José Luis Sánchez: «No se puede entender la digitalización sin la sostenibilidad ambiental, social y económica»

–¿Cómo definiría un Territorio Rural Inteligente?

–Entiendo que un entorno rural inteligente utiliza los recursos, la tecnología, los agentes locales para crear ecosistemas que, gracias a los adelantos tecnológicos y la digitalización, puedan mejorar las infraestructuras y los servicios a las personas que quieran vivir en dicho territorio creando desarrollo y sostenibilidad económica, social y medioambiental. Por tanto, ayudando también a la mejora del tejido industrial local y la creación de empresas locales que puedan generar valor y empleo sostenible en el tiempo.

–¿Son las nuevas tecnologías la gran oportunidad para lo que llamamos la España Vaciada?

–El impacto de la pandemia, los cambios con la flexibilidad laboral y las nuevas tecnologías hacen que la España Vaciada pueda tener un atractivo interesante, pero tenemos multitud de retos por delante, tanto en lo tecnológico como en lo social, para hacer que dicho cambio sea una realidad. Tiene que existir una apuesta clara de todos los agentes para que las infraestructuras tecnológicas sean las adecuadas para la mejora productiva y la creación de empresas y entornos que atraigan gente, pero igualmente tienen que desarrollarse planes específicos a cada entorno teniendo en cuenta su diversidad, demografía, industria, accesibilidad a diferentes servicios sociales, educación, etc. La digitalización es dependiente de las personas y, para que tengan un interés en la España Vaciada, tenemos que facilitar unas condiciones idóneas que hagan de dichos entornos espacios atractivos que nos ayuden a frenar la despoblación y fomenten la generación de empresas y empleo.

–Estos dos últimos años nos hemos visto obligados a digitalizar nuestras vidas pero también se han visto las carencias que, en este ámbito, tienen las zonas rurales, ¿es el momento de apostar por la digitalización de procesos, especialmente en este medio rural?

–No es que sea el momento, es que ya vamos tarde. La realidad es que la pandemia ha reducido un proceso de digitalización que pensábamos nos llevaría una década, a uno o dos años. Por lo tanto, el impacto que ha tenido en nuestra forma de vida ha sido inmediato en todos los aspectos: social, comercial, sanitario, educativo, empresarial, etc. El medio rural no es ajeno a estos cambios y necesita agilizar esta transformación para poder ser competitivo y aprovechar las oportunidades que se presentan con la digitalización a todos los niveles mejorando la productividad del tejido y generando entornos que fomenten el desarrollo sostenible, la creación de empresas y el empleo de calidad.

–En este sentido, ¿cuáles serían las actuaciones prioritarias para lograr la plena digitalización de estos entornos?

–Los fondos Next Generation EU y los diferentes programas públicos podrían ser el revulsivo que nos ayude a acometer las inversiones necesarias para la transformación digital en el entorno rural. Como he dicho antes, la dotación y accesibilidad a infraestructuras tecnológicas que permitan conectividad de calidad a todos los ciudadanos y empresas en dichos entornos tiene que ser una prioridad, pero no la única. Adicionalmente, tienen que existir programas formativos para que todos los colectivos sean conscientes de los beneficios de la digitalización y las nuevas tecnologías, tanto a nivel personal como empresarial. Estos dos puntos, junto a la dotación de apoyos por parte de la administración, son esenciales para que luego podamos definir estrategias de actuación prioritarias dependiendo de cada municipio a nivel industrial, turismo rural, vivienda, ocio, servicios, movilidad, etc.

–Entre estas deficiencias se encuentran muchos servicios públicos vinculados con la salud, la educación, etc. ¿Qué papel deben asumir la administración pública y las empresas privadas a la hora de solucionar este problema?

–La digitalización nos facilita un sinfín de servicios, incluidos los telemáticos (accesibilidad 24/7, efectuar compras telemáticamente, trabajo en remoto, educación virtual, telemedicina, tramitaciones telemáticas, etc.), pero no soluciona el problema de la despoblación de los entornos rurales si no va acompañada de mejoras de infraestructuras y sociales a todos los niveles. Aquí todos los agentes, pero principalmente la administración, tienen un papel prioritario. La administración por un lado tiene que crear las condiciones necesarias para fomentar la digitalización vinculándola al desarrollo sostenible del entorno, al igual que favorecer la inclusión digital de todos los agentes de los diferentes municipios. Por otro lado, los ciudadanos, empresas y resto de agentes tienen que participar del proceso para evitar marginación y polarización. De esta forma se pueden desarrollar planes de digitalización conjuntos que conlleven una transformación social y económica de todo el entorno que ayude en la mejora productiva de las empresas locales, la creación de nuevas empresas y la generación de empleo.

–¿Es diferente la estrategia de digitalización que debe desarrollar una empresa en un pueblo que en una ciudad?

–Por todos los motivos comentados con anterioridad, los retos de digitalización en un entorno rural son diferentes, pero la digitalización es un proceso que se puede aplicar en cualquier entorno con diferentes alcances. Cualquier proceso conlleva un compromiso serio por parte de la dirección de la empresa, pero también influye el entorno, servicios, infraestructura tecnológica, recursos humanos disponibles, red, etc. Lógicamente, cada entorno es diferente, pero el medio rural hoy en día sigue teniendo algunas desventajas para acometer dichos procesos de digitalización que las grandes ciudades, debido principalmente a los medios disponibles y accesibilidad a servicios en entornos rurales.

–¿A qué retos se enfrentan las empresas que decidan dar este paso?

–Los retos en estos entornos son varios. Por un lado, la necesidad de unas buenas infraestructuras tecnológicas, por otro acceso a personal altamente cualificado, disponibilidad de servicios de calidad, implantación industrial, infraestructura logística, despoblación, demografía, etc.

–Junto a esta digitalización, los TRI también tiene como paradigma de desarrollo la sostenibilidad, ¿cómo pueden concretarse ambos conceptos de manera conjunta?

–Cada vez más, las empresas tienen claro que la transformación digital tiene que ir de la mano de la sostenibilidad, algo que nos exige la sociedad y por tanto también nuestros clientes. La tecnología hoy en día nos permite mejorar procesos e implantar soluciones que, siendo perfectamente rentables, también tienen un impacto social y medioambiental positivos, por ejemplo, la implantación de soluciones en la nube que te permiten reducir tus consumos energéticos o la gestión telemática para mejorar la eficiencia en los consumos de agua. Por lo tanto, no se puede entender la digitalización sin la sostenibilidad ligada a los tres ejes fundamentales: ambiental, social y económico.

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