El juez cierra como fortuito el concurso de Sniace tras oír a fiscal y administradores

El auto firmado por el magistrado Andrés Sánchez Magro tiene su lógica a tenor del sentido del análisis concursal y fiscal. Como ya avanzó El Diario el pasado 13 de noviembre, los administradores José Luis Ramos Fortea y Pedro Vilella no apreciaron ilícitos penales en torno al devenir último de la compañía con complejo industrial en Torrelavega.

Eso sí, indirectamente ratificaban la imposibilidad de ejecutar el plan de viabilidad que el Consejo presidido por Blas Mezquita logró sacar adelante con el respaldo de los acreedores. En el informe de los concursales se recogía como una de las causas principales de la inviabilidad de la organización el desplome del precio de la celulosa, con unos valores muy por debajo de los que Sniace enarboló para cerrar el convenio con los acreedores para obtener esta segunda oportunidad con la reapertura progresiva entre los años 2016 y 2017. Otros referentes del sector, como explicó este periódico en febrero, sí que fueron mucho más previsores con sus cálculos de los precios, que prácticamente coinciden con la evolución en el mercado de estas materias.

El detalle no es menor, puesto que al haber obtenido en 2015 esa aquiescencia de los perjudicados por la factoría, el examen de responsabilidad en la gestión se ha limitado a esta segunda etapa, caracterizada por las continuas ampliaciones de capital. De hecho, en el mismo informe de los concursales se incidía en que el estado de insolvencia «no se ha visto agravado por actos concretos realizados por los administradores societarios, puesto que en todo momento se tomaron decisiones tendentes a evitar la insolvencia y propiciar la continuidad».

Otro destino diferente hubieran seguido los acontecimientos en el supuesto de que en el momento de solicitud del concurso no se hubiera aprobado el convenio y la compañía hubiese encarado en ese momento la liquidación. El Gobierno de Mariano Rajoy había endurecido las potenciales penas, pero la legislación concursal hace decaer la sección sexta desde el momento en que los acreedores apoyan el plan de viabilidad.

La deuda total de Sniace supera los 310 millones. Sólo en esta nueva etapa sobrepasó los 115 en impagos añadidos que afectan a decenas de pymes enclavadas en la Comunidad.

Mientras el pasado de la organización va despejándose, aún queda mucho que dirimir en torno al futuro, en el que se espera que unos nuevos inversores puedan abrir otra etapa sobre los cimientos de la liquidada Sniace.

De momento, el empresario especializado en desarrollo de proyectos renovables José Ventura es el primero cuyo interés ha trascendido públicamente. Con un plan inversor sustentado en diferentes actuaciones energéticas en diversas comunidades autónomas que coadyuvarían a reforzar los flujos de caja de la futura compañía, el interesado ya se ha entrevistado con el alcalde de Torrelavega, Javier López Estrada, y está a la espera de poder hacer lo propio con el Gobierno de Cantabria. Así al menos se comprometió el consejero de Industria, Francisco Martín, con el comité de empresa de Sniace como forma de tener conocimiento «de primera mano» de sus intenciones futuras.

Ventura sigue avanzando en las diferentes tramitaciones energéticas fuera de Cantabria -Andalucía, Castilla y León...- que pretende integrar en su oferta por Sniace, pero no es el único interesado. Otro grupo inversor, que en un principio lamentó ciertos obstáculos para acceder a información, en breve empezará a entrevistarse por videoconferencia con personal técnico de la factoría para conocer en profundidad la situación y decidir si presenta oferta. Igualmente, se prevé que cuando el juez Sánchez Magro apruebe el plan de liquidación una comitiva de estos inversores visite el complejo torrelaveguense.