Un 21,5% de los ocupados está teletrabajando en Cantabria, según un estudio reciente

Nadie duda de que el teletrabajo va a formar parte de nuestras vidas. Lo importante es conocer su realidad y contar con una serie de pautas para que se pueda desarrollar bien para la productividad de las empresas y la salud de los trabajadores. La Federación de Servicios, Movilidad y Consumo (Fesmc) de UGT reclama una regulación específica de la prevención de riesgos laborales para el teletrabajo, una modalidad que afecta ya al 21,5% de los ocupados de Cantabria, más de 50.000 trabajadores y casi cinco veces más que en 2019 (4,6%), según un estudio elaborado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, que aclara que en España un 34% de los trabajadores realiza en la actualidad su jornada laboral desde sus hogares (4,8% el año pasado).

Según el informe sindical, en Cantabria un 75% de las empresas del sector servicios aún no ha presentado un plan de contingencia del Covid-19 en los propios centros de trabajo, lo que «es obligatorio para adaptar la evaluación de riesgos laborales al nuevo riesgo de contagio del virus», ni tampoco ha regulado la modalidad del teletrabajo.

En este sentido, el sindicato, que ha realizado un estudio de la situación actual de la prevención de riesgos laborales en las empresas del sector servicios, que emplean a casi tres de cada cuatro trabajadores de la región (más de 180.000), destaca que «se ha mejorado ostensiblemente en la entrega de equipos de protección individual a las plantillas pero sigue sin afrontarse un plan de contingencia del Covid-19 que aleje cualquier posibilidad de que la enfermedad rebrote».

El sindicato reconoce que «desde el inicio de esta crisis sanitaria, el teletrabajo se ha convertido en una opción clave para mantener la actividad laboral y tanto para los trabajadores como para sus empresas ha supuesto una primera experiencia sin formación ni información previa alguna» y advierte de que «el teletrabajo eficaz requiere forzosamente de una reorganización y la adaptación de sistemas y procesos». Para el sindicato, «este modelo va a permanecer en el tiempo, por lo que es obligado abordar cuanto antes una regulación específica para eliminar la gran precariedad y el notable riesgo para la salud del trabajador».

El informe del sindicato señala que «las quejas y denuncias de trabajadores y trabajadoras afectados marcan el camino a seguir para erradicar unas condiciones laborales muy precarias y unos riesgos evidentes para su salud». Las quejas van desde las deficiencias del propio puesto de trabajo (equipo informático, mobiliario, iluminación...) hasta jornadas laborales que se alargan sin una regulación clara de desconexión, a lo que se une un trabajo que se realiza en el entorno familiar. Por ello, desde la Fesmc se pide que «los trabajadores evalúen sus recursos y capacidades, si la empresa les plantea mantener esta modalidad laboral, y soliciten una formación permanente».