Sam Altman, creador de ChatGPT, vuelve a OpenAI

Ni una semana ha pasado entre que Altman fuera despedido a través de una videollamada por Google Meet por «pérdida de confianza». Ahora, el joven fundador de esta startup vuelve al frente de OpenAI con un nuevo consejo de administración, que estará formado por Bret Taylor, como presidente, Larry Summers (ex secretario del Tesoro de EE UU con Bill Clinton) y Adam D'Angelo. «Estoy deseando volver», ha afirmado Altman en X.

Junto a Altman regresa a 'casa' Greg Brockman, el presidente de la compañía, que también había abandonado la compañía en estos cinco días frenéticos en una de las firmas del momento. Ahora queda por ver el cargo de Brockman dentro de la nueva estructura directiva de OpenAI donde se da por hecho que Taylor, exdirectivo de Facebook y Salesforce, ocupará el sillón presidencial de la empresa que gobierna el chatbot de inteligencia artificial generativa de moda.

Según los medios estadounidenses, la nueva junta directiva de la compañía estará formada por cerca de diez directivos entre los que se encontrarán fondos de inversión y accionistas de OpenAI. Microsoft, el mayor inversor de la firma, ya ha afirmado que no se opodrá al regreso y, además, lo apoya. Satya Nadella, director ejecutivo de Microsoft, ha señalado en X que estaba «alentado por los cambios en la junta directiva de OpenAI», calificándolos «como un primer paso esencial en el camino hacia una gobernanza más estable, bien informada y eficaz».

No obstante, estas modificaciones van más allá de una renovación de nombres y cargos al frente de OpenAI. Aunque no han trascendido los motivos reales, la gran diferencia que sirvió como detonante de este culebrón el pasado viernes fue la velocidad de desarrollo y despliegue de la inteligencia artificial generativa. A pesar de ser haber desarrollado una de las herramientas más disruptivas de los últimos años, la organización cofundada por Altman en 2015 es un laboratorio de investigación donde no puede dedicar los beneficios de su actividad a ningún tipo de reparto entre sus socios u otros tipos de fines personales, sino únicamente al propósito de la empresa.

Así dentro de la propia OpenAI se han generado dos corrientes enfrentadas por un desarrollo lento y pausado de esta tecnología y que apuesta por un avance vertiginoso para ofrecer todas las posibilidades de esta nueva hierramienta. Finalmente, parece que gana la segunda opción con el regreso de Altman y los más de 500 trabajadores que habían seguido los pasos de su anterior jefe.