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El Gobierno nacional presidido por Pedro Sánchez y sus aliados de izquierda -Unidas Podemos y Sumar- ha hecho de la revalorización del Salario Mínimo ... Interprofesional (SMI) una de sus banderas, especialmente con la vicepresidenta Yolanda Díaz como principal portavoz al respecto. No en vano, los emolumentos de los trabajadores peor pagados del mercado han crecido un 60,9% desde 2018, un periodo en el que ha saltado de 735 euros mensuales a los actuales 1.184 aprobados recientemente por el Consejo de Ministros y con efecto retroactivo a 1 de enero de 2025. Una subida sostenida que en muchos casos ya se sitúa por encima del 60% del salario medio territorial, objetivo marcado desde el Ejecutivo. Así lo denuncian una vez más los empresarios, que precisan que en el caso de las pequeñas empresas de Cantabria el listón ya supone el 79,4% del salario regional en este tipo de negocios.
Las conclusiones emanan de un nuevo estudio publicado en febrero por la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) para medir el impacto de la medida en el tejido corporativo nacional y, por extensión, autonómico. No en vano, España es un país de pymes y micropymes, una tendencia aún más agudizada en Cantabria, donde uno de los objetivos permanentes se asienta en el escalado o aumento de tamaño de las empresas existentes.
66,5% equivale el SMI
al salario medio a jornada completa en la Comunidad, según Cepyme.
60,9% ha mejorado el SMI
desde 2018 impulsado por el Gobierno de Pedro Sánchez.
Así las cosas, según el análisis, consultado por El Diario Montañés, Cantabria aparece dentro del grupo de 34 provincias donde el nuevo SMI supone más del 75% de lo que perciben de media los empleados que trabajan en este tipo de organizaciones. Ese 79,4% ya mencionado sitúa a la región en el puesto 24 de dicha clasificación, encabezada por Ávila y Zamora, con porcentajes del 95,1 y 93,1%, respectivamente.
A nivel autonómico y de todos los salarios, no sólo los concentrados en las pequeñas empresas, los 1.184 euros brutos mensuales -50 euros más que en 2024, un 4,4% más- corresponden con el 66,5% de las retribuciones medias a jornada completa en Cantabria. La región se posiciona como la novena autonomía con mayor porcentaje, con Extremadura (72,8%) y Canarias (71,3%) en cabeza; y Madrid a la cola (53,9%).
Como complemento, el mismo cálculo pero elaborado a nivel provincial. En este escenario, el salario mínimo supone el 69,5% en Cantabria respecto a la media provincial, de nuevo entre las 25 con mayor impacto.
Según se desglosa en el estudio de Cepyme, «el coste salarial mínimo efectivo para el empresario es hasta un 75% más alto que el salario mínimo. Teniendo en cuenta el impacto de las dos pagas extraordinarias; las cotizaciones socialesa cargo del empleador; o el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (que subirá cada año hasta 2029) resulta que, con un salario mínimo de 1.184 euros, el coste salarial mínimo mensual es de entre 1.816 y 1.904 euros, según cual sea el tipo de cotización de accidentes de trabajo», precisa la patronal.
Más aún. Cepyme entiende que «si, además, se tiene en cuenta que el coste anual debe prorratearse entre once meses de trabajo(pues el restante corresponde a las vacaciones pagadas), el coste salarial efectivo mínimo por mes de trabajo está en un rango de entre 1.981 y 2.077 euros. Así, el coste salarial efectivo mensual es entre un 67% y un 75% mayor que la cifra conocida del salario mínimo», colige.
Dentro de su estudio sobre la actualización del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), la patronal que da voz a las pymes insiste en el debate sobre la productividad, una de las asignaturas pendientes de la economía española. «El aumento del SMI crea una mayor homogeneidad retributiva que es artificial, en la medida que no tiene en cuenta las diferencias de productividad entre territorios, sectores y tamaños de empresa. La productividad de las pequeñas empresas es menos de la mitad que la de las compañías de más de 250 empleados; diferencia que alcanza cotas mayores en algunos sectores y territorios. Esto implica que cualquier incremento del salario mínimo afecta de forma distinta a los márgenes y la rentabilidad de las empresas y, por tanto, incide en mayor medida en las de menor tamaño. Una situación que el nuevo incremento del SMI viene a agravar», afirma.
Cepyme va más allá y detalla que «la subida del salario mínimo en los últimos años se ha producido mientras los demás costes que afectan a las empresas (consumos, energía, servicios) también aumentaban significativamente. Además, la subida del SMI ha superado con creces el incremento de las ventas de las pymes. Eso supone una presión sobre los márgenes que limita la capacidad de inversión y reduce la solvencia».
A su juicio, «a ello se añade que los costes laborales suben proporcionalmente porque la productividad es más baja. La productividad media por ocupado en el último trimestre de 2024 fue un 2,3% inferior a la de cinco años antes».
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