La industria cántabra no acorta la brecha eléctrica pese a la estabilización de precios

Así lo refleja la última actualización del barómetro mensual elaborado por la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE), el colectivo que en la Comunidad representa a factorías como Global Steel Wire, Ferroatlántica, Reinosa Forgings & Castings, Sidenor o Bondalti. En definitiva, las plantas electrointensivas y más sensibles a las fluctuaciones de las facturas de la luz.

El informe mantiene, a grandes rasgos, que en España su sector industrial paga la luz tres veces más cara que en el país vecino y el doble que en Alemania. En concreto, el megavatio por hora para las empresas cántabras se abona a 61,93 euros; por los 21,16 de Francia; o los 32,99 de las factorías germanas, en este último caso aún con mayor relevancia después de recomponerse tras la decisión geopolítica de Rusia de cerrar su suministro de gas hacia Europa como medida de presión en plena guerra contra Ucrania.

Estas cifras implican un sobrecoste del 193 y 88 por ciento, respectivamente, respecto a dos de los principales motores económicos del continente, lamenta AEGE, que recuerda que en Francia su tejido fabril adquiere el 62% de su electricidad a través de la denominada tarifa Arehn, con condiciones mucho más competitivas que las que ofrece el mercado ordinario. Igualmente, el parque nuclear que ha consolidado, y que prevé incrementar en los próximos años, facilita una estabilidad y menores precios, así como la ayuda estatal. España, por su lado, busca replicar esta senda pero con la apuesta por las renovables, algo que confía pueda empezar a cristalizar en pocos años, aunque todavía estas fuentes alternativas no son capaces de alimentar los procesos productivos más intensivos en energía.

Con estos datos encima de la mesa, AEGE entra de nuevo en el terreno de las reivindicaciones, ya de por sí conocidas aunque el Gobierno central no acaba de asumir todas las solicitudes del colectivo. «Los consumidores electrointensivos en España hacen frente a unos costes por los servicios de ajuste del sistema que no son considerados en Francia y Alemania. Esto amplía la brecha competitiva en más de 13 euros el megavatio», recuerda la Asociación.

En paralelo, uno de los grandes caballos de batalla. «Las compensaciones por CO2 indirecto que obtienen las industrias electrointensivas en Francia o Alemania son sustancialmente superiores a las que recibe la industria nacional, que están limitadas por la indisponibilidad presupuestaria. Concretamente, en Francia acceden a compensaciones por encima de las de nuestro país por un total de 10 euros el megavatio, mientras que en Alemania son 33 euros superiores», lamenta.

Como recordatorio, el Gobierno central ha aprobado ayudas por este concepto de emisiones por 300 millones de euros. El sector reclamaba que, llegando al máximo permitido por Europa, el montante podría estirarse a los 850 millones.