajamos desde todos los frentes posibles para que no ocurra.
Competitividad energética
-¿Hay margen para mayor competitividad energética de las empresas frente al resto de Europa?
-Es un elemento clave para las industrias españolas. Por eso desde CEOE creemos que hay que buscar los incentivos necesarios para que nuestras empresas puedan competir en igualdad de condiciones en el entorno europeo.
-¿Cómo ve la actuación de la Administración en torno al diésel?
-Si lo que se quiere es controlar las emisiones del transporte, hay muchas medidas que se podrían implementar. Se podría empezar, por ejemplo, por renovar todo el parque de automóviles.
-¿Qué medidas aplicarían para elevar la competitividad nacional?
-Si hablamos de la competitividad nacional, no solo habría que hablar de empresas, sino también del sector público. La Administración tiene muchas formas de contribuir en este sentido, mediante un mayor rigor presupuestario, que permita aumentar los márgenes para invertir en actividades productivas; o ahondando en la digitalización y en la simplificación normativa. Del lado de las empresas, siempre hablamos de una serie de líneas de actuación que para los empresarios son clave: internacionalización, innovación, formación y la sostenibilidad.
-¿Cuáles son los principales riesgos a los que enfrenta el país?
-Existen riesgos externos, como los efectos del 'Brexit' o la guerra comercial entre China y Estados Unidos, pero el más evidente es que las políticas económicas que se pongan en marcha, si no son consensuadas con los interlocutores sociales, entre ellos los empresarios, puedan conducir a que la desaceleración económica sea más profunda, con los consecuentes riesgos en términos de empleo, en lugar de permitir al país ganar competitividad para afrontarla en una situación de ventaja frente a terceros.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.