Las latas de alimentación 'salvan' la actividad de Ferroatlántica durante la parada industrial

De Boo de Guarnizo a la despensa. Éste es parte del trayecto razonado al que se ha acogido Ferroatlántica para seguir produciendo a lo largo de la pasada semana, cuando el Gobierno nacional decretó el parón hasta el 9 de abril de todos los servicios no esenciales, incluida la industria y la construcción. Mientras otras compañías, vistas las excepciones posteriores hechas al real decreto, se acogieron a sus líneas de exportación para reanudar parte del negocio, caso de Global Steel Wire, Ferroatlántica encontró un asidero adicional para poder operar en su planta cántabra «dignamente» en este contexto tan particular.

Según explican desde la propia organización, parte de sus clientes se centran en la industria de la hojalata, que se emplea en las diferentes latas de conservas y alimentación, por lo que la actividad de la fábrica de Camargo pasa igualmente a ser esencial para garantizar el abastecimiento de la población.

Ferroatlántica, adscrita al Grupo Ferroglobe, admite que ha habido dudas en los últimos días. De hecho, el pasado lunes se optó por la «prudencia para cumplir a rajatabla» las limitaciones que llegaban desde Moncloa.

Con varios clientes en duda sobre si podían seguir abiertos o no, esos nubarrones empezaron a aclararse el martes, por lo que la corporación procedió a «adaptarse a la coyuntura». Evidentemente, se ha reducido la producción, pero dado el contexto actual la fábrica ha capeado el temporal.

No es el único caso de una gran planta que creía que iba a tener que cerrar unos días y que finalmente ha podido seguir trabajando. Más allá del Grupo Celsa -Global Steel Wire o Tycsa-, también continuaron con su actividad empresas como Solvay, James Hardie (antigua Fermacell) o Sidenor, todas ellas volcadas en la exportación.