Norcantabric trata de arrancar su negocio de salmón mientras litiga con su tecnólogo

Apenas actividad en las inmediaciones y las instalaciones a medio equipar, con múltiples huecos que llenar dentro de todo el proceso pensado para recibir las larvas y comercializar ejemplares adultos.

La que se anunció como una de las principales inversiones privadas de la pasada legislatura, impulsada por capital mexicano y el apoyo del Gobierno de Cantabria, acumula más de un año de retraso y los responsables de la organización se afanan por reajustar todo el proyecto y poder empezar la producción antes de que acabe 2022. En el centro del conflicto, un litigio con el proveedor de los equipos y tecnología, que según la empresa cántabra no ha cumplido con lo firmado en contrato en un proyecto 'llave en mano' y ha dejado la instalación prácticamente a la mitad. Las diferencias, tras unos intentos infructuosos de negociación con el suministrador, procedente de Dinamarca, han derivado en un arbitraje que se resolverá en París, lo que lleva a la prudencia desde Norcantabric, según explica a El Diario Emilio Cano, CEO de la corporación.

3.000toneladas de salmón aspiraba a producir Norcantabric cuando anunció su proyecto.

La situación, en todo caso es compleja, puesto que los impulsores del proyecto se encontraron con una tecnología que no sabían cómo funcionaba y un proceso a medio montar, por lo que han tenido que recurrir a otros asesores para conocer los entresijos de la cría del salmón. Como ejemplo, el proyecto tenía dos patas: un área de cría y otra de engorde. La segunda todavía está pendiente de montar mientras los inversores sopesan sobre cómo continuar la hoja de ruta.

«Estamos navegando en aguas muy complicadas», admite Cano, que recuerda que «otros proyectos como el nuestro se han quedado en papel». No es el caso del que se levanta en el Polígono del Alto Asón, con la nave bien visible y parte de los tanques y equipos disponibles... Aunque falta otra parte bien relevante por adquirirse y montarse.

Cano está buscando inversores para dar un nuevo impulso al proyecto, con la vista puesta en poder comenzar el proceso antes de cerrar 2022. Como asidero para el optimismo, en uno de los tanques viven unos 60 alevines de salmón trasladados desde Arredondo para calibrar la capacidad de la instalación para su cuidado y crianza.

La última referencia respecto a la evolución del proyecto hay que buscarla hace un año aproximadamente. En una visita institucional, con el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, a la cabeza, Norcantabric anunciaba que en octubre de 2021 comenzaría la siembra de los huevos para sacar a la venta, dentro de 22 meses, los primeros salmones del peso y la talla que quería comercializar, que alcanzarían los cinco kilos, si bien en las primeras ventas habrá ejemplares a partir de los tres kilos.

En aquel momento públicamente se informó de que las instalaciones de la planta se encontraban en periodo de prueba con el objetivo de producir entre 120 y 250 toneladas de salmón anuales, cifra que se preveía ampliar hasta las 3.000 toneladas en futuras etapas, lo que supone el 5% del consumo de este pescado en España, tal como apuntó entonces el propio Revilla. La realidad, según admite ahora la compañía, es que no sabía cómo emplear el equipamiento instalado. Incluso se habían entregado los dispositivos con contraseñas que el personal no sabía desbloquear.

Temperatura del agua, caudal, condiciones... Decenas de elementos para que los salmones pudieran crecer, y engordar, de forma satisfactoria para su venta al mercado. Un plan que no se ha concretado, lo que ha obligado a la empresa a acudir a otros socios -españoles, de Estados Unidos y de Reino Unido- para tratar de poner en marcha la tecnología recepcionada e instalada. En paralelo, los inversores analizan los siguientes pasos para completar todo el proceso.

El proyecto, que ya sufrió demoras por la pandemia, conlleva una inversión superior a los 30 millones, aunque por el momento no se han alcanzado esas cantidades. En septiembre de 2020 se constataba que, fruto del covid, «el mercado está muy castigado. Ha habido mucho movimiento en las plantas, muchas se han quedado atrás. Esto es como una carrera de fondo, con obstáculos. Hay mucha disrupción y problemas en el sector. Muchos planes se han quedado parados. Este es el único proyecto en Europa que sigue caminando. Tendremos que consolidarnos y entrar a ese nuevo escenario, donde habrá menos jugadores o tardarán más tiempo en introducir su producción».

Los empresarios daban por hecho que su producción inicial de 3.000 toneladas anuales estaría colocada, toda vez que solamente el consumo nacional totalizaba unas 70.000 toneladas por ejercicio. Esa demanda igualmente se vio rebajada por la pandemia.

El proceso orbita en torno a dos edificios, el que albergará la incubación de los alevines hasta que tengan un peso de 100 gramos, un primer recinto que ocupará unos 2.500 m2. En paralelo, otra nave, la de engorde. «Los peces se trasladan mediante tuberías con agua a las piscinas que albergará este inmueble», que se proyectaba en 20.000 m2. ¿El problema? Está todo a medio hacer y todavía no se ha reconfigurado la iniciativa.

Como referencia, el empleo. En un primer momento se hablaba de 50 puestos de trabajo directos y otros 70 indirectos. A día de hoy apenas dos personas se encuentran en las naves de Ramales, aunque se prevé que aumenten las contrataciones en próximas semanas según vaya avanzándose de nuevo en el desarrollo del proyecto.

Mientras tanto, los vecinos aguardan con expectación ante los diferentes anuncios, a la par que siguen llegando currículos a la nave para unos trabajos que todavía deben esperar.