Ingemotions abre oficina en Zaragoza y aspira a consolidar en 2024 su ambicioso plan de expansión

El punto de inflexión se produjo en 2014, cuando el director general, César Oruña, trasladó al actual director del área de Automatización y Robótica, Alberto Odriozola, la posibilidad de unir caminos. Una alianza que casi una década después arroja un grupo con 126 empleados y una facturación próxima a los ocho millones de euros.

¿Cuál es la estrategia de Ingemotions para 2024? Oruña tiene claro que los próximos meses pasan por una fase de consolidación. «Hemos adquirido dos empresas nuevas y hay que asentarlas. Este año es pleno de consolidación, junto a la nueva línea de negocio que es Inerciti», dirigida a la obra civil y al sector terciario. «Tenemos mucho que consolidar», agrega.

La empresa no descarta acceder a nuevos contratos, aunque asume que los crecimientos de personal cada vez van a ser más pequeños, no así en facturación, que es el objetivo fundamental. «Mínimo un 10%. La meta básica es aumentar rentabilidad», agrega el director.

Sobre los nichos actuales de negocio, Odriozola reconoce que «el sector más automatizado es automoción. Es el más fácil de entrar con proyectos». De hecho, cuenta con diversos encargos para fábricas cercanas a Reocín del sector del automóvil. «Llevamos tiempo consiguiendo crecer en otros ámbitos de actividad como alimentación, logística o empresas como Teka. Lo bueno es que la automatización se puede aplicar cada vez más a muchos más procesos. Buscamos crecer hacia sectores que estén 'verdes' en la automatización y donde podamos aportar nuestra experiencia».

De ahí la pata de la consultoría como complemento. «Hay compañías que le tienen miedo a estos procesos, de ahí que también prestemos un servicio integral», añade Odriozola.

Como fenómeno disruptivo, evidentemente, la inteligencia artificial. «Hay mucha más flexibilidad en las empresas a día de hoy, por lo que se necesitan automatizaciones más complejas. Por ejemplo, en los controles de calidad. Anteriormente se programaban los controles en base a unos parámetros y se usaban durante años. Ahora las tiradas son más cortas y diversas. Se valida una pieza y se muestran diferentes fallos. La máquina va aprendiendo a medida que analiza piezas. El propio cliente puede entrenar al sistema, sin necesidad de llamarnos a nosotros», detalla el director de Robótica.

Oruña destaca igualmente la apertura en Zaragoza, «con el ánimo de expandir» el negocio. «Necesitamos dar de comer a la maquinaria y llegar cada vez más lejos. Con el cierre de una ingeniería de Valladolid se nos planteó la opción de quedarnos con oficina técnica y comercial en Zaragoza y nos hemos quedado con parte del personal. Así hemos entrado en Stellantis, así como con BSH y Teka, que ya teníamos aquí. Desde allí atacamos La Rioja, Navarra y Zaragoza».

Todo ello sin olvidar el exterior. «Tenemos proyectos en Rumanía para clientes españoles. También en Alemania, Inglaterra, México...». Diversos contratos ligados a la automoción. Audi, Jaguar Land Rover, Porsche...

Sobre el valor diferencial, Oruña resalta «nuestra flexibilidad para tomar decisiones». Odriozola completa que «somos de las pocas ingenierías que hacen proyectos de robótica con líneas de negocio complementarias. Somos como el taller de la esquina. Prestamos servicios de mantenimiento y reparación. Además, al estar en Cantabria, contamos con una estructura competitiva, y con diversas líneas que abaratan los costes fijos».

«Presumimos de dar un servicio 360 en ingeniería eléctrica. Es raro que no tengamos la solución», cierra Oruña.