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María Pía,. Presidenta de la Federación Española de la Dehesa.
«Si las niñas reciben los mensajes adecuados, se empoderarán»
Las entrevistas de Territorio Rural Inteligente

«Si las niñas reciben los mensajes adecuados, se empoderarán»

«El mundo rural comienza a identificarse con valores mucho más sostenibles para el planeta»

Miércoles, 10 de febrero 2021, 12:21

Licenciada en Derecho por la Universidad de Salamanca, María Pía ejerció como directora de banca hasta el año 2012. Entre 2004 y 2008 fue diputada en Cortes, actuando como portavoz adjunta de la Comisión de Agricultura del Congreso de los Diputados. Actualmente es presidenta de la Federación Española de la Dehesa y ganadera de ovino ecológico en extensivo.

Patricia Delgado.

–¿Ha habido que esperar a que haya una crisis sanitaria mundial para cambiar los ojos con los que miramos a los pueblos?

–Sin duda, la situación actual ha catalizado un proceso que antes o después tendría que llegar dada la imposibilidad de mantener el ritmo de consumo de recursos naturales, el estrés causado por el modo de vida urbano y el cambio climático. El mundo rural comienza a identificarse con valores mucho más humanos y sostenibles para el planeta. Digamos que vamos tomando conciencia de lo innecesario de la mayor parte de nuestras demandas asociadas a modos de vida sin demasiado sentido.

–¿Cuáles cree que son los principales obstáculos para fijar población en los entornos rurales?

–En primer lugar, la mentalidad: aún subsisten muchos prejuicios que provienen de un concepto de desarrollo mal entendido, en donde lo urbano era lo moderno, lo atractivo y lo que aglutinaba las oportunidades de trabajo, de socialización, de cultura... Y lo rústico se identificaba con atraso, pobreza, mísera y aislamiento. Estos paralelismos respondían a una realidad impulsada desde los poderes públicos, a quienes interesaba la concentración de población en grandes núcleos urbanos y por las grandes industrias que precisaban de mano de obra, no cualificada, dispuesta a cualquier trabajo para salir de la miseria.

«Ganaderas en Red es una iniciativa histórica, un movimiento de una importancia descomunal»

–Ganadería y tecnología son, a priori, términos que no combinan demasiado y, sin embargo, ¿cómo es de relevante la aplicación tecnológica para el futuro del sector?

–La ganadería, y siempre que hablo de ello me referiré a la ganadería extensiva, es un trabajo que precisa de cambios importantes tanto en su manejo como en su consideración como producto alimentario de calidad y necesario por las proteínas que aporta a la alimentación. Estos cambios deben hacer mucho más atractiva la profesión para los jóvenes tanto en el aspecto económico como por el modo de vida que pueden ofrecer: tiempo, libertad, espacios naturales... La tecnología podría ayudar a conseguir estos atractivos, dejando más tiempo disponible al ganadero, aumentando la rentabilidad de las producciones, permitiendo nuevos canales de comercialización como los grupos de consumo, la venta directa por Internet, la transformación en las propias explotaciones...

–Cuando se pone sobre la mesa el marco en el que deben desarrollarse los TRI se tiende a pensar en nuevos nichos de mercado más allá de la agricultura o la ganadería, ¿deberían estas nuevas políticas ser más integradoras con estas actividades?

–Es necesario cambiar los paradigmas que nos han traído hasta aquí, porque el modelo actual es insostenible. Cuando hablamos de las ganas que tenemos de volver a la normalidad estoy segura de que nos referimos a la socialización, a lo afectivo. En los pueblos estas relaciones son mucho más fuertes, los lazos que unen a las personas, la posibilidad de contacto, el cuidado de los mayores, la vida de los niños y niñas... todo es mucho más enriquecedor y las políticas deberían ponerlo de manifiesto y trabajar para que sea posible.

«La tecnología podría ayudar a conseguir que el trabajo ganadero fuera más atractivo»

–¿Qué necesidades tiene el sector ganadero actualmente?

–La primera necesidad es diferenciarnos: no es lo mismo la carne producida en una granja industrial en base a pienso, antibióticos y hormonas, que la carne producida por animales que viven en libertad, haciendo ejercicio, recibiendo los rayos del sol… Si el mercado se diferenciase con la única herramienta que tiene, el precio, este manjar de la naturaleza, los problemas de la ganadería extensiva casi habrían desaparecido porque el incremento de rentabilidad permitiría hacer mucho más atractiva la profesión y, desde luego, suprimiría muchos de los problemas que tenemos y que provienen precisamente de la falta de rentabilidad.

–¿Hay diferencias o barreras de género que hace falta solucionar?

–En las nuevas generaciones estas barreras están desapareciendo, las mujeres están demostrando que pueden hacer cualquier actividad antes reservada a los hombres. Tal vez la mayor de las barreras sea física, ya que los trabajos de campo y las herramientas están concebidas para la fuerza masculina, pero este es un problema fácilmente solucionable. Basta con adaptarlas a las características femeninas. Por ejemplo los sacos de pienso pueden hacerse de 20 kg en lugar de 40 kg. La tecnología también se está adaptando. Yo tengo una motosierra que pesa apenas 2 kg y que una conocida marca ha sacado al mercado seguro que pensando en nosotras…

–Los territorios rurales, para ser inteligentes, deben contemplar también la igualdad de género. ¿Cree que es cierto el cliché de que en los pueblos las propiedades son de los hombres aunque son las mujeres quienes los impulsan?

–Realmente esta es una cuestión de educación y de modelos en los que tienen mucho que ver los medios de comunicación, la televisión y ahora Internet. En mi opinión, las mujeres tenemos que reivindicar nuestras características como fundamentales para construir una sociedad mucho más humana, vivible y feliz que la que los hombres han construido hasta ahora y que hace aguas por todos los lados. En el plano de igualdad, las mujeres podemos aportar muchísimo más a la construcción de otros tipos de sociedades porque lo llevamos en el ADN. La apuesta por las mujeres en los países del tercer mundo está siendo decisiva para cambiar modelos y para generar nuevas formas de convivencia y de supervivencia. Si las niñas reciben los mensajes adecuados, se empoderarán. Es cuestión de creer en uno mismo y valorarse.

–¿Cómo ha evolucionado el papel de la mujer en el campo según su experiencia?

–La mujer ha sido siempre la gran olvidada, su papel en la ciudad estaba reservado a lo doméstico, lo que ha hecho que la sociedad perdiese un enorme potencial para construir un mundo mucho mejor que el que tenemos. Pero en el campo la mujer ha sido siempre el pilar fundamental. Era quien cohesionaba, quien cuidaba, quien creaba, era quien transmitía la cultura, las tradiciones, la gastronomía, quien hacía habitable la vida… Y sin embargo, nada de esto se ha valorado.

–¿Qué aporta Ganaderas en Red a vuestro colectivo?

–GER, Ganaderas en Red, es una iniciativa histórica. En su dimensión, para mí, es como aquellas mujeres que iniciaron la lucha feminista en el siglo XIX. Es un movimiento de una importancia descomunal que solo se verá a la luz de la historia, como casi todos los acontecimientos importantes. Demuestra que en este mundo tan enloquecido y en el ámbito rural, hay mujeres que superan todos los obstáculos para tomar sus propias decisiones, decidir como quieren vivir y luchar por ello todos los días; demuestra que pueden comprometerse en un grupo para apoyarse mutuamente; demuestra que pueden superar diferencias políticas, ideológicas, de territorios dispares, educaciones distintas, procedencias sociales y económicas diversas, para enarbolar banderas de solidaridad, de apoyo mutuo de libertad y de proyectos de vida; demuestra que las mujeres, a pesar de todas estas diferencias, podemos mirar juntas al futuro sin organizaciones jerárquicas, sin jefas y subordinadas, de forma absolutamente altruista.

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