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Cantabria va camino de perder el tren de la energía eólica marina, al menos en el sentido de poder enclavar parques de aerogeneradores en las ... aguas bajo su dominio. El Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) ha excluido a la Comunidad de las zonas prioritarias para el desarrollo de este tipo de instalaciones, concentrando los focos de la fachada norte en Asturias (tres) y principalmente en Galicia (cinco).
Así consta en el borrador de la 'Hoja de ruta para el desarrollo de la eólica marina y de las energías del mar en España', que acaba de sacar a información pública el Ministerio, que delimita los enclaves de mayor potencial por sus condiciones de viento. En paralelo, se está trabajando en el Plan de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM) de la demarcación noratlántica, que condiciona el emplazamiento de parques teniendo en cuenta aspectos como la preservación de la biodiversidad -se descartan las zonas con mayor valor ecológico-, el tráfico marítimo, la navegación aérea, las actividades de la Defensa Nacional, la acuicultura y la conservación del patrimonio cultural subacuático. Una vez analizados todos esos parámetros, el Ministerio ha identificado de forma prelimimar los puntos con mayor viabilidad para este tipo de fuente renovable, que ha desglosado en zonas de uso prioritario -a las que se otorga prioridad para el posible despliegue de infraestructuras- y zonas de alto potencial, que sobresalen por su elevado encaje en el despliegue. En ambos casos Cantabria queda fuera, confirmando así la Administración central que ha hecho oídos sordos a las alegaciones que ya presentó la región durante las primeras tramitaciones de estas normativas.
El director general de Industria del Ejecutivo regional, Daniel Alvear, no esconde la «decepción» tanto del Gobierno cántabro como de las industrias del sector. «No estamos de acuerdo en cómo se ha abordado el análisis del recurso. Estamos muy coordinados con las comunidades vecinas y tampoco están de acuerdo, y eso que a Galicia y a Asturias les tocan algunas áreas. Incluso en esas zonas vecinas es posible que no se puedan acometer proyectos por las distancias, los criterios técnicos y las condiciones de viento». Como ejemplo, en el Principado los proyectos deberán enclavarse a más de 14 kilómetros de la costa.
¿Es revertible la situación? Según Alvear, sí. «Se abrió un nuevo proceso en junio y nosotros hemos alegado, igual que la industria o el Clúster Sea of Innovation. Las comunidades vecinas también, la asociación nacional de empresas estatal lo mismo... La lejanía que se impone en algunos casos implica que las conexiones pueden ser complicadísimas», informa.
El director general observa una evolución en el Miteco. «Al principio no les veíamos muy receptivos. Ahora incluso estaban replanteándose las condiciones de viento para relajarlas y que pudieran entrar más zonas como prioritarias», opina.
A su juicio, el criterio del Ministerio tiene un fondo claro. «Creo que está relacionado con el acceso a fondos verdes. Han querido ser muy restrictivos en el acceso a la financiación, al ser una tecnología que todavía necesita un punto de madurez. Han debido pensar que limitando el proceso puede ser más fácil. Creo que todavía queda recorrido», remacha.
En el conjunto de España se delimita un total de 29 zonas marinas para la instalación de aerogeneradores. El borrador del Miteco igualmente pone el foco en la viabilidad de parques en aguas profundas del litoral nacional. «Debido a sus elevados factores de capacidad, la eólica marina puede generar electricidad de manera estable y predecible, incrementando su producción en las estaciones de otoño e invierno, de menor radiación solar y mayor consumo», reza el documento ministerial, que igualmente pone encima de la mesa un objetivo de cara a 2030 de instalar entre uno y tres gigavatios de potencia con este tipo de tecnología renovable.
El Gobierno de Cantabria deja claro que la pretensión no es llenar la costa regional de aerogeneradores marinos, pero sí que no se va a renunciar a acometer actuaciones con algunas decenas de megavatios. «Hay que ser conscientes de cuál es nuestro papel en este ámbito», recuerda el director general de Industria, Daniel Alvear. En cambio, sí que pone su ambición en otro campo: «Lo que más nos interesa como eólica es la cadena de valor, que es donde tenemos el peso. Tenemos empresas que generan elementos de turbinas hasta transformaciones metálicas. Si los parques se ubican en otros lugares pero somos capaces de vender tecnología... Ese es nuestro nicho», aprecia.
Ahora bien, «creemos que tenemos recurso suficiente como para llevar a cabo alguna actuación. Hablamos de unas decenas de megavatios», cierra.
El Ministerio para la Transición Ecológica también destaca en su hoja de ruta el «elevado» potencial tecnológico e industrial de esta vía renovable. «Las industrias eólica, siderúrgica y naval española, así como los promotores y suministradores de bienes y servicios nacionales, ya han contribuido con un papel protagonista en la puesta en marcha y operación de numerosos parques eólicos marinos en el mundo», incluye el documento, que añade que con esta actividad «la industria española ya tiene una posición a nivel mundial como uno de los principales 'hubs' europeos de conocimiento y suministro para los mercados internacionales dentro de la cadena de valor» vinculada a este negocio.
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