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Con la agenda repleta de 'patatas calientes' fueron hoy a Madrid el consejero de Industria del Gobierno de Cantabria, Francisco Martín, y el de Medio Ambiente, Guillermo Blanco, para participar en dos conferencias sectoriales de los ministerios de Medio Ambiente y Transición Ecológica (Energía), ... respectivamente. Ante el Ejecutivo que preside Pedro Sánchez, Martín y Blanco reclamaron más fondos y financiación tanto para las firmas que exploten plantas de cogeneración –asunto que ha dado la puntilla a Sniace– como para las industrias electrointensivas, que también viven con angustia la tramitación última de su estatuto después de que el documento no colme las expectativas creadas en el sector al abrir sobremanera el número de potenciales beneficiados y, en consecuencia, diluirse los fondos.
«Han sido dos sectoriales muy importantes para Cantabria. En la primera se ha puesto de manifiesto la sensibilidad de la Comunidad ante todas las decisiones de cambio climático, descarbonización y, sobre todo, un nuevo paradigma de movilidad. He puesto de manifiesto que el 30% del PIB industrial regional reposa en la automoción, por lo que cualquier medida que se quiera tomar en el cambio acelerado de modelo de transporte debe ir acompañado de iniciativas de transición justa. Es decir, fondos para que no haya efectos dramáticos para el empleo autonómico», arrancó el consejero.
Pero hubo más en las sesiones en la capital de España. «Hemos hablado de descarbonización. Todo lo que tiene ver con un nuevo modelo energético. Aquí también entendemos que España tiene que ser competitiva. No sólo los 5.000 millones europeos que van a ir prácticamente en su totalidad a Alemania y Polonia. Necesitamos herramientas para que las empresas puedan cambiar sus generaciones».
En este punto Martín empezó a detenerse de forma pormenorizada en algunos de los casos paradigmáticos de la industria cántabra. «La cogeneración de Solvay con carbón debe tener un apoyo para afrontar ese cambio energético que la organización tiene por delante».
Acto seguido, como no, la protagonista de los últimos días. Una Sniace que ha anunciado su liquidación con 429 trabajadores en plantilla ante la imposibilidad de seguir cumpliendo sus compromisos de pago derivados del concurso de acreedores fruto de, aduce, la espantada de Cogen, la firma que explotaba la planta de cogeneración en Torrelavega, al no cuadrarle las cuentas con la propuesta que ultima el Estado sobre la actualización de las retribuciones a la cogeneración a través de gravámenes en la factura eléctrica. «Hemos propuesto que tenga ayudas a través de la política de ayudas a las cogeneraciones. Vemos que en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) la potencia destinada a esta energía sigue bajando hasta 2030. Esto para la industria de Cantabria puede ser dramático si no va acompañado de medidas de apoyo y de fomento a las tarifas», detalló el mandatario cántabro.
Más aún. «Hemos solicitado que antes de publicar definitivamente esa orden que regula la remuneración a la cogeneración se atienda a lo que está ocurriendo. No sólo el miedo que está generando en el sector, sino las primeras consecuencias para la Comunidad como la inviabilidad económica de Sniace que, aunque no como único motivo, sí ha sido el elemento de puntilla», manifestó.
¿Qué acogida tuvieron todas estas pretensiones? «Hay que esperar», avanzó el titular regional de Industria. «Hay que ver la sensibilidad del Ministerio de Energía a todas estas propuestas porque realmente son trascendentes para el futuro industrial de nuestra región», finalizó Martín.
La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, respondió al consejero que «se estudiarán las alegaciones». Eso sí, dejó clara la necesidad de tener que enfocarse progresivamente hacia otro modelo energético. Una evolución que corre el riesgo de dejar muchas víctimas en el camino en forma de empresas y puestos de trabajo.
La crisis de Sniace
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