Maflow consolida su planta cántabra como referencia del Grupo en impresión 3D

El reconocimiento no sólo valida la trayectoria de la fábrica cántabra, sino que le permite elevar su valor añadido y competitividad, además de abrir nuevas líneas de negocio mediante la comercialización de estos productos y servicios a terceros, en lugar de limitarse a aprovechar esta tecnología y conocimientos de forma interna.

La planta regional, especializada en el ensamblado de tuberías para aire acondicionado dentro del sector de la automoción, cuenta en la actualidad con una plantilla conformada por unos 130 trabajadores. Ante un contexto en el que la industria de componentes del automóvil se está viendo afectada por las interrupciones en la cadena de producción derivadas de la falta de chips y semiconductores, la fábrica autonómica acoge su nueva condición de centro de competencia dentro de la multinacional con optimismo y satisfacción, en un camino en el que se ha aliado con el gigante tecnológico HP para incorporar a sus equipos la última tecnología disponible en este campo.

El proyecto marca un nuevo hito con el reconocimiento de Boryszew, pero ha ido construyéndose durante los últimos años. Primero fueron las labores iniciales, para posteriormente identificar la actividad como un nicho y proceder a la ampliación de instalaciones y puesta en marcha de los equipamientos. «Siempre hemos ido adelantándonos a lo que la multinacional quería y tratando de ser pioneros. Comenzamos con la automatización de las líneas de producción y llegamos a alcanzar el nivel más alto», manifiestan desde la organización cántabra.

La factoría de Guarnizo fabricaba para sí misma los utillajes para sus propias máquinas, al ir mucho más rápido que encargando los trabajos a un tercero. «Empezamos con pequeñas máquinas. Nos buscamos como partner a HP y ahora nos hemos convertido en centro de producción 3D que no sólo fabrica piezas o componentes para nuestros procesos, sino para todo el grupo polaco. Hemos dado valor añadido a la matriz», destacan.

Maflow todavía tiene margen para más producción en sus nuevas máquinas. «Vamos a crear línea de negocio aquí para terceros», aseveran.

El centro cántabro sí que reconoce que los problemas con los semiconductores han retrasado algunos de los proyectos. Eso sí, la compañía está inmersa en un cambio de modelo que pasa por ampliar servicios y aportar más valor añadido. ¿Cómo? Fabricando algunas de las piezas que antes simplemente ensamblaba. «Hemos aprovechado estos meses para formar a la gente en los nuevos procesos. Estamos invirtiendo bastante en especializarnos. El personal adquiere nuevas competencias que elevan su empleabilidad», agregan.

En este sentido, la compañía ha alcanzado un acuerdo con Nissan no sólo para ensamblar, sino igualmente para producir racores, una forma de diversificar actividad y garantizar una viabilidad a futuro que dentro de un grupo tan global pasa de manera ineludible por la innovación