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El Juzgado de lo Mercantil nº 1 de Santander ha declarado en concurso de acreedores a la sociedad Troquelmain XXI SL, vinculada al grupo catalán Dover y que, en definitiva, fue la compañía que compró la extinta Candemat en agosto de 2013 después de que la firma enclavada en el Polígono de La Cerrada (Camargo) atravesara desde 2007 un largo y tortuoso procedimiento tras declarar igualmente su insolvencia y posterior quiebra.
Según el auto fechado el pasado 12 de julio, la organización dedicada a la matricería para la fabricación de piezas destinadas al sector de la automoción conserva sus facultades de gestión y disposición de su patrimonio, pero sometidas a la intervención de dos administradores concursales: Juan Carlos Sánchez Girón, como principal; y Santiago Ruiz Asenjo, como auxiliar. Ambos son profundos conocedores del sector, ya que fueron los que precisamente pilotaron el concurso de Candemat, cuya liquidación efectiva se rubricó el año pasado a pesar de la venta de la unidad productiva a Dover tiempo atrás.
La empresa tiene dos plantas, la mencionada de Camargo y una en Bilbao adquirida el pasado año, una inversión considerada como estratégica para poder hacer frente al ritmo de pedidos que entraban en la factoría pero que se ha topado igualmente con una caída de actividad en el sector en los últimos tiempos. Un parón en la facturación que ha pillado a contrapié a los responsables de la corporación. La sociedad cuenta hoy en día con 236 trabajadores, unos 165 en su instalación cántabra.
Troquelmain había experimentado un crecimiento sostenido desde que adquirió la unidad productiva de Candemat, pero la fluctuación del mercado de la automoción le ha cogido en el peor momento, tras una «inversión potente» en pos de un mayor desarrollo. Fuentes de la empresa apuntan que se trata de «un concurso de continuidad» y que las perspectivas «en principio son buenas» para el corto y medio plazo tras haber pasado «un año sin pedidos». «Hemos tratado de no hacer daño a la plantilla y el menor posible a nuestros proveedores estratégicos», abundan las mismas fuentes, que precisan que se está en contacto con «clientes, trabajadores y los administradores concursales».
Desde la corporación hacen un repaso de la corta existencia de la sociedad. «Entre 2013 y 2016 tuvimos unos años buenos, con crecimientos e inversiones y una rentabilidad razonable. Pusimos la empresa en el mercado y logramos clientes importantes, así que las cosas marchaban dentro de un orden».
Entonces, ¿qué ha pasado para que esta senda alcista haya derivado en una declaración de insolvencia? Según la Dirección, «dos calamidades». A saber, una previsión bastante importante de lanzamientos de vehículos que finalmente se ha visto frenada por la irrupción del coche eléctrico, de modo que la salida del resto de modelos se ha ido ralentizando para que todos los prototipos se estrenen en paralelo.
Este parón coincide en el tiempo con la inversión hecha por la compañía en una nueva planta en Bilbao que les permitía operar con troqueles grandes, de cinco metros, algo que en Maliaño era imposible. Una inversión «muy potente» -se asumió igualmente la deuda de la firma recién absorbida- a la que acompañó «un valle de un año» en la producción. «Hemos estado prácticamente sin pedidos desde julio hasta ahora, aunque ya vemos que vamos a recuperar», dicen.
Como 'puntilla' para derivar en el concurso actual, la matricera recuerda que «Troquelmain XXI es una empresa muy joven, por lo que no nos dio tiempo a hacer pulmón financiero. Si este problema nos hubiese ocurrido dentro de cuatro años seguramente lo hubiéramos podido solventar».
Pero no ha sido así y los administradores concursales desembarcaron el lunes en la empresa. La deuda, admite la Dirección, es «grande», especialmente con entidades financieras, aunque ya se está hablando con los acreedores para pactar un convenio y consiguiente plan de viabilidad que permita digerir esas obligaciones.
La compañía, a más, avanza «transparencia» durante todo el proceso y su desarrollo mientras se encuentre en la situación actual. «Creemos que es lo mejor para todos», manifiesta.
trabajadores aproximadamente tiene de media la compañía en Maliaño, 236 sumando la planta de Bilbao.
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