Periodistas unidos y asociados

Los miembros de la junta directiva procedían de los diarios más importantes de la época: 'El Cantábrico', 'La Atalaya', 'El Diario Montañés' y el 'Boletín de Comercio'. El primer presidente fue José Estrañi, director de 'El Cantábrico'. Entre los objetivos se evidenciaba la preocupación por la miseria de los periodistas y sus familias, y se contemplaba la gratuidad de un servicio médico-farmacéutico y socorros para los asociados con necesidades económicas, además de los relacionados con el campo jurídico y los conflictos entre asociados o con las empresas periodísticas. Para conseguir los fondos necesarios se organizaron espectáculos benéficos, principalmente corridas de toros y actuaciones artísticas con los que se sostenía el montepío. Los espectáculos tuvieron un enorme éxito y en ocasiones contaron con la presencia de miembros de la casa real que veraneaban en Santander.

Huelgas, piquetes, censura previa, consejos de guerra y prisión fueron algunos de los impedimentos que los periodistas tuvieron que sufrir en los años veinte y que contaron con la defensa de la Asociación de la Prensa, aunque los malos momentos se verían recompensados por el éxito asociativo de agosto de 1922, cuando se creó en Santander la Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE), idea surgida de la directiva cántabra presidida por José Segura Hoyos para unir a las asociaciones españolas en su lucha por la dignificación de 'los obreros de la pluma'. La reunión constitutiva de la asamblea se celebró en el Gran Casino de El Sardinero con la presencia de Alfonso XIII y días después fue elegido primer presidente de la FAPE Rufino Blanco y Sánchez, vicepresidente de la Asociación de la Prensa de Madrid.

Poco después de la constitución de la FAPE la Dictadura de Primo de Rivera suspendió varias garantías constitucionales, entre ellas la prohibición de la censura previa, algo que provocaría la suspensión de algún diario santanderino, como 'La Atalaya', o sanciones para otros, como 'La Región'. Aun así, la Asociación de la Prensa continuó con la actividad recaudatoria y social. Organizó unos juegos florales hispanoamericanos, rindió homenaje a Jacinto Benavente poco después de recibir el Premio Nobel de Literatura e impulsó el Día de Santander, expresión de regionalismo que consistió en un festival folclórico en la plaza de toros celebrado en 1924, 1925 y 1926.

Con su primera sede ubicada en la céntrica Plaza Vieja de la ciudad (1926), la Asociación de la Prensa vivió los intensos y polémicos años de convivencia en la II República que empañaron la libertad de prensa. En Madrid los periódicos monárquicos 'ABC' y 'El Debate' se suspendieron en 1931 y un año después la medida afectaría a 'El Diario Montañés'. Las amenazas a los periodistas, el cierre de publicaciones, el secuestro de ejemplares, el encarcelamiento de directores y la censura previa se vivieron en esta época de supuesta libertad. Una bomba estalló en la sede de 'La Voz de Cantabria', el director de 'La Región' ingresó en prisión y más tarde sería asesinado.

En octubre de 1934 la prensa fue acallada durante varios días por la huelga general. El levantamiento militar de 1936 ocasionaría la incautación de los diarios locales, además de represalias a periodistas que se dirigirían hacia los profesionales de ideología contraria con la victoria de las tropas sublevadas. El régimen de Franco también cortó las alas a la libertad de expresión mientras la Asociación de la Prensa tuvo que limitarse a gestionar la asistencia sanitaria de sus asociados a los que se añadió ayuda por matrimonio, por hijos, becas de estudios, bolsas de viaje y socorros por defunción.

Una de las más insistentes reivindicaciones de los periodistas fue la del descanso dominical, algo que no estaba contemplado hasta que en 1919 se logró tras una huelga de periodistas impulsada por los profesionales de Madrid. Esto suponía un vacío informativo los lunes que fue solventando en 1930 con la autorización de editar 'La Hoja Oficial' a cargo de las asociaciones de prensa provinciales. Los periodistas santanderinos decidieron editar la 'Hoja Oficial del Lunes' en 1935, bajo la dirección de José Simón Cabarga. Este periódico sería una importante fuente de recursos para financiar los gastos sociales contemplados en los estatutos de la asociación hasta que en 1984 dejó de publicarse.

Con la reanudación del sistema democrático, el Gobierno de Adolfo Suárez derogó el artículo 2 de la Ley de Prensa de 1966 que permitía actuar a la Justicia a instancias del Gobierno contra los periodistas. También se aprobó un decreto-ley sobre libertad de expresión y se cambió la regulación del registro oficial de periodistas que se transfirió a la FAPE.

La incorporación de profesionales de la radio y la televisión a la Asociación de la Prensa se produjo en los años ochenta, pasándose posteriormente a denominarse Asociación de Periodistas de Cantabria (APC). En los últimos años ha tenido, y sigue teniendo, una decidida vocación por la formación, con la organización de cursos e integrando la obligatoriedad de la licenciatura de periodismo para pertenecer a la asociación. La APC ha venido entregando el Premio José Estrañi a personajes y entidades destacadas y ha editado la colección de libros 'José Estrañi'. En enero de 2022, con el impulso de su presidenta, Dolores Gallardo, la APC propició la creación del Colegio Profesional de Periodistas de Cantabria, una vieja demanda de los informadores que ha abierto una nueva etapa en el asociacionismo periodístico de la región.