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Alivio, al menos momentáneo, entre varios responsables de recursos humanos de la gran industria de Cantabria. Los tribunales han validado el uso de personal de ... subcontratas en los procesos productivos de las compañías, lo que permite que las principales fábricas sigan manteniendo su forma de actuar tradicional.
El Juzgado de lo Social nº 3 de Santander acaba de ratificar este criterio, aún reconociendo la «tenue» línea que separa la legalidad de ciertas actuaciones fraudulentas, y ha desestimado una demanda contra Reinosa Forgings & Castings y la subcontrata Servicios Auxiliares El Acebal por parte de varios operarios de esta última por supuesta cesión ilegal de trabajadores.
El magistrado Pablo Rueda, sin embargo, da la razón a las compañías y defiende esta forma de funcionar. En concreto, El Acebal lleva a cabo desde hace casi 25 años las labores de estrobado -preparar cables de acero para trasladar y sujetar cargas- en la gran forja campurriana.
Los demandantes defendían que su empleador real era Forgings & Castings, previamente Sidenor. Sin embargo, el juez entiende que eso no es así. Según la sentencia, a la que ha tenido acceso El Diario Montañés, «Forgins no se dedica al estrobado de piezas. El Acebal, si. Los maestros de taller de aquella indican, asesoran (cuando es menester), transmiten instrucciones de seguridad y prioridades... Pero estos maestros no dirigen a diario a los actores, no les indican qué y cómo tienen que hacer su labor de estrobado. Los actores y los socios trabajadores prestan servicios para una empresa que se dedica a esta labor de estrobado. Los maestros no dirigen en términos estrictos y materiales a los demandantes y a los socios trabajadores», argumenta.
El magistrado va más allá. «Sin duda, es una línea de separación tenue, porque se ha acreditado que estos maestros de taller daban órdenes a los demandantes. No obstante, se insiste en que no se habría demostrado que los maestros dirigieran, coordinaran, instruyeran de modo regular respecto de cómo llevar a cabo la labor subcontratada de estrobado. Una cosa es indicar cuestiones de seguridad, prioridades, preferencias, resolver alguna dificultad, indicar dónde desplazar las enormes piezas que fabrica Forgins y, otra diferente, erigirse en auténtico jefe, encargado superior, instructor... En última instancia, contribuir a que Forgins dirija la labor de los demandantes como un empleador al uso», colige.
Clave en el resultado de la sentencia son otras circunstancias que el juez da como acreditadas tras la celebración del correspondiente juicio. Entre ellas, que El Acebal es una empresa real, que actúa en el mercado, con plantilla propia, jefes o socios, y que presta servicios en la comarca de Reinosa (fundamentalmente, en la actividad contratada por Forgins y secundariamente como comercio de jardinería).
Además, dicha sociedad cooperativa proporciona vestimenta a los demandantes (diferente a la de Forgins), les entrega tarjetas distintas también para acceder a la nave de Forgins y utiliza un vestuario diferente a los operarios de esta.
A su vez, El Acebal abona las nóminas a sus trabajadores, cotizaciones a la Seguridad Social, les forma (cursos de formación), les entrega los epis y también concede permisos y vacaciones. Incluso, recoge la sentencia, aborda sus propios procesos disciplinarios de carácter interno.
Con estos ingredientes, el titular del Juzgado de lo Social nº 3 de Santander defiende que «las actuaciones llevadas a cabo por El Acebal (no discutidas) constituyen un obstáculo no menor para compartir la tesis que defiende la parte demandante (por ejemplo, si El Acebal no es empresario no se comprende por qué ejercita facultades disciplinarias, despido incluido). Ello, no obstante, no se ha demostrado que esta actuación de los maestros de taller suponga o refleje un poder de dirección en toda regla por parte de Forgins».
Como corolario, «compartir la tesis defendida por la parte demandante (no descabellada, como se dijo al comienzo de esta resolución, pero tampoco acreditada) conllevaría la imposibilidad de que Forgins contratara la labor de estrobado».
En consecuencia, desestima la demanda, aunque el fallo no es firme y puede recurrirse ante el Tribunal Superior de Justicia.
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Ana del Castillo
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