El juzgado declara en concurso a Sonrionansa por una deuda heredada con la Seguridad Social

La organización, que mantuvo semanas atrás un conflicto laboral con la plantilla al acumular retrasos en el pago de las nóminas, precisamente un calendario aumentado tras absorber igualmente mensualidades pendientes de la etapa anterior, y que parecía encauzado, retorna a la incertidumbre con esta declaración de insolvencia.

Desde la Dirección, no obstante, matizan que la entrada en concurso no es más que una «medida técnica preventiva» para que la Seguridad Social no bloquee las cuentas de la organización ahora que tiene que comercializar siete millones de peces, lo que supondrá una importante inyección económica para los balances de la piscifactoría.

«Tras un largo periodo de negociación con la Seguridad Social finalmente no ha sido posible un acuerdo para el pago de la deuda derivada de la antigua propietaria del criadero de dorada y lubina situado en el pueblo de Pesués. El importe de la deuda asciende a un millón de euros aproximadamente y finalmente el expediente ha entrado en proceso ejecutivo», anotan.

El expediente por esta vieja obligación, que hasta el momento se había venido gestionando sin sobresaltos para la empresa mientras se negociaba un calendario de abonos, entró en una nueva fase hace un mes aproximadamente después de que el organismo público entrara en alerta al comprobar los problemas laborales que abordaba la piscifactoría con su plantilla.

Por ello, para «evitar» una catarata de ejecuciones, la empresa solicitó el concurso voluntario, algo que el Juzgado de lo Mercantil nº 1 de Santander aprobó el pasado 12 de julio. La firma Forensics SL asume las competencias de la administración concursal.

Sonrionansa sostiene que «acoge la medida con tranquilidad consciente de la buena marcha de la producción de peces y salida a los clientes». De hecho, abundan en que todas las semanas están partiendo pedidos de las instalaciones de Pesués.

67

trabajadores tiene hoy en día la planta de Sonrionansa, una plantilla que ha crecido con la nueva gestora.

Más aún. «La Dirección confía en que el proceso concursal sea breve una vez alcanzado un acuerdo con los acreedores y especialmente con el Instituto de la Seguridad Social», detallan.

En cuanto a la plantilla, compuesta en la actualidad por 67 personas, está previsto que hoy conozca en detalle toda la situación que se cierne sobre el día a día de la organización. De hecho, el abono de las nóminas también tiene que ser supervisado por los administradores.

Desde la piscifactoría igualmente quisieron adelantar su agradecimiento por «el esfuerzo de todas las entidades financieras y especialmente a los trabajadores durante los próximos meses».

En cuanto al desarrollo de la actividad, se prevé acabar el año con unas ventas de unos «18 millones de peces» inferiores a los 30 millones previstos inicialmente en el plan estratégico de la organización. ¿Los motivos? La devaluación de la moneda turca que ha permitido una comercialización mayor y no contemplada inicialmente de la lubina otomana, lo que ha derivado en un retraso de las siembras. Sonrionansa va más allá y afirma que un cliente que tenía prevista una siembra de diez millones finalmente no ha dado el paso.

Con todo, se espera que 2019 concluya en facturación por encima de los registros de 2018, con la aspiración de alcanzar los cinco millones. El año pasado, «con cuentas auditadas», se cerró ejercicio con unas ventas de 4,2 millones, un ebitda próximo a 500.000 euros y un beneficio por encima de los 100.000. «La empresa funciona, pero ahora mismo todavía no podemos asumir una deuda como la que nos vino derivada y reclama la Seguridad Social», concluyen desde la organización cántabra.