El mejor servicio floral

Si mis datos no fallan, Rebolledo estuvo primero en la plazuela del Príncipe y luego en una esquina redondeada de la calle la Blanca. Hablamos, naturalmente, hasta antes del incendio de 1941. Después encontramos en los periódicos de la época, siempre valiosa fuente de información, un anuncio en el que su sede estaba en el Muelle, 14, después de estar instalados unos años en uno de los pabellones provisionales levantados después de la catástrofe. Digamos que un punto definitivo en su expansión y consolidación fue la creación en 1987 en el número 29 de la calle Alonso Vega, sobre el espacio donde se encontraba antiguamente el vivero familiar, por parte del hijo de los fundadores, Ramón Rebolledo López y su mujer Sarín, del Centro de Jardinería, que en la actualidad dirigen los hijos y nietas de éste. Tienen otra tienda en Santander, en el número 4 de la plaza del Cuadro.

Durante todas estas décadas no han variado la esencia de su negocio: ofrecer la mejor calidad y dando el mejor servicio, con la necesaria adaptación a las nuevas tendencias. Cada día reciben flores y plantas de temporada de los productores más importantes de España y Holanda, lo que garantiza la mayor frescura y calidad de sus productos naturales. Entre sus servicios están el envío de flores a Santander y Cantabria, la decoración floral para bodas, celebraciones, eventos y negocios, la composición de ramos de novia, el cambio de flor periódica para el hogar o el negocio, la decoración con flores y plantas artificiales y el diseño de terraza, con asesoramiento personalizado. Además ofrecen gran variedad de complementos para las plantas, como maceteros y jardineras, productos fitosanitarios, etc.

Entre los productos que ofrecen están también las plantas y flores artificiales, que recrean fielmente los colores y las formas de las especies naturales. También ofrecen productos de decoración, mobiliario, regalos y muchas cosas más; venden una gran variedad de artículos de regalo.

Floristería Rebolledo recibió el premio del comercio de Santander en 2019 y es miembro cofundador de Interflora. Pertenece a la Asociación Española de Floristas.

Leemos en un ejemplar de La Voz de Cantabria de 1927 la epístola de 'Nieves de la Montaña' (seudónimo de una autora hoy completamente olvidada pero muy prolífica en su tiempo) dando consejos sobre urbanidad y buen gusto: «En cuanto al ramo de novia, he visto creaciones de nuevos modelos en una casa situada esquina del Puente y calle de la Blanca; allí puede usted ver, además de esto, la variedad de motivos para decoración interior que usted desea: la señora de Rebolledo, con su natural amabilidad, demostrará a usted la economía del arte floral». Pero su esposo, el señor Ramón Rebolledo, «conocido industrial», también era un floricultor con estudios en la Escuela de Horticultura de Versalles, con un acreditado «buen gusto», según leemos en la misma cabecera un par de años más tarde, cuando era conocido por organizar adornos florales en fiestas, homenajes y lugares públicos, entre otros la plaza de toros, como leemos en el semanario 'La Región' de 1915. De otro lado, es en diciembre de 1913, cuando documentamos la noticia más antigua del negocio en el periódico 'La Atalaya': «Se le autorizaba a don Ramón a colocar macetas de flores en las barandillas del Puente y la Blanca».

En marzo de 1918 José Estrañí le agradecía en su periódico 'El Cantábrico' y en la revista 'La Montaña' la recepción de un magnífico ramo de flores: «¡Qué claveles, qué camelias, qué lirios y qué hojas rizadas preciosísimas, que no sé cómo se llaman! También hay lilas, pero lilas se ven por ahí en todas partes». Ese mismo año, en septiembre, también El Cantábrico informaba de que había llamado la atención del público «por el gusto con que ha sido instalado, el escaparate central del establecimiento de nuestro buen amigo el conocido floricultor señor Rebolledo. Se trata de un bonito surtidor, entre plantas y flores, y abajo una amplia y caprichosa piscina con pececitos de colores todo tan admirablemente hecho, que fue objeto de calurosos elogios, a los cuales unimos los nuestros». No siempre, por desgracia, el escaparate llamaba la atención por su arte floral.

En 1922 se exponían en el escaparate de la floristería los telegramas con los datos de los soldados montañeses heridos o fallecidos en la hoy olvidada guerra de África, lo que concitaba la atención de toda la ciudadanía. Hacia 1925 se anunciaba en la prensa de esta manera tan sencilla como contundente: «Rebolledo. Toda clase de plantas, flores y semillas». Y era, como muy amablemente nos recuerdan Ramón sus hijos Rebolledo, casa suministradora de flores y plantas a la Casa Real, durante las estancias regias en el palacio de la Magdalena. En 1931 ya figuraba el negocio como 'Casa Viuda de Rebolledo'.