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José Luis Gochicoa
José Luis Gochicoa: «Hay que exprimir los fondos europeos para generar una visión positiva de lo rural»
TERRITORIO RURAL INTELIGENTE

José Luis Gochicoa: «Hay que exprimir los fondos europeos para generar una visión positiva de lo rural»

Consejero de Obras Públicas, Ordenación del Territorio y Urbanismo

Miércoles, 25 de mayo 2022, 12:29

Natural de Vitoria, José Luis Gochicoa es ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad de Cantabria y licenciado en Derecho por la UNED. Consejero de Obras Públicas, Ordenación del Territorio y Urbanismo desde 2019, tiene una dilatada experiencia en la administración pública, la cual comenzó en 1997 cuando ejerció como técnico superior en el Área de Fomento de la Delegación del Gobierno en Cantabria. Entre 2003 y 2007 fue director de gabinete de la Consejería de Presidencia, Ordenación del Territorio y Urbanismo. Posteriormente y hasta 2011 fue director general de Protección Civil del Gobierno de Cantabria. Entonces regresó a su puesto de técnico superior del Área de Fomento. Y entre 2015 y 2019, previamente a su cargo actual, condujo la Dirección General de Obras Públicas.

–Se ha instalado entre la ciudadanía la idea de que vivir en un pueblo es sinónimo de estancamiento y falta de oportunidades, ¿qué medidas pueden impulsarse desde las instituciones públicas para corregir esta opinión?

–Lo primero que hay que hacer es comunicar que no es así, que ya está cambiando la situación y que en los últimos años se viene viendo cómo, probablemente, las zonas rurales son el mejor lugar para vivir. Es fundamental que la gente empiece a entender que hay lugar para seguir viviendo en el campo y que, probablemente, hay muchas personas que viven mejor en una zona rural que en una gran ciudad o una ciudad media como Santander.

Las administraciones están ayudando a que sea así proporcionando las infraestructuras y servicios adecuados. Porque si no existe una buena carretera de acceso, si no hay abastecimiento de agua, si no hay una guardería o una ludoteca, un transporte adecuado, despliegue de fibra óptica y una red de telecomunicaciones… es imposible seguir contando con el mundo rural. Aquí es donde las instituciones tienen que hacer un esfuerzo importante y yo creo que se está haciendo, al menos en Cantabria.

–¿Considera que el covid ha situado a los pueblos en el centro del debate público?

–Sin duda, la venta de viviendas ha crecido muchísimo en municipios que presentaban una dinámica muy baja. Algo que está muy relacionado con el teletrabajo. El covid nos ha acostumbrado a manejar herramientas digitales que han permitido trabajar desde cualquier lugar y muchas personas han visto que, si sus empresas lo permiten, pueden teletrabajar mejor desde una vivienda en cualquier pueblo que en un apartamento en la ciudad.

–Y a nivel de inversión, ¿el covid ha ayudado a acelerar la dotación de infraestructuras y servicios?

–Tengo que ser reivindicativo, nos hubiera gustado que la inversión fuera mayor. Aunque se hable mucho del apoyo al mundo rural, yo creo que las inversiones se han quedado un poco cortas. De cara a distribuir los fondos se tiende a coger a la población como referencia y eso conlleva que las grandes ciudades salgan siempre más beneficiadas, cuando las necesidades económicas son mayores en el mundo rural, porque el territorio es más amplio. Aunque sí se han hecho inversiones importantes, algunas a través de subvenciones, y estamos pendientes de resolución de algunas convocatorias a las que hemos presentado proyectos.

–¿Tenemos en los fondos europeos una oportunidad de oro para implementar nuevos proyectos?

–Sí, sin duda hay que exprimirlos al máximo y tenemos que encontrar la fórmula para que efectivamente sea así. Hay ámbitos como el turístico en el que ya se han repartido importes muy elevados y focalizados en los municipios rurales. Otras ayudas están todavía en proceso, pero desde luego tenemos que aprovecharlos al máximo para generar una visión positiva y que la gente entienda el mundo rural como un lugar atractivo para vivir, para trabajar y para desarrollarse.

–Desde instituciones pequeñas es difícil acceder a estos fondos, ¿de qué manera puede el Gobierno ser un apoyo para ellas?

–Por una parte, informando de todas las convocatorias de las que somos conocedores, con correos electrónicos, conferencias, jornadas... Y por otra, ayudando en la gestión. En varias ocasiones, ha habido ayuntamientos que nos han solicitado apoyo técnico con temas relacionados con nuestro departamento y hemos colaborado con la documentación.

–¿Qué actuaciones se están llevando a cabo para solucionar los principales problemas que tienen nuestras zonas rurales?

–Hay programas como el de 'Pueblo de Cantabria' que llevamos años promoviendo y tiene un resultado fabuloso. También la inversión en la mejora de plazas y espacios de convivencia que se realizan en muchos ayuntamientos de la región. Por otra parte, hemos creado espacios de coworking y ayudado a rehabilitar espacios públicos para nuevos usos. Son cosas que venimos haciendo desde hace tiempo y son fundamentales.

–¿Estas actuaciones parten de los municipios o del Ejecutivo?

–Afortunadamente los pueblos de Cantabria son proactivos, tienen muchas ideas, aunque a veces están faltos de financiación o medios técnicos para ponerlas en marcha. Desde la Consejería de Obras Públicas siempre se ha venido manteniendo ese apoyo a los ayuntamientos en las distintas actuaciones y mantenemos una relación muy estrecha.

–¿Cuáles son las fortalezas de nuestros pueblos para contribuir al desarrollo de la región?

–Muchas cosas, la primera que tienen un paisaje fabuloso. La segunda es que además tienen una población con ganas de hacer cosas y esto es fundamental. El recurso humano es básico. Ahora mismo, aunque parezca mentira, falta mano de obra en muchos ámbitos y profesiones técnicas. Pienso que tenemos una gran oportunidad en ofrecer formación profesional orientada hacia las tendencias laborales del futuro en estos territorios. Por ejemplo, la instalación de placas fotovoltaicas en los tejados de las viviendas es una profesión de futuro para la que ahora ya cuesta encontrar personal cualificado. Seguro que con una formación adecuada en zonas rurales podría salir mucho personal preparado.

–¿Cómo definiría un TRI?

–Tiene que ser un territorio que vele por las personas, que busque sus potencialidades para poder desarrollar actuaciones que lleve a cabo él mismo y que además, tenga las infraestructuras y los servicios necesarios para que esa idea pueda ser transformada.

–Venimos escuchando desde hace tiempo que el momento de los pueblos es ahora, ¿comparte que estamos en un momento vital?

–Sí, sí estamos en un momento que es crucial, porque hay una dinámica mundial que hay que frenar y revertir. Cada vez más gente vive en aglomeraciones mayores, fijándose en los polos de atracción económica mundial. Esto genera una serie de movimientos, el del pueblo se va a la ciudad, este a la ciudad mayor, después a la capital europea, a Estados Unidos... Hay que interrumpir esta tendencia, frenarla y al menos en Cantabria estamos en ello. No puede ser que las megaciudades sean el futuro. Hay que volver a lo local, a lo próximo y generar espacios donde se viva mejor. Hay que pensar un poco más en el mundo rural e intentar hacer más esfuerzos hacia él.

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