Norcantabric dispone ya de todos los permisos para construir la planta salmonera de Ramales

Norcantabric estaba pendiente de una última autorización de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) que ya está en su poder, de modo que, con los recursos económicos necesarios, se dispone a acelerar en los pasos del proyecto. De hecho, la idea es que entre finales de noviembre y principios de diciembre pueda completarse la adquisición de suelo a la firma pública Sicán, dependiente de la Administración.

Los promotores tienen intención de construir en Cantabria la primera planta en España bajo un Sistema de Recirculación en Acuicultura (RAS, por sus siglas en inglés) para la producción de salmón atlántico, una iniciativa industrial que contempla un desembolso cercano a los 35 millones. Los impulsores de la actuación, de origen mexicano, confiaban en empezar la producción del cultivo a finales de este año. Así lo confirmó a la prensa especializada Juan Emilio Cano Reveles, consejero delegado de la compañía, que esperaba tener las primeras cosechas entre 2020 y 2021.

Sin embargo, este calendario ha estado durante tiempo sin transcurrir al ritmo deseado tanto por los propios inversores como por la Administración, que llevaba cuatro años en negociaciones con los aztecas para poder hacer realidad la fábrica. Norcantabric pidió en primavera más tiempo al Ejecutivo para poder rearmar la estructura financiera del plan antes de solicitar a Sodercán ayudas públicas. De hecho, el ente regional, que estuvo analizando la viabilidad del planteamiento así como de la técnica de cría propuesta, ralentizó la aprobación de cualquier subvención ante la petición de los propietarios. Finalmente Sodercán aportará cerca de un millón de euros, frente a los 3,5 solicitados inicialmente. Los empresarios igualmente tenían previsto dirigirse al Instituto de Finanzas de Cantabria (ICAF) para solicitar diversas vías de crédito e, incluso, exploraban la posibilidad de obtener diversas subvenciones dirigidas a la producción agroalimentaria.

La fábrica ocupará un espacio relevante en el recinto al tener asignada un área de 18.371 m2 -el Ejecutivo precisó inicialmente que la parcela reservada alcanzaba los 25.000 m2- en un parque empresarial con una superficie productiva de 87.865 metros cuadrados.

La Consejería de Medio Ambiente igualmente otorgó en diciembre de 2018 su aquiescencia al proyecto. Antes de esa resolución ya se manejaban algunas cifras en relación a la huella ambiental: más del 90% del agua se reciclará y se producirán cero vertidos orgánicos al río. Según el planteamiento, la instalación girará en torno a una planta compacta que contará con la última tecnología en el sector. Una compañía israelita ya ha venido desarrollando los estudios previos para afinar el desembarco en Ramales, mientras que otra firma de ingeniería cántabra también participa en los trabajos. De hecho, se espera que una vez se dé el pistoletazo inicial a la construcción los israelitas aceleren sus labores para poder entregar e instalar los equipos necesarios para la producción. A grandes rasgos, los plazos contemplados en la hoja de ruta inicial se retrasarán cerca de un año aproximadamente.

En cuanto a la génesis del plan industrial, sus promotores estiman una producción anual de 3.000 toneladas de salmón de muy alta calidad, que podría atender el 5% de la demanda del mercado nacional, que actualmente tiene un déficit en este sentido e importa género.

¿Por qué se elige Cantabria como emplazamiento de la inversión? Según diferentes estudios, la Comunidad es el punto más meridional de toda Europa donde se puede implantar una factoría de esta naturaleza. El auge en el consumo y la aparición de nuevas tecnologías que faciliten el cultivo han puesto las bases de esta actuación que a pesar de la demora parece que por fin trocará los planos por la realidad.