Ileana Soler | Presidenta de Ascentic

«Los impuestos no hacen de Cantabria un lugar atractivo para implantarse»

-Llegó recientemente a la presidencia de Ascentic, ¿cómo han sido estas primeras semanas?

-Me he encontrado muchas acciones relacionadas con incrementar la cantidad de perfiles TIC en Cantabria. También de apoyo entre los socios para que las experiencias de los más grandes puedan servir a los que son empresas más pequeñas. El mayor reto está en la parte de la comunicación, donde tenemos mucho que mejorar, tanto en la externa, donde no estamos explicando ninguna de las acciones, como la interna, ya que a nuestros socios no les llega la información. Por ello, ya estamos trabajando en el nuevo plan de comunicación.

-¿Cómo valora el estado del sector tecnológico en Cantabria? ¿Cuáles son sus fortalezas y debilidades?

-El sector tiene muchas compañías y servicios de alto valor. Existe una mezcla entre empresas creadas en la región con soluciones de nicho y muchos clientes nacionales y extranjeros, con filiales de multinacionales. Nuestras principales fortalezas son el talento que tenemos, las soluciones que aportamos a distintos sectores y el 'track récord' de todas ellas. La principal debilidad es la dificultad para captar el talento que necesitamos para crecer. Estamos compitiendo con el teletrabajo, que permite a un cántabro emplearse para cualquier compañía. El mundo ha cambiado y ahora hay que competir a nivel global, por eso tenemos que incrementar el atractivo y el valor que ofrecemos las tecnológicas de la región.

-Ahora que se habla tanto de ciberseguridad e inteligencia artificial, ¿son esos los principales retos para las tecnológicas de la Comunidad o existen otros?

-En los servicios TIC hay dos mundos que conviven. Por un lado, se siguen emitiendo facturas, haciendo atención a clientes, etc. Trabajo tradicional que cada vez es más tecnológico. Por el otro, está el mundo de inteligencia artificial, machine learning, explotación de datos, data lakes, ciberseguridad, etc. No se trata de que todos sean expertos en inteligencia artificial. Hay un montón de perfiles TIC que hacen programación, atención telefónica de sistemas o emisión de facturas. La brecha de competencias se produce porque en un momento equis se requiere de una serie de 'skills' en las empresas cuando estas quieren modernizar los servicios que ofrecen. Esos trabajadores se pueden conseguir de dos modos: contratando talentos que ya tengan esas capacidades o formando y promocionando internamente.

-¿Están encontrando las compañías cántabras el personal que requieren en la región?

-Por un lado hay muchas personas de Cantabria que se han marchado en un momento de su vida y están deseando regresar. También existe gente que no son de aquí, pero que están interesados en vivir en la región porque es un lugar atractivo. Yo misma, que nací en La Habana y llevo 30 años en Cantabria, me pude haber marchado al terminar mi máster a Madrid o a Barcelona. En cambio, me he que dado aquí. En cuanto a los jóvenes de la comunidad lo que nos suele ocurrir es que tenemos dificultad para retenerlos. Estamos trabajando con la Consejería de Industria y la UC para que la gente, antes de graduarse, pase tiempo en las compañías y se empiece a crear una especie de fidelidad a esa empresa.

-¿Cuáles son los principales desafíos formativos que afronta Cantabria? ¿Se están tomando las medidas necesarias?

-Desde Ascentic patrocinamos, junto a la Consejería de Educación, CantabRobots para fomentar la vocación por las carreras de física, matemáticas, telecomunicaciones e ingeniería informática, que son los grados que requiere la mayoría de las tecnológicas, ya que, al problema de retención que mencionaba antes, hay que sumarle la falta de vocación. A la vez, esas carreras, al tener pocas plazas, se llenan. Durante el curso 23-24, alrededor de 1.000 estudiantes con expedientes académicos brillantes (más de 10 en la EBAU) fueron rechazados. Estamos trabajando con la UC para intentar incrementarlas, en un 15% o 20%. Otra alternativa en la que se está trabajando es la hibridación, que estudiantes de otros grados puedan compaginarlos con una serie de cursos propios. Así, el estudiante saldría con el grado oficial y, a la vez, con un título propio de la UC que te acredita competencias tecnológicas.

-¿Que le piden a la Administración las empresas tecnológicas?

-Cantabria en materia fiscal ha mejorado un poco, pero los tributos que existen en la región para las empresas no la convierten en el lugar más atractivo para implantarse. Atos España tiene la sede social aquí y al tener ADN cántabro nunca nos hemos planteado hacer un análisis de qué nos costaría moverla, por ejemplo, a País Vasco, pero tengo la impresión de que nos saldría mejor.

-¿Qué se puede hacer para aumentar el número de mujeres en carreras STEM?

-Mucha comunicación desde que están en la ESO para mostrar el atractivo de estos grados. Además, esas sesiones las debemos impartir las mujeres que trabajamos en el sector, para generar esa vocación. Pero en el fondo, yo soy muy pragmática. Las personas eligen lo que les gusta, no podemos obligarlas. La reserva de plazas para mujeres no me gusta. Creo mucho en la meritocracia, si a una carrera se entra con una nota, ese es el criterio objetivo para todos. Vivo en el mundo empresarial, no en el político. Las empresas lo que queremos es que el trabajo se haga lo mejor posible con independencia del género, la nacionalidad y un montón de cosas más.