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Licenciada en Químicas, experta en Políticas Públicas de Investigación e Innovación y especialista en Liderazgo Público y Emprendimiento, María Luisa Castaño es asesora de la Dirección General del Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), organismo público de investigación. Además, es miembro del grupo de expertos los 100 de Cotec, para el objetivo de desarrollo sostenible 'Energía asequible y no contaminante', y líder de Cambio Climático e Innovación de la 'Advanced Leadership Foundation'.
–¿Qué es para usted un Territorio Rural Inteligente?
–En mi opinión, son espacios formados por uno o varios núcleos rurales, con las infraestructuras y servicios necesarios para proporcionar un modelo sostenible desde el punto de vista social, económico y medioambiental y donde sus habitantes son protagonistas esenciales de su implantación y consolidación. Este modelo de desarrollo es esperanzador y tiene ventajas desde varios puntos de vista: trata de frenar la brecha digital del medio rural con el entorno urbano, intenta paliar la despoblación rural y tiene como eje proporcionar una calidad de vida a veces inalcanzable en las ciudades.
–¿Qué oportunidades de desarrollo basadas en la innovación considera que tiene el medio rural?
–Por definición, la innovación aporta soluciones a necesidades de un entorno. Ahora bien, la capacidad de innovación del medio rural depende, en gran medida, de su capacidad de retener el talento autóctono y de atraer talento externo. Es primordial que los habitantes de estos territorios dispongan de acceso a una educación y formación cualificada. Es cierto que la posibilidad de teletrabajo de muchos puestos ha fomentado un cierto éxodo hacia los territorios rurales. Sin embargo, para que esta situación sea sostenible en el tiempo y fomente el arraigo y permanencia del talento endógeno es esencial un desarrollo integral y bien planificado, algo que no siempre ocurre. Por tanto, es esencial que todas las acciones formen parte de una estrategia más global, donde las acciones para mejorar las infraestructuras y servicios básicos a la población puedan generar nuevas oportunidades económicas y laborales que favorezcan el emprendimiento y la atracción de talento.
–¿Cree que ha llegado el momento de mejorar aspectos como la sostenibilidad, la digitalización y la innovación en el mundo rural?
–La digitalización, la innovación y la sostenibilidad, desde el punto de vista económico, social y medioambiental, son tres aspectos íntimamente ligados e inseparables. Sirve de poco desplegar infraestructuras digitales de forma puntual y con una visión cortoplacista si no se diseña una estrategia a más largo plazo, sostenible y que permita que la innovación fluya. El uso de la tecnología como herramienta al servicio de los ciudadanos, que aporte servicios públicos de calidad, que solucione carencias del entorno rural y ofrezcan oportunidades para generar nuevos modelos de negocio es una mejora crítica si el objetivo es apostar por el desarrollo de territorios rurales inteligentes. El desarrollo de proyectos impulsores que dinamicen un conjunto de actividades y sectores bien arraigados en el entorno rural es una excelente vía para diseñar e implantar actuaciones que sirvan de ejemplo para otras acciones y otros sectores.
–Los nuevos paradigmas por los que aboga un TRI sitúan la digitalización y la innovación como pilares de este proceso de cambio, ¿son distintos estos procesos entre pueblos y ciudades?
–Indudablemente la disponibilidad de infraestructuras digitales esenciales es la base para el adecuado desarrollo inteligente de los territorios. La implantación digital posee la capacidad de adaptarse a las necesidades, por eso, no cabe duda que los procesos son muy diferentes a los que se producen en el entorno urbano. No se trata de desplegar de manera indiscriminada tecnológica y redes sino analizar y planificar el despliegue de acuerdo con las necesidades tecnológicas de cada territorio y de cada núcleo rural que componen ese territorio inteligente, aportando soluciones adaptadas. Del mismo modo, la innovación en el medio rural tiene características y elementos diferentes de la innovación en el entorno urbano y también es adaptable a los recursos, necesidades y particularidades de los territorios rurales. Así, la promoción del emprendimiento, la atracción de talento y el despliegue de oportunidades para las pymes de ámbito local necesitan ser impulsadas con mayor atención e intensidad que en el entorno urbano.
–A nivel de preservación ambiental y sostenibilidad, ¿qué papel juegan los entornos rurales?
–En esos términos, es claro que los entornos rurales poseen en su proximidad un significativo porcentaje de los espacios naturales disponibles. Proporcionan un contacto próximo y estrecho entre habitantes y medioambiente y, en mi opinión, son la gran esperanza para asentar población respetando el medioambiente. Considerar desde el principio del análisis y diseño del desarrollo rural los aspectos medioambientales es imprescindible para disponer de una visión global y apostar por acciones planificadas y estructuradas a medio y largo plazo. En el fondo, la lucha contra el cambio climático es una acción principalmente de personas.
–Esta sostenibilidad ambiental como criterio de inversión pública es una de las bases de los TRI, ¿juegan con ventaja las zonas rurales?
–Es indudable que solo disponiendo de infraestructuras esenciales y sistemas gestores de datos para la monitorización y seguimiento de los servicios básicos será posible desarrollar un territorio de manera sostenible. Es impensable que los municipios por sí solos sean capaces de costear el despliegue de estas infraestructuras por lo que necesitan, indudablemente, la financiación regional y/o estatal. Tal vez la principal ventaja es que las políticas europeas van en esta dirección y la administración estatal y regional se ve impulsada por la tendencia europea, como por ejemplo los Programas de Desarrollo Rural (PDR) del FEADER (Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural). Sin embargo, el modelo de financiación es determinante del resultado de las actuaciones de desarrollo del medio rural, La gestión multiadministración y multisectorial de los fondos públicos dificulta el establecimiento de una estrategia integral que permita abordar las actuaciones de manera sinérgica, en lugar de compartimentada, que en muchas ocasiones provoca solape de actuaciones o vacíos no cubiertos.
–¿Está el sector privado concienciado sobre la importancia de potenciar la sostenibilidad?
–Los nuevos inversores y las recomendaciones de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) recomiendan la incorporación de criterios ESG (Enviromental, Social y Governance) en la práctica empresarial. Estos criterios hacen referencia a los factores que convierten a una compañía en sostenible a través de su compromiso social, ambiental y de buen gobierno, sin descuidar nunca los aspectos financieros. En este sentido, cada vez más las empresas empiezan a tener en cuenta aspectos sociales y ambientales en sus modelos de desarrollo. Sin embargo, salvo que la empresa encuentre un modelo de negocio especifico en el medio rural, no es uno de los ejes de su desarrollo económico y solo una minoría de empresas es consciente de la importancia del medio rural y diseñan actuaciones para apoyar y promocionar este concepto. No obstante, este es un proceso y un camino por el que se empieza a transitar y confío que este recorrido haga cambiar la concienciación acerca de la importancia del desarrollo rural sostenible.
–Hablemos también de transición energética, ¿es necesario el desarrollo de planes eficientemente energéticos específicos para entornos rurales y urbanos?
–Sin duda el desarrollo de un TRI pasa necesariamente por el establecimiento de una estructura energética sostenible, adaptada a las necesidades del territorio y a los recursos naturales disponibles. Las necesidades domésticas, las de movilidad y las industriales no son iguales en entornos rurales frente a los entornos urbanos. Por tanto, las soluciones deben ser diferentes. Precisamente las nuevas tecnologías energéticas apuestan por la generación distribuida y se aleja del modelo de generación centralizada. Estas nuevas tecnologías permiten aprovechar los recursos naturales del territorio (sol, viento, agua, biomasa) para cubrir las necesidades energéticas, hibridando varias tecnologías y optimizando el concepto de comunidades energética.
–¿Qué potencial tiene los entornos rurales en este ámbito?
–El principal potencial es que el entorno rural suele disponer de recursos naturales energéticos próximos, que, combinados con la tecnología disponible, pueden abastecer energéticamente el territorio. Además, dispone de una situación excelente para la creación de comunidades energéticas, no solo domésticas sino doméstico/industriales, basadas en el autoconsumo. Por último, un territorio rural puede integrar con mayor facilidad diferentes tecnologías y satisfacer las necesidades energéticas de manera más eficaz y adaptada. De hecho, la mayoría de los proyectos pilotos energéticos utilizan el concepto de isla energética, donde la generación y el consumo se localizan próximos.
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