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Cuando llegan las citas electorales nacionales, regionales o locales, los datos se convierten en un arma arrojadiza. Cada uno destaca lo que más le conviene, pero hay cifras que son trascendentes como es el caso de las inversiones reales en el marco de la liquidación ... presupuestaria que ha recogido el Instituto Cántabro de Estadística y que se refieren a los ejercicios de 2013 a 2017. En estos años las inversiones reales se han reducido de forma drástica en Cantabria. En el caso de las procedentes de la Administración Central del Estado el recorte ha sido nada menos que del 57,2%, pasando de 106.290.000 euros en 2013 a 45.416.000 en 2017. La reducción en el caso de la Autonomía fue más liviana pero llegó al 28,3%. Como contrapartida, en el caso regional, han crecido los gastos de personal un 7,1% y se han producido aumentos en las transferencias de corrientes y y en bienes y servicios y en los pasivos financieros.
Los vaivenes políticos y cambio de Gobierno son importantes a la hora de valorar las cuentas. En los años del informe del Icane se celebraron dos elecciones generales seguidas (2015 y 2016) mientras que en el ámbito regional se ha contado dos Gobiernos, en los primeros años del PP (hasta el 2015) y, en los últimos, del PRC-PSOE.
En el caso de la Administración del Estado, dentro de las inversiones reales que se han reducido destacan las del Ministerio de Fomento que lo han hecho casi un 61% (60,95) pasando de los 107,9 millones de 2013 a los 42,1% de 2017. Sin embargo, en el año 2015 se produjo un alza significativa y la inversión fue de 143,8 millones.
Juan José Sota Consejero de Economía
La drástica caída de la inversión del Estado es achacable en buena medida vaivenes políticos antes citados, lo que ayudó a la inexistencia de nuevos proyectos administrativos tras la finalización de actuaciones como el tramo de la A-8 Solares-Torrelavega. Faltaba de Gobierno central o no había expedientes para licitar y adjudicar.
A nivel autonómico, en esta legislatura el Gobierno ha optado por gastar más en sueldos y en subvenciones, a costa de la inversión. Mientras, la amortización de deuda crece como consecuencia de los pasados déficits. En dos años los sueldos avanzaron 40 millones, y las subvenciones 51 millones, mientras las inversiones cayeron en 37 millones y los intereses de la deuda 7 millones.
Como ejemplo, el Servicio Cántabro de Salud era en 2015 el 36,6% del gasto de la Autonomía y en 2017 el 35,2%. Algo parecido sucede con Educación, que pasó del 21,1% al 20,8%. Y el Icass (Instituto Cántabro de Servicios Sociales) se ha mantenido en un 7,7%.
Por otra parte, el peso de la amortización de deuda en el total de gasto realizado subió más de 3 puntos, pasando de un 11,9% inicial a un 15,5% en 2017.
Los datos señalan que el gasto total subió en dos años 169 millones, un 7,6%, de los que corresponden al SCS 26,5 millones (+3,3%) y a Educación 27,9 millones (+6%). Si añadimos los 115 millones en que ha crecido la amortización de deuda, tenemos 115 más 54, es decir, 169 millones.
Parece claro que la caída de la inversión autonómica viene como contrapartida de que se ha optado por aumentar el gasto de personal (subidas salariales que afectan más a los dos servicios públicos con más gente, más interinos, etc.) y también el apartado de subvenciones, entre ellas las del Icass que en dos años sumó 14 millones en gasto.
El consejero de Economía de Cantabria, Juan José Sota, explica que los Presupuestos de 2013 y 2015 fueron los del anterior Gobierno del PP, pero que al llegar al Ejecutivo se encontraron con algunos compromisos que tuvieron que asumir como pagar el 25% de la paga extraordinaria que se había congelado a los empleados públicos en 2012 o los acuerdos de carrera profesional. Lo primero supuso una partida de 9 millones y lo segundo de 17, es decir, 26 millones de euros más. «Tuvimos que incrementar el capitulo I de personal en 39 millones y eso ha ido en detrimento de las inversiones», reconoce el consejero.
De otro lado, Sota recuerda otros gastos a los que tuvo que hacer frente Cantabria como el otro 50% de la paga extra antes citada o incluir el tratamiento de la Hepatitis C (esto no ya no en el capítulo de personal).
«Para el actual Gobierno de Cantabria ha sido una prioridad recuperar los servicio públicos que había recortado el PP. Ahora tenemos más médicos y más profesores y se ha mejorado la dependencia», apunta el consejero que entiende que si bien supone un gasto también es favorable para la economía. Como ejemplo: en el caso de la dependencia «se han creado empleos, algunos fijos y otros que lo van a ser pronto».
«La inversión real durante nuestro mandato ha caído de 132,2 millones en 2015 a a 116,3 millones en 2016 y a 115,5 en 2017. El Gobierno del PP la redujo de 161,1 millones en 2013 a 141, 1 en 2014 y a 132,2 en 2015», valora Sota.
En resumen, para el consejero «recuperar servicios que se habían recortado con el PP y apostar por el Estado de Bienestar ha supuesto que los gastos aumenten y bajen las inversiones», pero confía en que estos próximos años «podamos recuperar la inversión estatal y regional» y añade que «de momento, el Estado ha empezado a licitar algunas obras y nos ha autorizado 6 millones de euros del fondo e catástrofes para hacer frente a las consecuencias de las recientes inundaciones».
Las cifras de ejecución presupuestaria de los últimos años conocidos, a falta de 2018, nos invitan a pensar en la necesidad de recuperar la inversión. Hay un dato interesante y es el mínimo peso de la inversión en el PIB (Producto Interior Bruto) nominal. En 2013 las inversiones reales suponían el 2,92% de ese PIB, 1,06% las estatales y 1,57% las regionales. En 2017 se bajó a un porcentaje del 1,86%, del que las inversiones estatales aportaban el 0,39% y las regionales el 1,05% restante. En 2015 el porcentaje tuvo una ligera subida y se situó en el 3,03% con clara subida de las inversiones reales del Estado y ligero descenso de las de la Autonomía.
Para que las inversiones vuelvan a favorecer a Cantabria será necesario que el Estado vuelva a invertir, al menos, el equivalente al 1% o 2% del PIB nominal (que fue de 13.187.159.000 euros en 2017), lo que supondría de 140 a 280 millones de euros.
Hay que tener presente que, por definición, la inversión es un gasto que genera capital, es decir, un bien que luego produce rendimientos. Dejar de invertir en capital público durante años causará menos rendimientos posteriores a la economía, en forma de negocio y puestos de trabajo.
No se debería olvidar que nos enfrentamos con el problema de la sostenibilidad de la estructura constante de la autonomía, cuyo crecimiento en gastos de personal continúa y el impacto económico negativo de una escasez inversora se puede cronificar, y que ser corresponsable del bajo tono del mercado laboral cántabro.
En cuanto a la liquidación presupuestaria de las entidades locales, los datos que figuran en el Icane reflejan que las inversiones reales han crecido y también los gastos de personal. En cuanto a las inversiones, han pasado de 33,9 millones en 2013 a 56,1 en 2017, lo que supone un aumento del 19%.
De otro lado, en relación de los gastos de personal, se ha pasado de 185,2 millones en 2013 a 191, 8 en 2017, lo que supone un incremento del 3,5%.
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